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José Mota: "El humor es un arma de construcción masiva"

Humorista, guionista y actor

Foto: Alberto R. Roldán
Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Tiene una inteligencia emocional «bien colocada». Llega a las terrazas del hotel Mirasierra y quien le mira, sonríe a su paso. Se siente orgulloso del «legado inmejorable» que le dejaron sus padres, que ya no están. Lleva 30 años «colándose» en los salones y ahora, está entre bambalinas, dirigiendo el programa «Hoy no, mañana», que reúne a los mejores cómicos del país en una disparatada y divertida visión del mundo, presentado a modo de telediario por su amigo Santiago Segura. Dice que lo que más le seduce es «lo humano con su imperfección», que los hospitales deberían recetar comedia en general, y de niño ya jugaba a hacer el humor.

¿Cómo es José Mota en la vida real?

Una persona normal y corriente que intenta consumir vida, toda la que puede, pero su profesión no le deja; aunque me considero un afortunado porque me dedico a hacer algo que me llena de vida también. Nuestro trabajo es una especie de burladero que te da pie a observar la vida y es un balcón de lujo.

¿Los humoristas son personas tristes ?

No. Creo que los cómicos estamos en esto del humor por necesidad propia porque nos llena de vitalidad entender la vida con la herramienta del humor. Somospersonas normales con todos los matices que se pueden tener.

¿Recuperaría a la vieja del visillo como observadora de los pactos políticos?

Sí, bueno... La vieja del visillo como propuesta mía no está, pero existe en cada uno de nosotros. Los secretos no permanecen. Cuando te van a contar algo y te dicen eso de: «Oye, te voy a contar algo, pero que no salga de aquí»; el otro, lo que está pensando, es: «No te preocupes, que esto no sale de Madrid». Si hay algo que viaja más rápido que la luz es el rumor, el odio y las malas costumbres, Y eso, lo sabía hasta Einstein.

¿España necesitaría un Ministerio del Humor?

El mundo necesita el Ministerio del Humor. El humor nos enseña una vida más amable, nos recuerda que casi nada es para tanto, que le damos importancia a absurdeces y, como dijo un amigo mío, es un arma de construcción masiva y se debe bien utilizar bien. Quiero pensar que la sociedad que abraza el humor sin miedo es una sociedad más grande y más libre. Al humor no hay que tenerlo miedo, hay que coquetear con él.

¿Alguna vez pensó que algo de lo que dijo o hizo no tenía gracia?

Por su puesto. De hecho, a veces, con Florentino y con Santiago –Segura– hemos hablado de cuando tiras una supuesta gracia o un supuesto chiste y lo único que oyes es el grillo de la calle. Entonces es que algo está marchando mal.

¿Es más difícil imitar a los políticos que antes?

Creo que ahora la raza política, si los metiésemos a hervir media hora en un caldero, saldría un caldo con menos sustancia. El caldo político de antes soltaba más sabor. Hay actualmente mucho político poco imitable. Realmente no sirven para el objetivo por el que se les ha puesto ahí, que es el de servir de diana a los cómicos para hacer reír o sonreír al pueblo. Y si no es susceptible de una buena parodia, pues habrá que relevarles de su sitio.

Si le contrataran como jefe de gabinete de Dios, ¿qué administraría o en qué asesoraría?

Asesoraría humor en la sociedad y creo que falta. Nos reímos frecuentemente del de enfrente, pero creo que hay que tomarse a uno mismo menos en serio. Cuando uno se ríe de sí mismo afloja muchas tensiones, pero vamos muy ornamentados de posticería social.

¿A quién le diría eso de «si hay que ir, se va... pero va a ser que no»?

¿Para no ir luego? Diría si hay que ir se va... pero para ir. Aunque estoy en el mundo del espectáculo soy poco de focos y luces y cuando me invitan a un estreno si hay que ir, se va. Hay gente a la que la cámara le puede producir un estado de más confort.

¿Qué le produce «ansia viva»?

Una cosa que me produce ansia viva es cuando miro hacia atrás y veo que el tiempo transcurre tan rápido. Soy una persona absolutamente vitalista, amo la vida y no puedo evitar, a veces, mirar hacia atrás. Me encanta el presente, pero también echo de menos cosas de antes. Para mí, de niño, el Parque de Atracciones era Montiel, porque no había coches, y ahora las calles en los pueblos han sido arrebatadas a los niños por los coches.

¿Quién cree ahora que es «tonto del to' pa' siempre»?

Creo que es tonto del to' pa' siempre aquel que abraza sus ideas como las únicas a considerar en la vida; aquel que dice eso de que quien no piensa como yo no tiene derecho a tener un pensamiento distinto. Esos son tontos no para un rato, pa' siempre.

Creo que un día aparcó su coche bloqueando la salida del autobús del Real Madrid...

¿Lo hice? Lo tenía borrado de la cabeza. Lo dejé, pero no con la intención de que llegaran tarde. ¿Pero esto lo sabe el Real Madrid? (Risas).