Barcelona

Liber, el sector editorial se acerca al lector

Una niña visita una instalación en el Royal Festival Hall de Londres
Una niña visita una instalación en el Royal Festival Hall de Londreslarazon

La Feria Internacional del Libro, Liber, se mira en el espejo de las grandes citas internacionales de la industria editorial, de Guadalajara a Fráncfort, y en su 31 edición abrirá sus puertas por primera vez al público sin dejar de ser lo que principalmente es: un lugar de encuentro para editores, compradores y vendedores internacionales, distribuidores, proveedores, libreros, agentes literarios... Remozada y con importantes novedades, Liber se celebrará del 2 al 6 de octubre en el Recinto Ferial de la Casa de Campo de Madrid. Cerca de 10.000 profesionales, 300 empresas editoriales y compañías de una treintena de países se darán cita en los tres espacios habilitados este año por la organización, el salón Profesional, el del Público y el Symposium. La propia entidad encargada de poner en pie la Feria es también una novedad, pues este año la federación de Gremios de Editores de España (FGEE) ha puesto la organización en manos de Meeting y Salones, especialistas en «meeting points» como los de Marbella, Barcelona o Varsovia, para dar un nuevo aire a la logística del encuentro. Las razones de estos cambios tienen que ver con el impulso que los editores quieren darle a un sector clave que no todo el mundo conoce bien. «Hay un desfase entre la potencia del sector y su propia manifestación pública, su comunicacion a la sociedad», explicó ayer Javier Cortés, presidente de FGEE, en la presentación de la Feria que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional. «Es un sector fuerte, una industria muy consolidada, con una presencia editorial de primerísimo nivel, la unica industria cultural que puede destacar entre las cinco primeras del mundo, no así las del cine o la música. Sin embargo, hay un desfase con la perpepción que tiene de ella la opinión pública». La idea, pues, es que «la sociedad nos perciba como somos».

La crisis ha golpeado, como en otros sectores, a la industria del libro, cuyos datos de 2012 ya ofrecían una bajada en las ventas. Previsiblemente, las cifras del primer semestre de 2013, que se darán a conocer en breve, reflejarán también facturaciones menores, pero el buen resultado de la reciente Feria del Libro de Madrid invita al optimismo, o al menos no empuja al pesimismo. Si bien reconoció que «en el mercado interior estamos sufriendo como consecuencia de la situación económica», Cortés recordó que el del libro «es un sector vivo que en este momento se nutre más que otros de la proyección exterior». Quizá porque están acostumbrados a moverse en el entorno internacional, no les molesta la comparación con ferias como Guadalajara o Francfort, que ya hace tiempo se abrieron a los visitantes. «Hay algún elemento parecido a la Feria del Libro, queremos una concentración en 48 horas, entre la tarde del viernes y el domingo, de actos en torno a los temas planteados, de debate y de encuentro», reconocía el presidente de los editores, si bien subrayó: «El modelo de apertura al público se parece más a lo que se se da en Fráncfort durante el fin de semana: pero en el fondo es todo lo mismo: se trata de vender libros».

Talleres, cuentos y firmas

La entrada para visitantes costará 5 euros, pero con la compra de algún libro se descontará del precio. El Salón Profesional tendrá lugar en el Pabellón Madrid Arena, mientras que el del Público se celebrará en el Satélite. Allí habrá una zona dedicada a librerías, otra infantil con cuentos y talleres, un auditorio donde tendrán lugar encuentros con autores y debates, un espacio para firmas de libros...

Al margen de la novedad que supone acercar la Feria a la calle, el encuentro seguirá siendo una cita clave para el sector. Así, se «reforzará la nuclear, el elemento profesional», con nuevos compradores y una novedad: la cita ha invitado a un buen número de gestores de derechos internacionales, expertos en adquirir obras españolas para traducirlas y explotarlas en otros países. Habrá mesas redondas internacionales. El país invitado este año será Chile, un mercado en expansión para el libro. La facturación en ventas creció cerca de un 5% en el país suramericano, con 12,5 millones de euros y 2,2 millones de libros enviados desde España en 2011. El salón del sector tendrá además un «Corner Digital», un espacio dedicado a las novedades tecnológicas y el libro electrónico.

La Feria celebra en esta edición otra noticia añadida: el regreso de cinco importantes casas que no habían estado en alguna de las ediciones anteriores por diferentes motivos y que este año regresan: Anagrama, RBA, Tusquets, Random House y Siruela. «Un primer éxito», en palabras del presidente de FGEE, que adelantó que el año que viene la Feria se celebrará en Barcelona.

La presentación permitió abordar otros asuntos de actualidad, como la fusión de Random House-Mondadori y Penguin. Así, recordó que algunas fusiones salvan de la desaparición a pequeñas empresas, aunque evitó juzgar ésta en concreto: «Hay soledades que matan y abrazos del oso que también lo hacen».

Sí fue más claro sobre la postura de los editores en el conflicto del gremio con Amazon –«el sector editorial, dentro de sus diferencias, está unido»– y sobre el problema de la piratería y los nuevos marcos de explotación del libro: «El primer problema es la mentalidad de los consumidores, el segundo es la falta de regulación y debilidad de los poderes publicos para aplicar una legalidad coherente. Esto contrasta con el contexto mundial», aseguró, citando el ejemplo de Francia. Aunque entonó un pequeño «mea culpa»: «Hay una parte de responsabilidad en la no facilidad de adquirir los productos digitales de los editores... Ahí no hemos estado suficientemente finos: no puede ser que sea más fácil descargarte un libro pirata que comprarlo», reconoció.