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El destello de Marina Guerola se prepara para no desvanecerse en los Goya

Charlamos con la actriz debutante, nominada en la categoría revelación por su sensible trabajo en la película de Pilar Palomero, horas antes de la gran noche
El destello de Marina Guerola se prepara para no desvanecerse en los Goya
La actriz Marina GuerolaInstagram
Marta Moleón
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

Madrid Creada:

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En una escena tierna y particularmente íntima de "Los destellos", un padre (soberbio Antonio de la Torre) con la vida a punto de extinguirse y una hija con la juventud aún de su lado bailan en la cocina de la casa del primero al ritmo de Lola Flores cantando "A tu vera", revelando que el lenguaje del amor tiene infinitas demostraciones y que casi todas caben en el reflejo geométrico de unos azulejos, apostando todas las cartas en la última verbena compartida. Esa hija, cuya dolorosa complicidad con la figura paterna en los pasos lentos recuerda a la hermosamente construida por Víctor Erice en "El sur" con Estrella (Icíar Bollaín) y Agustín (Omero Antonutti), está dotada de una naturalidad, sensibilidad y talento lo suficientemente destacables como para que su artífice, Marina Guerola, haya conseguido estar entre las nominadas a mejor actriz revelación de los Goya. 
Al otro lado del teléfono, y con los nervios a flor de piel, la actriz valenciana oriunda de Xàtiva resopla aún con temblor en la voz cuando le preguntamos por su gestión de la candidatura: "He sentido tantas cosas y emociones juntas, de verdad. No podía parar de llorar cuando me lo comunicaron, lo primero que hice fue llamar a mis padres porque necesitaba decírselo. Recuerdo la noticia como un momento súper emotivo, de liberación también de toda la tensión acumulada, un auténtico sueño", asegura sobre la reacción vivida tras enterarse de la consecuencia de un papel que supone su debut en el cine en la cinta de Pilar Palomero protagonizada además por Antonio de la Torre y Patricia López Arnaiz y que opta a cuatro cabezones en la gala de esta noche. 
"Pensar en los premios en general 
me da vértigo"
Marina Guerola
Bautismo cinematográfico y nominación a los Goya: una causa-efecto que sintetizada a través de esos dos triunfos parece preludiar un fulgurante recorrido que Guerola quiere tomarse con serenidad dentro del inevitable orgullo. "He intentado y estoy intentando disfrutar muchísimo de todo lo que está pasando y pensar más bien poco en lo que venga, si te digo la verdad. Pensar en los premios en general, por ejemplo, y, concretamente en el Goya, te confieso que me da vértigo. Estoy en ese punto un poco inocente de decir, ‘‘bueno, si no lo pienso es que no está pasando’’». Pero ocurre, claro que ocurre, y en unas horas descubriremos si el vértigo de Marina Guerola desaparece.
Preparándose las pruebas para entrar en la ESAD, la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia, la joven sentía "que había un motor dentro de mí muy fuerte que me estaba impulsando a hacer eso pero fue realmente cuando entré en la escuela y tuve mi primera clase de interpretación cuando sentí que era mi pasión, cuando identifiqué y tuve la certeza de vale, es esto" y "eso" que en realidad lo es casi todo, esa suerte de fogonazo radiante, de revelación a destiempo que te atraviesa en el momento menos esperado es de lo que se ha servido la actriz para lanzarse de cabeza a una interpretación entregada y respetuosa con la muerte a través de una película que le ha ayudado a "tomar más consciencia del presente, de la importancia de verbalizar el amor hacia los otros, ese que muchas veces damos por hecho". 
Guerola destaca "La estrella azul" y "La infiltrada" como algunos de los títulos que compiten este año que más le han interesado pero subraya entusiasmada que "hay un nivel altísimo de propuestas, de trabajos, es increíble". "Al final un premio no te hace mejor o peor persona que alguien que no lo haya ganado, ni tampoco tiene por qué significar que tu trabajo sea mejor que el de los otros, es un reconocimiento bonito, puede ser un escaparate, pero procuro no darle más valor del necesario porque al final solo es eso, un premio", se despide sincera.