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Holocausto

Kurt Gerstein: ¿un nazi con corazón?

Horrorizado por lo que había visto, alertó de lo que estaba sucediendo a la comunidad internacional... pero nadie le creyó

Fotografía de Kurt Gerstein con su traje de las SS
Fotografía de Kurt Gerstein con su traje de las SSLa Razón

Sin importar el expediente individual de las unidades de combate dentro de las Waffen-SS, toda la organización fue declarada “entidad criminal” por el Tribunal Militar Internacional durante los juicios de Núremberg. Solo los soldados pudieron librarse de ser considerados como tales... los oficiales, en cambio, fueron acusados de crímenes de guerra, sin distinción.

Pero entre ellos había uno que merecía ser diferenciado del resto: Kurt Gerstein.

Retrato fotográfico de Kurt Gerstein
Retrato fotográfico de Kurt GersteinLa Razón

El padre de Kurt educó a su hijo en la fe cristiana, y a la vez, en el nacionalismo pangermánico fruto de la humillación del Tratado de Versalles. Lo que no sabía por aquel entonces, es que aquel conflicto entre moral e ideología colocaría a su hijo en una posición muy delicada unos años más tarde.

Según un amigo de la infancia, Kurt Gerstein siempre había sido “la oveja negra de la familia”. Desde muy joven había dado signos de cierta rebeldía e idealismo, lo que complicó la relación entre ambos. Pero aún con todo, debía honrar las enseñanzas de su padre.

En 1933, el joven Gerstein se unió a las filas del Partido Nazi. Pero mientras tanto, también formó parte de la “Iglesia Confesante”... a pesar de que la pujante ideología no veía con buenos ojos ninguna religión, porque incluían algunas preceptos morales que podían resultar un impedimento.

De hecho, la creciente hostilidad contra los movimientos cristianos por parte de las autoridades nazis, creó una brecha entre Kurt y la organización. Participó en algunas protestas violentas y en otras actividades insurgentes, lo que provocó su detención por parte de la Gestapo.

Después de mes y medio en prisión, fue expulsado del partido.

Miembros de la Liga de Mujeres Alemanas ondean banderas nazis en apoyo de la anexión alemana de Austria. marzo de 1938.
Miembros de la Liga de Mujeres Alemanas ondean banderas nazis en apoyo de la anexión alemana de Austria. marzo de 1938.USHMMLa Razón

Con un mal expediente como el suyo, era complicado ganarse la vida; así que aprovechó la situación para hacerse misionero y continuar con sus actividades insurgentes en favor de su fe.

Aquello le costó ser recluido en un campo de concentración donde conoció de cerca la realidad de reclusos que vivían en estos lugares. Pero la influencia de su padre, el juez Luzwig Gerstein, consiguió que Kurt abandonase el campo y se fuese a trabajar a una mina de potasa en Turingia.

Soldado voluntario

Hitler y Stalin habían invadido Polonia. La amenaza que representaba el Tercer Reich ya no se podía omitir por más tiempo. Por lo que dio comienzo el conflicto más sangriento de la historia: la Segunda Guerra Mundial.

Movido por su patriotismo, Kurt abandonó su trabajo y se alistó voluntario en las Waffen SS. Hay quien sostiene que su decisión respondía más bien a la muerte de su cuñada, que fue asesinada por el régimen nazi en su campaña eugenésica contra los enfermos mentales, lo que le empujó a trabajar desde dentro para acabar con la organización. Pero no hay evidencias que lo corroboren.

Tras pasar un tiempo en el frente de Holanda, fue destinado al Servicio de Higiene del Estado Mayor de las SS, donde se encargaría de diseñar sistemas de potabilización de agua para combatir el tifus. Pero poco más tarde, se le encomendó una labor mucho más delicada: debía transportar 100 kilos deZyklon-B a los campos de exterminio de Treblinka, Belzec, Sobibor y Majdanek.

Reclusos acostados en literas en un cuartel en el campo de exterminio alemán nazi de Auschwitz-Birkenau después de su liberación.
Reclusos acostados en literas en un cuartel en el campo de exterminio alemán nazi de Auschwitz-Birkenau después de su liberación.YAD VASHEM ARCHIVESReuters

Su labor allí sería rediseñar las cámaras de gas para adaptar el sistema de monóxido de carbono por el de Zyklon, que era más rápido y “eficiente”. Aquella experiencia le marcaría, sobre todo cuando tuvo que organizar el envío de cantidades industriales de Zyklon a Auschwitz.

Desde entonces, Kurt Gerstein empezó a “perder” las botellas de gas y a “extraviar” raciones de comida en los campos que inspeccionaba.

Horrorizado por lo que tenía que presenciar, recurrió a su padre en busca de consejo:

Nunca he participado en nada de esto. Cada vez que recibía órdenes, no sólo no las cumplía, sino que me aseguraba de que se desobedecieran. Por mi parte, dejo todo esto con las manos limpias y la conciencia clara”.

A lo que su padre respondió:

“Eres un soldado y un oficial, ydebes obedecer las órdenes de tus superiores. Quien soporta la responsabilidad es quien da las órdenes, no quien las lleva a cabo. No puede haber desobediencia alguna”.

Fotografía de archivo con fecha desconocida que muestra a prisioneros judíos en el campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia
Fotografía de archivo con fecha desconocida que muestra a prisioneros judíos en el campo de concentración nazi de Auschwitz, en PoloniaSTREFE

Pero la influencia de su padre sobre él ya no era la misma que antes.

Kurt Gerstein comenzó a alertar de lo que estaba sucediendo a la comunidad internacional: primero recurrió al secretario de la Embajada de Suecia (con el que había coincidido en un tren a Berlín); luego a la Santa Sede; y luego se puso en contacto con muchos otros altos cargos extranjeros... pero nadie le creyó.

O al menos así fue hasta que la resistencia holandesa atendió a sus advertencias y redactó un informe, aunque no tendría ninguna trascendencia y quedaría olvidado durante años. Nada parecía tener efecto.

Decidió ir un paso más allá, así que cruzó la frontera con su familia y se entregó a los franceses. Se identificó como antiguo miembro de las SS, pero contrario al nazismo. En un primer momento, tuvo una buena acogida y simplemente permanecería en arresto domiciliario.

Fue cuando explicó su relación con el Zyklon cuando la cosa se complicó para él, y fue encerrado en la prisión parisina de Cherche-midiacusado de crímenes de guerra.

El 15 de julio de 1945 se ahorcó en su celda.

La pelea por su recuerdo

Cuatro años después de su muerte, el juez de “Desnazificación” de Turingia sentenció: “el Tribunal no ha incluido al acusado entre los principales criminales, pero lo sitúa entre los incriminados” (...) “el acusado no agotó todas las posibilidades que tenía abiertas y debería haber encontrado otras formas y medios de mantenerse al margen de la operación”.

El acusado Gottlob Berger, exjefe de la oficina central de las SS, es sentenciado a 25 años de prisión, flanqueado por el sargento.
El acusado Gottlob Berger, exjefe de la oficina central de las SS, es sentenciado a 25 años de prisión, flanqueado por el sargento.Albert RiethausenAP

Viendo la falta de una respuesta positiva por parte de las instituciones, la viuda de Gerstein buscó apoyos para limpiar la imagen de su marido.

Fue el presidente del Consejo Central de los Judíos Alemanes quién, con el informe de la resistencia holandesa en la mano, consiguió la reparación de la memoria de Kurt Gerstein.