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LITERATURA
El doble ingreso de Antonio Machado en la RAE
El acto simbólico del próximo 29 de abril en la RAE, en el que se leerá el discurso de ingreso del poeta, ya se llevó a cabo hace 36 años

El próximo 29 de abril, se llevará a cabo un simbólico acto en el seno de la Real Academia Española. Antonio Machado inundará el espacio con sus palabras, esas que conformaron su discurso de ingreso después de que fuera elegido el 24 de marzo de 1927 para ser académico, y que nunca llegó a pronunciar.
Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, será el encargado de abrir el homenaje al poeta español; el actor José Sacristán pondrá voz al discurso que escribió Machado en 1931; la réplica al mismo correrá a cargo del dramaturgo y actual director del teatro La Abadía Juan Mayorga; intervendrá Alfonso Guerra, comisario de la exposición «Los Machado. Retrato de familia», dedicada a los hermanos Manuel y Antonio Machado; y el cantautor Joan Manuel Serrat protagonizará un recital que pondrá en valor algunos de los poemas del homenajeado.

En conjunto, la estampa es atractiva y la idea, justa y acertada para ensalzar a uno de los más destacados poetas de nuestro país y del mundo en lengua castellana. Sin embargo, no es nueva, tal y como desde la RAE dieron a entender en un principio. Al comunicar que se llevaría a cabo este acto y que Antonio Machado ingresaría en la Academia con un siglo de retraso, olvidaron mencionar que algo similar ya se había hecho en el mes de mayo de 1989. Entonces era Manuel Alvar el director de la ilustre institución y él mismo fue quien abrió el acto aquel año y el que leyó la réplica al discurso, que fue leído por el poeta asturiano José García Nieto.
“Este acto es más que una recepción. Es el testimonio de admiración, acrecentada por el tiempo, hacia uno de los más grandes poetas de nuestra lengua”, aseveró Alvar ante los presentes.

El propio Boletín de la RAE publicó la noticia de este homenaje, el 21 de mayo de 1989. En la misma, explicaban que “D. José García Nieto dio lectura al discurso que el poeta no llegó a leer en la que hubiera sido la toma de posesión de su plaza de número, y que dejó inacabado”.
A continuación, detallaban el contenido del discurso de Machado, del cual especificaban que “su tema era la Poesía” y que “constituye una larga meditación sobre el fenómeno poético en la que el autor sintetiza y desarrolla ideas que en parte han llegado hasta nosotros a través de otros escritos suyos”.
Si Juan Mayorga, en su réplica, leerá el próximo 29 de abril un texto de Azorín en el que el escritor se sumerge en la figura de Machado a través del paisaje castellano que estuvo tan presente en su obra, Manuel Alvar realizó hace 36 años la suya, centrándola en un minucioso análisis de las palabras del poeta en las que vislumbró unas ideas, más maduradas, que ya estaban presentes en los apuntes que realizó en sus cuadernos de escritor y que moldearon “Los Complementarios”.

En dicho análisis, Alvar descubría a un Machado que se busca a sí mismo a través de la escritura y que cimenta sobre una base filosófica el concepto de poesía. El propio poeta se sorprende al partir de la pregunta "¿qué es poesía?", y confiesa: “Pregunta es ésta que yo muy rara vez me he formulado. Sin el examen de conciencia a que el acto de presentarme ante vosotros me obliga, la poesía no hubiera sido para mí un tema de reflexión”.
Apuntaba Alvar al hecho de que, en realidad, Machado había reflexionado con anterioridad sobre este asunto más de lo que confesaba en su discurso o más de lo que era consciente en ese momento. En "Los Complementarios", el entonces director de la RAE veía apuntes y notas sobre ideas y reflexiones elaboradas por Lipps Bergson o Proust, entre otros, y que el autor de “Campos de Castilla” recogió y maduró para crear su discurso. “la coherencia pública acaso la alcanzó sólo cuando preparó la edición de su discurso. Fue entonces cuando asimiló las ideas de Lipps dentro de su propio doctrinal y dejan de ser las fieles transcripciones de 'Los Complementarios'”.
Añadió que el texto que preparó Machado para la Academia “está formado por dos elementos bien diferenciados: una estructura teórica y una historia literaria que la recubre”.
Así, señaló que, en su discurso, Machado, “al querer definir lo que pueda ser la lírica, la ve como expresión en palabras de lo subjetivo individual, actividad en el tiempo psíquico, no en el estadio impersonal de la lógica”.

Machado reinterpretó “las ideas sobre las relaciones de la lírica con el lenguaje”. En su discurso, se puede leer: “Soy poco sensible a los primores de la forma, a la pulcritud y pulidez del lenguaje, y a todo cuanto en literatura no se recomienda por su contenido. Lo bien dicho me seduce sólo cuando dice algo interesante, y la palabra escrita me fatiga cuando no me recuerda la espontaneidad de la palabra hablada”.
Según explicó Alvar, Machado “propugnaba una poesía en la que hubiera intuición para descubrir la esencia de las palabras, no para encubrirla; aspiraba a comunicarse sin ambigüedades lo que significa tanto como eliminar todo aquello que pudiera dificultar la comprensión".
Esta idea de descubrir la esencia de la palabra lleva al poeta a filosofar sobre el concepto del tiempo: ”Es evidente que la obra de arte aspira a un presente intemporal, debe darnos la sensación estética del fluir del tiempo”, afirmó en su discurso de ingreso en la Academia. Sólo a través del otro, el poeta encuentra la puerta que debe atravesar para alcanzar esa meta: “Sin salir de mí mismo, noto que en mi sentir vibran otros sentires, y que mi corazón canta siempre en coro, aunque su voz sea para mí la voz mejor timbrada. Que lo sea también para los demás, éste es el problema de la expresión lírica. Un segundo problema. Para expresar mi sentir tengo el lenguaje. Pero el lenguaje es ya mucho menos mío que mi sentimiento”.
Detectó Alvar en estas palabras de Machado, su deseo de búsqueda de espontaneidad en el lenguaje, que le condujo a la tradición folclórica presente en su poesía.
Volviendo al presente y a un futuro no muy lejano, el próximo 29 de abril, todas estas ideas y reflexiones de Antonio Machado volverán a escucharse en voz alta, a través de José Sacristán, cuando lea el discurso de ingreso a la Academia del poeta. Este ingreso simbólico de Machado en la Academia no se hará con un siglo de retraso, tal y como se transmitió a través de la RAE cuando dio a conocer el homenaje, sino 36 años después de que Manuel Alvar, José García Nieto y todos los demás presentes que participaron, lo hicieran ya en 1989.
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