Por qué la cuchilla de la guillotina fue diseñada con una forma oblicua

En esencia, la guillotina no es más que una hoja de metal afilada y de gran peso, suspendida a cierta altura que se deja caer sobre el cuello del condenado a voluntad del verdugo, provocando una decapitación fulminante y, en teoría, indolora. De hecho, ese era el objetivo principal de su diseño: ejecutar al condenado causándole la mínima angustia posible.

Otro objetivo fue equiparar la forma en que se ejecutaba a los criminales de distinta clase social. Antes de la guillotina, los delincuentes comunes eran ejecutados mediante métodos tortuosos como la horca, la quema en la hoguera y la rotura en la rueda, mientras que los delincuentes aristocráticos tenían el privilegio de decapitaciones manuales (un trato bastante más favorable que el de las clases bajas).

La idea original de la guillotina corresponde al médico y político francés Joseph Ignace Guillotin; quien presentó su propuesta en la sesión de la Asamblea Nacional del 9 de octubre de 1789. El legislador describió lo que a sus ojos sería el instrumento de muerte más humano: “El mecanismo cae como un rayo; la cabeza sale volando; la sangre brota; el hombre ya no existe”, explicó Guillotin.

Sin embargo, el responsable de diseñar el primer prototipo fue el Dr. Antoine Louis. De hecho, inicialmente, el dispositivo fue conocido como "Louison" o "Louisette". La cuchilla de aquel primer diseño no tenía una forma oblicua, sino convexa. Y eso hacía que fuera notablemente menos eficaz en su propósito.

Afortunadamente, las primeras pruebas se realizaron con ovejas y terneros, luego con cadáveres humanos y, solo después se realizó con personas vivas. El inventó cumplió su propósito a la perfección cuando se trató de cadáveres de mujeres y de niños. Sin embargo, los cuellos de los varones eran notablemente más resistentes.

Aquello hizo que fuera necesario un rediseño que incluiría el aumento de la altura a la que caería la hoja, así como el cambio en la forma de la misma. La orientación oblicua de la cuchilla permitía un corte gradual, en lugar de tener que cortar a través de un todo como lo haría una cuchilla recta o una convexa. De esta forma, se reducía la resistencia total del “material” cortado y el corte sería más rápido y más eficiente.

Una historia apócrifa, difundida por una novela de Alejandro Dumas y tratada por muchos como cierta, presenta al rey Luis XVI proponiendo estas modificaciones en el instrumento que, irónicamente, sería el causante de su muerte nueve meses después. Sin embargo, esta narración carece de toda veracidad y fundamento histórico.

El método de ejecución más prolífico

La guillotina hizo su debut en la historia francesa y mundial el 25 de abril de 1792 en París con la ejecución del delincuente Nicolas Jacques Pelletier. No obstante, no fue hasta el tumultuoso período de la Revolución Francesa que la guillotina se convirtió en se erigió como uno de los instrumentos de muerte más prolíficos de la historia de la humanidad. Se estima que aproximadamente 16,000 personas encontraron su final a manos de este enigmático instrumento.

Posterior a la Revolución, el uso de la guillotina continuó en Francia durante el siglo XIX. Durante el periodo de la Restauración, los reyes Borbones reinstauraron la monarquía y emplearon la guillotina para suprimir a los disidentes. Sin embargo, la cantidad de ejecuciones experimentó una reducción significativa en comparación con los años revolucionarios.

Sin embargo, el acto final de la guillotina ocurrió mucho después. Concretamente, el 10 de septiembre de 1977 (el mismo año en que se lanzó la primera película de Star Wars), marcando el fin de una era. El ejecutado fue un inmigrante tunecino llamado Hamida Djandoubi, quien había sido condenado por haber torturado y por haber prostituido a su novia.