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«Infierno bajo el agua»: El huracán ha despertado a la bestia

El director de «Las colinas tienen ojos», Alexander Aja, se sumerge en este «infierno» con una película de terror plagada de cocodrilos.

Hayley (interpretada por Kaya Scodelario) intentará sobrevivir a las inclemencias de un potente huracán
Hayley (interpretada por Kaya Scodelario) intentará sobrevivir a las inclemencias de un potente huracánlarazon

El director de «Las colinas tienen ojos», Alexander Aja, se sumerge en este «infierno» con una película de terror plagada de cocodrilos.

Irma, Harvey, María, Florence y Michael. Aunque pudieran parecer en un primer reconocimiento los protagonistas de una reunión de antiguos alumnos del anuario escolar del 95 de la América más profunda, esta lista de nombres es tan solo un pequeño ejemplo de algunos de los azotes meteorológicos más conocidos que la costa de Florida ha sufrido en los últimos años. Según datos de la Administración Nacional y Atmosférica, desde que se tienen registros de catástrofes en ese Estado limítrofe con el golfo de México, se han producido más de 114 golpes directos provocados por ciclones y huracanes. Concretamente, el 40% de los huracanes que se generan en Estados Unidos suceden allí, en un territorio con propensión a los cataclismos. Teniendo en cuenta la magnitud de semejantes datos, no es de extrañar que el cineasta de origen francés artífice de cintas como «Las colinas tienen ojos» o la candidata a la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1997 «Over the Rainbow», Alexander Aja, elija un pequeño pueblo ubicado en esta localidad como escenario principal para su nuevo largometraje; «Infierno bajo el agua». En esta ocasión, el director vuelve a utilizar de forma habilidosa y estratégica el enfrentamiento titánico entre personas y criaturas marinas como ya hiciera en «Pirañas 3D» sustituyendo, eso sí, la violencia dental de unos peces prehistóricos con complejo de escualo, por las mandíbulas de unos sanguinarios reptiles bautizados con el sobrenombre de «dinosaurios vivientes» por su antigüedad, que pueden llegar a pesar la nada tranquilizadora cifra de quinientos kilos: los cocodrilos.

En la que es su décima película, Aja narra una historia protagonizada por un padre, una hija y una hilera de cocodrilos infinita sirviéndose de grandes cantidades de suspense, una buena recreación de las condiciones climatológicas y unos movimientos rapidísimos con la cámara que terminan sumiendo al espectador en un inquietante viaje con la supervivencia como única prioridad. Hayley (interpretada por la actriz británica que saltó a la fama por su papel en la exitosa serie «Skins» y ha consolidado su carrera con películas como «Maze Runner» o «Piratas del Caribe», Kaya Scodelario) es una ex nadadora cuya reconciliación con su padre parece haberse estancado en el tiempo. Haciendo caso omiso a las órdenes de evacuación de las autoridades locales y con un temporal apocalíptico acechando el cielo de la conocida como «región del Sol», vuelve a la casa familiar para reunirse con su padre desaparecido (a quien da vida el actor Barry Pepper) y asegurarse de que ambos logran resguardarse del huracán.

Sin embargo, la intensidad de las lluvias no tarda en comenzar a devastar comercios, coches, señales, tendidos eléctricos y toda clase de elementos expuestos a la furia incontrolable de la naturaleza, propiciando la salida de unas criaturas potencialmente peligrosas para las que el agua, lejos de resultar un incómodo problema, se convierte en su escenario de aniquilación. Tras encontrarle gravemente herido en el sótano de la casa y contemplar cómo la inminente inundación que está arrasando el pueblo les deja atrapados, la joven tendrá que tomar las riendas de una situación extrema en la que las estancias del inmueble se ven alteradas por la invasión de unos compañeros de tierra poco hospitalarios.

No es la primera vez que Kaya Scodelario y el canadiense Barry Pepper comparten escenas de acción en la gran pantalla (coincidieron en «El Corredor del Laberinto»). Para Pepper, este tipo de rodajes no resultan nuevos después de participar en cintas como «Salvar al Soldado Ryan» o «Enemigo público». Las condiciones en este caso han resultado casi tanto o más extremas que aquéllas, tal y como aseguraba su compañera Scodelario recientemente: «Alexandre me ha llevado al límite, he dado todo de mí en esta cinta porque me lo propuse como reto personal. Físicamente fue extenuante pasar tantas horas en el agua, hubo momentos en los que realmente dudé de mi capacidad para seguir grabando». La joven también señala que se trata del trabajo más físico que ha hecho hasta la fecha y reconoce que la exigencia ha sido tal, que los moratones y las heridas llegaron a convertirse en sus fieles compañeros de batalla durante todo el proceso.

Por exigencias del guion, el equipo de de rodaje tuvo que pasar doce horas al día bajo el agua sin calefacción para evitar dormirse con el agua caliente, ejemplificando la dureza de una arriesgada apuesta a nivel técnico. El reflejo sobredimensionado del instinto depredador de los cocodrilos es algo que la actriz conoce de cerca: «Mi familia política es de Georgia y han pasado mucho tiempo de vacaciones en Florida. Me contaron historias de encuentros con cocodrilos y conocían de hecho a alguien que tenía un caimán viviendo en su casa. Son historias que se escuchan mucho rodando este tipo de películas», comenta. El pánico, la excitación y la necesidad de sobrevivir convierten esta película en el motivo más convincente para tener que mirar dos veces antes de meterse en el agua.