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Crítica de libros

Juan del Val, Premio Planeta, disecciona la hipocresía moral de hoy

El escritor publica «Vera, una historia de amor», que, a partir de los temas que le obsesionen, teje una crítica que trata de denunciar la banalidad que hay detrás de la fama

Presentacion del Premio Planeta 2025 en el Instituto Cervantes en Madrid. El escritor Juan del Val, ganador del premio Planeta con la novela "Vera, una historia de amor", junto a la escritora Angela Banzas, finalista con la novela "Cuando el viento hable”. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 04 11 2025
Juan del Val durante la presentacion del Premio PlanetaAlberto R. RoldánFotógrafos

Juan del Val se alza con el Premio Planeta 2025 y confirma que la narrativa de ambición popular puede alcanzar cotas de calado y galanura. La novela, ambientada en la alta sociedad sevillana, aborda la metamorfosis de una mujer que, tras veinte años de matrimonio con un marqués, decide emanciparse del papel asignado. En ese tránsito de sumisión a libertad –del silencio conyugal a la voz propia–, el autor construye una parábola contemporánea sobre el deseo y la identidad, donde el amor funciona menos como redención que como detonante de una conciencia.

Del Val vuelve a sus temas recurrentes: la fragilidad moral de los entornos privilegiados, la tensión entre fachada y verdad, y el vértigo de vivir fuera del guion marcado. Si en «Del paraíso» diseccionaba la hipocresía de una urbanización de lujo y en «Bocabesada» la banalidad de la fama televisiva, aquí se adentra en el ámbito íntimo con una mirada más contenida y madura. Sevilla —lumínica, barroca, fatalista— se convierte en un personaje más, símbolo de una tradición que aprieta y deslumbra, escenario donde la protagonista, a sus cuarenta y cinco años, aprende que la dignidad no consiste en callar, sino en arriesgarse a sentir. El barrio del Arenal, con sus tejados desiguales y sus terrazas encaladas, encarna ese nuevo territorio emocional donde la protagonista reconstruye su identidad.

El narrador ha sido siempre un escritor de personajes: su fuerza no reside en la peripecia, sino en la precisión emocional. En Vera, el retrato femenino destaca por su verosimilitud anímica: la duda, el miedo, la culpa y el deseo están desgranados con una claridad que rehúye el énfasis y se apoya en una prosa directa, desvalijada, musical en su sencillez. Esa claridad procede, sin embargo, de una exigencia moral muy alta: Del Val escribe como si se estuviera descosiendo la piel, sin dejar pelos en la gatera, entregado a la verdad de lo que siente y observa. Esa economía, cercana a autores como Antonio Soler o Martínez de Pisón –a quienes el propio Del Val cita como referentes–, da lugar a un estilo transparente que no teme ser popular, pero que contiene un trasfondo de tradición moral. No hay extravagancia verbal ni artificio: la frase está al servicio del latido humano.

El propio autor ha explicado que el sexo y el deseo son la clave para comprender a sus personajes, y en efecto, aquí esas escenas no son un recurso gratuito, sino un modo de revelar zonas de sombra y verdad en sus criaturas. La crítica ha subrayado en sus anteriores novelas la eficacia de su voz narrativa y la fluidez natural de su diálogo interior. En Vera, esa cualidad se refina: el narrador omnisciente en presente otorga inmediatez cinematográfica, y el tono, de aparente ligereza, esconde una estructura rigurosamente construida. En su escritura hay ecos de Clarín o de una Ana María Matute tardía, en la observación de la represión social, pero también una modernidad emocional que recuerda a las ficciones morales de Ian McEwan: la pasión y la culpa dialogan con idéntica lucidez.

Sobre la madurez

El Premio Planeta de este año no se limita a celebrar el éxito de ventas de un autor mediático; reconoce a un narrador que ha convertido la literatura de sentimientos en una forma de conocimiento moral. Del Val reivindica la emoción sin sentimentalismo, la trama sin efectismo, el amor sin complacencia. Vera es, en ese sentido, un libro sobre la madurez: la de su protagonista y la del propio autor, que alcanza aquí su obra más equilibrada. Con su ritmo fresco y adictivo, sus capítulos breves y su oído para el diálogo, el escritor vuelve a demostrar que la sencillez puede ser una forma de hondura.

A través de su palabra diáfana, el autor indaga en los límites del deseo femenino y en las formas del poder que persisten en lo íntimo. La historia de Vera y Antonio —ella, marquesa emancipada; él, hombre de barrio— no es solo una fábula de clases enfrentadas, sino una metáfora sobre la posibilidad de reinventarse cuando todo parece concluido. La sensualidad, entendida como energía vital más que como provocación, actúa como motor de la transformación interior. Del Val sostiene que la libertad consiste en perder el miedo a equivocarse, y concibe esa experiencia como una conquista personal antes que ideológica.

El autor defiende además que la literatura se escribe para la gente y no para una élite intelectual. Su narrativa busca la emoción sin renunciar a la inteligencia, la claridad sin ceder a la simpleza. En Vera alcanza un raro equilibrio: el de una prosa eficaz que se lee con placer, pero que deja un poso de reflexión. Tras su aparente facilidad late una escritura consciente de su época y heredera, quizá sin proponérselo, de una tradición que va de Benito Pérez Galdós a Carmen Laforet: la de los escritores que miran el alma sin solemnidad y con compasión.

«Vera, una historia de amor» es, pues, la historia de una liberación. Pero también, en cierto modo, la confirmación de un autor que, bajo la luz del Planeta, demuestra que lo popular y lo literario no son términos antagónicos, sino las dos caras de una misma pasión: la de contar la vida con verdad, con emoción y con la valentía de quien entiende la literatura como un acto de desnudez moral.

Ángeles LÓPEZ

«Vera, una historia de amor»

Juan del Val

PLANETA

360 páginas, 21,90 euros

★★★★

▲ Lo mejor

la claridad emocional con que retrata a su protagonista y la fluidez narrativa que desprende

▼ Lo peor

Algunos pasajes son previsibles o demasiado calculados en su desarrollo sentimental