España y Arabia, un reencuentro en la historia y en la cultura con horizonte en el plan Vision Saudi 2030
El joven Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí y actual primer ministro con menos de cuarenta años, impulsó en 2016 el programa Vision Saudi 2030. Tiene como objetivo convertir el país en un escenario moderno del mundo globalizado y evitar la dependencia del “oro negro” descubierto en Arabia en 1933
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La zona está recuperando la importancia que tuvo hace dos mil años al albur de las rutas del incienso y la seda que unían los polos tecnológicamente más avanzados del momento de entonces. La impronta de la ruta del incienso la vemos en la alegoría de los Reyes Magos de Oriente que en muchos países celebramos la noche del 5 de enero y en los regalos que ofrecen a Jesús, en concreto en el incienso y en la mirra (arábiga). Jesús es el hijo de Dios para los cristianos y es considerado por el Islam de origen divino ya que reconoce que fue concebido sin padre ni madre biológicos. También reivindica de su madre, la virgen María, que fue la mujer más devota de la historia y así consta en el Corán, que la cita probablemente más veces que la Biblia. La virgen María es en el islam, Maryam bint Imran, o María hija de Imran, uno de los siervos más piadosos de Israel. El Islam ha marcado la impronta de Arabia Saudita, desde la Hégira o migración (y no huida) del profeta Mahoma de La Meca a Medina, remozada a partir de 1746 por el profeta Abdul Wahhab de carácter iconoclasta y purificador. Por ello, Arabia Saudita se ha movido siempre entre el conservadurismo religioso y una alianza duradera con los Estados Unidos. El conservadurismo religioso viene marcado por el compromiso histórico de ser el país guardián de los santos lugares del Islam. La Meca, lugar de nacimiento de Mahoma, y lugar en el que se encuentra la Kaaba, construida por Abraham (Ibrahim en el Corán) y su hijo Ismael, como primer templo religioso en la tierra. Los musulmanes tienen la obligación, si el dinero y la salud se lo permiten, de peregrinar al menos una vez en su vida a la Meca para realizar el Hach o la Umrah. Y Medina, ciudad en la que se originó la primera comunidad musulmana y que alberga en la actualidad la tumba del profeta Mahoma.
España y Arabia Saudita tienen su historia entrelazada desde la llegada a la península del General Tarik en el 711. De aquella gesta queda hoy como recuerdo el nombre de la última colonia existente en Europa, Gibraltar (o la montaña de Tarik). Los ocho siglos de presencia musulmana han dejado honda huella en muchos aspectos en la vida española: creencias, léxico, gastronomía, y, hasta cierto punto, genética. La tradicional amistad de España con los países árabes durante el franquismo ha tenido continuidad con actividad desarrollada por el Rey Juan Carlos y su estrecha relación con la familia real saudita, y más recientemente con iniciativas como la Alianza de Civilizaciones impulsada por el PSOE de Moratinos y Zapatero. Gran parte de los problemas que encontramos actualmente en la zona, se originan durante la Primera Guerra Mundial, cuando Inglaterra y Francia caen sobre los restos del Imperio Otomano repartiéndose la zona mediante el Acuerdo Skyes-Picot. Es el tiempo en el que aparece en escena el literaturizado Lawrence de Arabia que fue capaz de alinear a numerosas tribus árabes contra la Gran Puerta (el Imperio Turco) y que junto al Rey Faisal propone crear en la zona un estado árabe. Al término de la Primera Guerra Mundial franceses e ingleses engañan nuevamente a los árabes y el anhelo de la gran nación se desvanece. Este aspecto pasa desapercibido al no existir un relato sobre la leyenda negra inglesa.
El estado moderno de Arabia Saudí nace en 1932 y su nombre se debe al fundador de la dinastía, Abdul Aziz, también conocido como Ibn Saud (o hijo de Saud) que batallando contra grupos rivales y en especial contra el jerife hachemita Hussein (descendiente del profeta), unifica entre otras, las regiones de Hedjaz y Hasa. De su extirpe son los diez mil príncipes y princesas que existen hoy en el país. Seis de sus hijos han sido sucesivamente reyes desde 1953. Por este orden: Saud, Feisal, Khaled, Fahd, Abdula, y el actual Salman.
Una población hospitalaria y afectuosa
Volviendo al presente, la iniciativa más conocida del plan Vision Saudi 2030 es la construcción de la ciudad ecológica The Line, que, de llegar a materializarse y funcionar, terminará con las ciudades tal y como las conocemos. Es por ello que este plan contempla situar el país en el centro de los escenarios árabe e islámico. El Banco Mundial señala que la población del mundo árabe era en el año 2021 de más de 440 millones de habitantes y aunque los datos sobre el número de musulmanes son imprecisos, encontramos cifras cercanas a los 1500 millones. Coincidiendo con la celebración del día mundial del turismo del año 2019, Arabia Saudí decidió abrirse al turismo internacional no musulmán. El país tiene seis lugares patrimonio material y nueve ítems patrimonio inmaterial de la Humanidad UNESCO. Empero el Covid frenó los planes de apertura turística saudíes, y han tenido que esperar más de dos años para que la ansiada apertura fuera efectiva. Desde hace pocos meses, los primeros no musulmanes pueden llegar a una zona del mundo que ha estado cerrada durante casi mil quinientos años.
Desde la Autoridad Nacional de Turismo Saudí, cuyo presidente es un miembro de la familia Real, se han dado órdenes precisas para que los sauditas se muestren tal y como son, afectuosos con todo visitante extranjero, un pueblo hospitalario, amable, y extremadamente amigable. El príncipe heredero Mohamed Bin Salman recuerda que “no somos diferentes del resto del mundo”.
España y Arabia Saudita tienen de nuevo en el turismo otro punto de unión. Tras la autarquía franquista, España se abre al mundo en los años sesenta del siglo pasado gracias a Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo de la época, extraordinariamente activo en la promoción de nuestro patrimonio cultural, gastronómico y medioambiental. Los turistas quedaron fascinados por un extraordinario y desconocido patrimonio cultural. Muchos repitieron y algunos son hoy residentes permanentes. Fraga levantó los cimientos de la industria del turismo, que hoy cuenta con estudios académicos, másteres y doctorados. Evocando a los primeros aventureros que descubrieron una España secreta pero fascinante en el siglo pasado, los viajeros que ahora lleguen a Arabia Saudita encontrarán grandes atractivos culturales derivados de ser encrucijada de otras civilizaciones como los Nabateos, además de origen el islam. Por ejemplo, la importante ciudad de Medina, abierta ahora a los no creyentes, es un lugar extraordinario fusión de tradición y modernidad. Los saudíes pueden mirar en el modelo español, por ejemplo, en Santiago de Compostela y en el Camino de Santiago, donde conviven por un lado la fe y la religión, y por otro la cultura y la modernidad. Espacios abiertos ofrecidos a la convivencia pacífica.
El catolicismo romano tiene tres importantes e históricas rutas de peregrinaje con sus correspondientes viajeros. Los palmeros que van a Jerusalén, los romeros que van a Roma y los peregrinos que lo hacen a Santiago de Compostela. El ya citado León de Vilalba en su madurez política terminó por convertirse en presidente de Galicia, donde queda Santiago de Compostela. Nuevamente focalizado en el turismo como motor de la economía, recompuso la histórica ruta del Camino de Santiago y la abrió a la sociedad como un activo poliédrico más. Hoy el camino es una ruta abierta que se puede hacer desde la fe, pero también desde muchos otros puntos de vista no religiosos como la cultura, la gastronomía o la ecología; y representa un importante activo económico de la zona. Muchos pequeños municipios son hoy prósperos hoy gracias al camino y los peregrinos coinciden en señalar, que los gallegos son excelentes anfitriones, generosos y amigables. Al mismo tiempo, Arabia Saudita descubre de manera inédita lugares increíbles como la segunda ciudad en importancia de los nabateos, Hegra, y sus importantes rutas históricas, bien comerciales, bien religiosas; que podrían hasta hermanarse con nuestro Camino de Santiago.
Para todos aquellos que ven sombras en el modelo de desarrollo saudí, hay que recordar en palabras del presidente chino Xi Jinping que occidente ha tenido siglos de contaminación y expolio para hacer cuatro Revoluciones Industriales mientras que las economías emergentes deben hacerlas en menos de dos décadas. Por eso recomendamos prudencia con las acusaciones y algo de paciencia. Aquellos que sean pacientes y prudentes encontraran una nueva tierra de oportunidades, esta vez, en el desierto.
Arabia austera y violenta, pródiga y acogedora, inestable y emotiva. La religión islámica ha nacido en el desierto y ese vacío te acerca a Dios. Y cómo decía T. E. Lawrence: “El beduino posee el aire, los vientos, el sol, la luz, los espacios abiertos y un inmenso vacío”. Al tiempo, el peregrino que llega a Santiago de Compostela ha experimentado también en su caminar el contacto con la naturaleza y el infinito del Camino de la Estrella.