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Literatura

Los horrores silenciados en un hospital de la posguerra

Ángela Banzas, finalista del Premio Planeta, publica una intensa historia entre el realismo y el terror gótico

Ángela Banzas, finalista del Planeta
Ángela Banzas, finalista del PlanetaJoan Mateu

La memoria está hecha de recuerdos, sí, pero también está hecha de sueños, de imaginación y de olvido, como si fueran las cuatro puntas de un mapa que sólo se recorre a tientas, siguiendo siempre un camino particular que se confunde, por momentos, con el camino que recorren los otros, tal vez porque la memoria personal también está hecha de los recuerdos, de los sueños, de la imaginación y el olvido, a veces disfrazado de silencio, de los otros. Eso es lo que ocurre en «Cuando el viento hable», esta novela de Ángela Banzas (Santiago de Compostela, 1982) que resultó finalista del Premio Planeta 2025 y que explora, a través de una historia conmovedora, tejida con palabras y paciente silencio, la manera en que funcionan los mecanismos de la memoria. Unos mecanismos que, gracias al poder de la escritura y de la evocación, se parecen tanto, a veces, a los mecanismos de la ficción. Todo sostenido, además, por una prosa clarísima y candente que da vida a unos personajes que se mueven entre la nostalgia y la confusión, en un paisaje tan real que parece imaginario.

Quinta novela de esta escritora que canjeó la administración de empresas por la literatura y que se estrenó en 2021 con «El silencio de las olas» (a la que siguieron «La conjura de la niebla», «La sombra de la rosa» y «El aliento de las llamas») en «Cuando el viento hable» Ángela Banzas pinta un escenario que conoce perfectamente, el de su Galicia natal, y lo hace con una trama en la que, además del escenario real, aparece también el escenario simbólico, compuesto por leyendas y lugares que animan la imaginación y la curiosidad del lector.

Espacio siniestro

Así, la historia se centra en Sofía, una niña que nace en el otoño de 1939 y que, por razones que no es necesario aclarar, crece bajo la crianza de sus abuelos paternos en una aldea rural de Galicia. Sofía, pues, se va adentrando poco a poco en un espacio que, si bien le resulta familiar, se le vuelve sin embargo a veces siniestro, a veces sombrío. Mucho más cuando, tras ser ingresada en el Hospital Real de Santiago, conoce a Julia, una niña de ojos verdes que se convierte en su primera gran amiga y cuya vida, como el de Sofía, está llena de secretos, de misterios, de cosas que ambas intuyen pero que nadie puede explicar. Aunque Julia, según parece, tiene algunas respuestas.

La memoria funciona entonces, en la arquitectura narrativa de «Cuando el viento hable», como un impulso vital, pues en ella, en la memoria, se cifra la clave de lo que Sofía vive. Y no sólo ella. También Julia. Con lo cual ambas conforman una especie de memoria colectiva donde una historia lleva a la otra pues una historia, a su vez, proviene de otra, como ocurre en la vida misma. En ese sentido, la novela se articula en torno a varios ejes temáticos, como la memoria traumática, que se traduce en el silencio de la posguerra, en las heridas que no cicatrizan, en los secretos que jamás se revelan en familia; la identidad y el reconocimiento de los otros, también portadores de historias que nos desvelan quiénes somos, de dónde venimos; y el poder redentor de la literatura, del mundo fantástico de los libros, que permiten ver más allá de donde se encuentran aisladas Julia y Sofía.

Más allá de la trama y del argumento, Ángela Banzas perfila a la perfección, dando voz a una niña que tiene algo de inocente y mucho de sagaz, la ambientación donde acontece la novela, además de ser elemento importante, juega un papel primordial en el desarrollo de la historia. Desde las zonas rurales de Galicia, la Costa da Morte, hasta el Hospital Real de Santiago, la novela traza un arco geográfico pero también histórico, pues en ese hospital, en la novela, se ocultan horrores y experimentos con personas, lo que le da un matiz casi gótico, de intriga y verdad oculta, territorios reales y simbólicos plagados de belleza y misterio. Memoria, olvido, imaginación, sueños y recuerdo. De eso trata esta novela delicada, que ilumina lo que ha permanecido en silencio. Una novela en la que las palabras no alcanzan para llegar al centro del misterio, pero sirven para bordar el vacío.

Diego GÁNDARA

«Cuando el viento hable»

Ángela Banzas

PLANETA

360 páginas, 21,90 euros

★★★★

▲ Lo mejor

La manera en la que la autora se sumerge, a partir de una memoria personal en una historia de ficción

▼ Lo peor

Nada que reprochar a esta novela que muestra que los hombres estamos hechos de historias