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Curiosidades
¿Por qué la gente en la Edad Media dormía en camas-armario? Este es el motivo
La innovación en el hogar no empezó con los electrodomésticos

Las frías noches europeas de la Edad Media exigían mucho ingenio para conciliar el sueño. Tal como detalla un reportaje de National Geographic uno de los recursos más extendidos fue la cama‑armario, también llamada cama cerrada o "box bed", un mueble que combinaba dormitorio, armario y refugio térmico en un solo mueble pensado para familias que vivían, trabajaban y dormían en la misma estancia .
Este mobiliario pesado solía construirse en madera de roble o castaño y tenía forma de armario profundo, con puertas batientes, correderas o cortinas. Dentro cabía un colchón de paja o uno relleno de lana, y en muchas zonas se añadía un altillo para que los hijos durmieran encima de los padres.
Los modelos humildes se limitaban a tablas lisas, pero los de los campesinos acomodados y la pequeña nobleza llevaban tallas e incluso escudos familiares que convertían la cama‑armario en la pieza más vistosa de la casa.
Combatiendo el frío de la “Pequeña Edad del Hielo”
Entre los siglos XIV y XIX el continente atravesó un largo periodo de descensos térmicos conocido como Pequeña Edad del Hielo. Sin chimeneas eficientes ni ventanales con cristal, la única estrategia para no helarse era preservar el calor corporal.

Al cerrar la puerta o la cortina, el reducido espacio interior retenía el aire caliente que desprendían los ocupantes y podía elevar la temperatura varios grados respecto al resto de la sala. No era raro que se apiñaran tres o cuatro personas para dormir, porque el calor compartido era literalmente cuestión de supervivencia.
Cuando el salón, la cocina y el dormitorio eran el mismo cuarto
La mayoría de las viviendas campesinas disponía de una sola estancia multifunción. Plegar la cama dentro de un "armario" liberaba superficie durante el día. Por la noche, cerrar las puertas otorgaba un mínimo de intimidad visual y acústica en hogares donde padres, hijos y abuelos compartían techo.
Las tablas protegían de corrientes de aire y de insectos trepadores, además, al aislarse de la suciedad del suelo y de los animales, se reducían parásitos como las pulgas.
De Bretaña a los Alpes: mil nombres, el mismo concepto
En la Bretaña francesa se la conocía como "lit clo"s; en los Países Bajos, "bedstee"; en Escocia, "box‑bed". Hay ejemplares conservados en museos del Tirol, en granjas holandesas del siglo XVII e incluso en algunas casas rurales escandinavas, donde el mueble perduró hasta entrado el siglo XX.
El declive llegó con la mejora de la calefacción, la aparición de tabiques interiores y la popularización de camas metálicas con somier, más ligeras y fáciles de ventilar.
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