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Gueorgui Gospodínov: «La agresión rusa demuestra que nadie puede estar seguro con un Estado totalitarista»

Publica en España «Acerca del robo de historias y otros relatos», un magistral conjunto de cuentos con inspiradas reflexiones

El escritor Gueorgui Gospodínov
El escritor Gueorgui GospodínovPhelia Baruh /editorial Impedimenta

Gueorgui Gospodínov es uno de los mejores escritores europeos actuales. Un autor original y de una imaginación abundante que le permiten poner negro sobre blanco, y desde márgenes poco transitados, las viejas realidades humanas y las urgencias sociales y políticas que nos acompañan hoy. Novelista, poeta, Premio Booker Internacional, el autor se ha forjado un peculiar estilo en la brevedad. El ejercicio temprano de la poesía y la costumbre de escribir en papeles recortados y reversos de billetes de metro o autobús, quizá para evitar fugas de la inspiración, le han habituado a un uso certero de las palabras y una inclinación a huir de retóricas y ajustarse a lo que se desea contar. Un ejemplo es «Acerca del robo de historias y otros relatos», su primer libro de cuentos, que publicó en 2001, y que la editorial Impedimenta publica ahora. Está constituido por un conjunto de relatos de imprevistas arquitecturas, que logran sorprender al lector y le abre cauces reflexivos inesperados. Una mujer que con un ojo ve el futuro y con el otro, el pasado; una persona que aprende a ver al mundo al dejar de escuchar; un hombre que conoce todos los mundos filosóficos, pero no tiene ninguna experiencia humana que contar o un inesperado cuarto de baño, donde uno es capaz de divisar el cielo y el infierno.

¿Le influyó mucho la poesía?

Totalmente. Me parece que solo la poesía puede desarrollar esa brevedad e intensidad de la que hablábamos. La poesía es el auténtico taller del lenguaje. Y el lenguaje y el ritmo son la base de cualquier género. Y otra cosa que me encanta: la poesía es capaz de crear asociaciones instantáneas, un arco voltaico que conecta de repente cosas que siempre han estado delante de nuestros ojos, pero que no sospechábamos que pudieran asociarse. Y esto crea una nueva realidad. Me gusta mezclar géneros, abandonar los límites de uno y entrar en el otro. Creo, de hecho, que no hay diferencia entre un buen relato y un buen poema. Los dos pasan a formar parte del mundo.

"Cada guerra es un retroceso en la historia de la humanidad"

Gueorgui Gospodínov

En una de sus historias, sugiere que hay que estar en la sociedad. No aislarse. ¿Cree que debemos ser más nosotros mismos y tener más pensamiento crítico y no dejarnos llevar por la sociedad?

Por desgracia, en estos momentos precisos, los escritores no podemos permitirnos el lujo de aislarnos o entregarnos exclusivamente a nuestros asuntos. Probablemente, uno de los sueños románticos de todo escritor es recluirse en lo alto de una torre o encerrarse en una cabaña en el bosque, lejos de todo. Yo también lo he soñado. Pero nos ha tocado vivir tiempos inquietos. Todo artista es también un ciudadano normal y corriente. Y, si eres ciudadano con un mínimo de conciencia y empatía, no puedes evitar luchar contra el deterioro de este mundo. No puedes dejar de intentar ralentizar un poco la degradación que nos rodea. Al menos esta es mi elección e intento reaccionar, me he pasado muchos días manifestándome por las calles en estos últimos años. He declarado en público mi opinión acerca de lo que ocurre. Somos personas. Esto es lo primero. Luego somos escritores o lo que queramos. Así que no puedes no reaccionar.

"Si tienes conciencia no puedes evitar luchar contra el deterioro de este mundo"

Gueorgui Gospodínov

En estos relatos hay una frase que alude a tiempos pasados: «Los escritores son cirujanos del alma humana». Más allá de esta frase irónica, ¿cree que los escritores y los intelectuales deben contar lo que está sucediendo en el mundo?

Esta frase, por supuesto, se cita con ironía y cierta repulsión, como dice. Los escritores son todo menos cirujanos del alma. Más bien deben producir sentido. Producir sentido con sus historias en un mundo que tiene un déficit agudo de sentido y de visión futuro. A veces, crear sentido pasa por contar lo que falla en el mundo y por qué. Tenemos que mostrar lo que está roto en él. Pero sin intentar ser cirujano o ingeniero del alma humana. Además, otras ideologías ya han intentado esto mismo y fracasaron.

Pero parece que la población ha sustituido a los intelectuales por los «influencers» de las redes sociales.

Está claro que tenemos una crisis de autoridad. Es el resultado de todo este mundo de posverdad, teorías conspirativas deliberadas y falsedades en el que vivimos. En tiempos como estos, surgen de repente «influencers» insospechados que se alimentan de los nuevos medios. Hacer «scroll» y leer son actividades diferentes. Por eso me parece que la literatura es tremendamente necesaria hoy en día. Porque ejerce un trabajo invisible sobre el gusto. En un mundo como este, el gusto ya no es solo cuestión de estética, el gusto es vital y políticamente importante. El gusto para distinguir las noticias falsas, la conspiración, la propaganda es quizás lo más importante aquí y ahora. Es parte de nuestra resistencia.

Usted vive en Sofía. El conflicto de Ucrania se desarrolla cerca de donde vive. ¿Cómo está observando su desarrollo?

Veo esta guerra claramente como una agresión de Putin contra un país independiente. Además, es curioso, porque es su batalla por el pasado. Cada guerra es un retroceso en la historia de la humanidad, pero en este caso Putin quiere específicamente llevar al mundo de vuelta a algún momento alrededor y después de la Segunda Guerra Mundial. Es un colapso en el tiempo. La agresión rusa también demuestra que nadie puede estar tranquilo y seguro si hay al menos un Estado totalitario en cualquier parte del continente. Al totalitarismo en sí no le gusta ni sabe vivir feliz y en paz. Su fuerza reside en la confrontación constante con el otro, en dividir y mantener bajo control no solo a su propia sociedad.