Fotografías a toda velocidad

La fundación Eduardo Barreiros ensambla fotografía y coches en unas jornadas de debate

Dennis Hopper vislumbró en alguna de sus instantáneas de los sesenta el automóvil erigido como único habitante de la gran ciudad; sin plazas para el encuentro pero con amplias avenidas para llenar de motores. Sólo el coche y su sustento, las gasolineras. Al tiempo que el fotógrafo estadounidense retrató una idealización del vehículo en los sesenta, Eduardo Barreiros, emblemático empresario, hacía historia en el sector automovilístico de España. Medio siglo después, la fundación que nació hace 17 años para recordar su legado, organiza su VIII Conferencia Internacional dedicada a la fotografía, el automóvil y su historia compartida. La intención de la fundación, en palabras de su presidenta, Mariluz Barreiros, a LA RAZÓN es «ensamblar el universo del automóvil con las diversas formas de la cultura,en este caso la fotografía, y rendir homenaje al proyecto que iniciaron mi padre y sus hermanos recordando la transformación que provocó en la industria del motor».

La Conferencia Internacional, organizada por la fundación Eduardo Barreiros en colaboración con la de Mapfre, comenzó anoche con un acto de apertura en el que, además de los presidentes de ambas instituciones, también participó el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda del Ministerio de Fomento, Julio Gómez-Pomar, quien en representación de la ministra de Fomento, Ana Pastor, destacó el papel del coche como «fuerza económica y social que ha transformado nuestras vidas». Durante la apertura, Mariluz Barreiros recordó de forma especial la relación entre fotografía y automóvil que había experimentado desde siempre en su casa, con el ejemplo de su padre, «alguien que tanto respetaba la primera y amaba al segundo». Este vínculo ha sido capturado en la historia por los objetivos de numerosos fotógrafos que han reinterpretado el coche. Así, relató Elena Ochoa Foster, fundadora y directora de Ivorypress, que Hitler, descubrió el automóvil como símbolo de poder, Dennis Hopper y otros contemporáneos lo retrataron como «nuevo señor» de calles desiertas en urbes deshabitadas y Óscar Monzón lo retrató como auténtico instrumento de desgracias para el hombre. «La historia de la fotografía ha capturado para la memoria al coche como objeto de culto, símbolo de glamour, herramienta política, instrumento de movimiento u obra de arte en sí misma», añadió Ochoa. Y en esta última concepción del automóvil trabaja el fotógrafo Peter Vann, que retrata, entre otros, los diseños de Giorgetto Giugiaro, que ha firmado más de cien modelos para distintas marcas y es el presidente honorario de la empresa Italdesign Giugiaro, que forma parte del grupo Volkswagen desde 2010. Tanto Vann como Giugiaro hablaron del arte que reside en el diseño de un vehículo y la interpretación que evocan los distintos modelos en relación con la vida cotidiana en la que circulan.

Tras el coloquio de la primera jornada, quedan tres citas hasta el 20 de noviembre en las que se debatirá sobre el automóvil como icono cultural y el deseo que genera de la mano de profesionales del mundo de la fotografía como Daniel Canogar, del cine, como José Luis Cuerda, de la música como Miguel Ríos, de las letras como Gustavo Martín Garzo, y del universo de la automoción, com Guillaume Couzy, director de marketing y comunicación de Peugeot. Además, la fundación Eduardo Barreiros premiará con una cámara fotográfica a las mejores imágenes que usuarios Instagram les han hecho llegar a través del concurso «El coche de tu vida». Una iniciativa más en la fusión de coche e historias, instantáneas y recuerdos.