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Estreno

Crítica de "Carajita": siempre las mismas víctimas ★★★★

Dirección: Ulises Porra y Silvina Schnicer. Guion: Ulises Porra, Ulla Prida y Silvina Schnicer. Intérpretes: Cecila van Welie, Magnolia Núñez, Richard Douglas, Génesis Buret. República Dominicana, 2023. Duración: 86 minutos. Drama.

Un fotograma de "Carajita"
Un fotograma de "Carajita"Imdb

“Carajita” ilustra, con espíritu implacable, casi determinista, cómo la lucha de clases sigue cobrándose las mismas víctimas. Por mucho que los amos se hagan amigos de sus esclavos, y por mucho que, más allá de la condescendencia caritativa, el afecto mutuo pueda ser real, las diferencias de clase -y con ellas, las raciales y culturales- siempre acaban por liquidar cualquier asomo de cariño y solidaridad.

Bajo el influjo del cine de Lucrecia Martel -las atmósferas indolentes de las siestas burguesas de “La cíénaga”, los ricos asfixiados por la culpa de “La mujer rubia”-, “Carajita” utiliza la relación cómplice entre Sara, la hija de una familia rica dominicana, y Yarisa, la criada que la ha cuidado desde pequeña, para luego abrirla en canal a partir de una ruptura narrativa que saca a la superficie todo lo que las separa. Si, en su primera parte, la película se despliega a partir del punto de vista de la adolescente, en la segunda esa perspectiva se disemina, buscando oposiciones entre el entorno empobrecido de Yarisa, donde el sentimiento de comunidad y rabia de clase buscan justicia infructuosamente, y el opulento de Sara, que camufla sus corruptelas con toneladas de buenas intenciones. Silvia Schnicer y Ulises Porra filman esos dos mundos en plano detalle: a uno lo humanizan, privilegiando el rostro de los que lloran, y al otro lo fragmentan, perturbando su centro de gravedad.

La fuerza del dilema moral al que se enfrenta Sara se deja empañar por una cierta tendencia al simbolismo mágico, supersticioso -el leitmotiv de las cabras que cruzan una carretera lluviosa, recuperado para un epílogo algo innecesario-, que “Carajita” no necesitaba. Sin embargo, la película se completa, como un círculo, en el agua: lo que empezaba en el interior uterino del mar, sugiriendo los afectos de una relación madre-hija, acaba en su orilla, con un grito descorazonador. No hay clase social que supere un sacrificio.

Lo mejor:

Su contundente radiografía del conflicto de clases, en un relato tenso y emotivo.

Lo peor:

Sus puntuales fugas simbólicas, que poco añaden al discurso de la película.