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Lecturas

Libros de la semana: del "wokismo" de Lisbeth Salander a la reivindicación de la juventud de Le Clézio

Dentro de los títulos de esta semana también destacan otros como «Los divagantes», de Guadalupe Nettel o «El orden del azar. Guillermo de Torre entre los Borges» de Domingo Ródenas de Moya

Le Clézio es Premio Nobel de Literatura
Le Clézio es Premio Nobel de LiteraturaArchivo

«El orden del azar. Guillermo de Torre entre los Borges», de Domingo Ródenas de Moya ★★★★

Guillermo de Torre, entre las vanguardias y su cuñado Borges

Estamos frente a un notable estudio biográfico de un crítico literario que devino en referente clave para las vanguardias literarias y artística

Por Toni Montesinos

Este pasado julio, la editorial Renacimiento publicaba «Literaturas europeas de vanguardia», todo un clásico de los estudios literarios, que Guillermo de Torre publicó en 1925 y que fue esencial para interpretar las estéticas de inicios del siglo XX. El texto se amplió con una segunda edición en 1965, seis años antes de que De Torre muriera en Buenos Aires (había nacido en Madrid, en 1900), décadas más tarde de convertirse en una figura capital en torno a la vanguardia española, sobre todo, desde que conociera, en 1918, a Vicente Huidobro y se familiarizase con el creacionismo, aunque luego se enfrascaran ambos en una polémica intelectual.

De Torre se interesó profundamente también por el ultraísmo y por las artes plásticas de su época, e incluso en 1920 fue uno de los firmantes de un poema automático colectivo enviado por Jorge Luis Borges a Tristan Tzara. Fue autor del poemario «Hélices», que llevó ilustraciones de Norah Borges y, en fin, estrechó fuertes lazos tanto con los escritores españoles como con los hispanoamericanos. Y tal cosa se comprueba ahora gracias a Domingo Ródenas de Moya, catedrático en la Universidad Pompeu Fabra. En concreto, en «El orden del azar» estudia la relación de Torre con los hermanos Borges, pues, de hecho, se casó con la pintora Norah, al tiempo que cofundó la editorial Losada en Argentina.

República y vanguardia

Ródenas aborda con tino la relación de la pareja «Torre y Borges, Borges y Torre, cómplices juveniles y hermanos políticos», y reconstruye una andadura realmente fascinante entre dos continentes obligados a hermanarse, acaso por medio de lo literario. En paralelo, el lector se adentrará en el tiempo de la República y la dictadura franquista y, sobre todo, en el ambiente de vanguardismo y atrevimientos artísticos, que son sinónimos de innovación. Así, el iconoclasta De Torre «perteneció a un mundo desaparecido, aquel Madrid que recordaba Alfonso Reyes como una Atenas a los pies de la sierra», siendo admirado por la crema literaria en ambas orillas del Atlántico nada más publicar su mítico libro.

Lo mejor

Que aporta documentos y testimonios inéditos que sirven para reivindicar a este autor

Lo peor

Nada que reprochar, es una gran obra para quienes se interesen por las vanguardias o Borges

«Las garras del águila», Karin Smirnoff ★★★

Lisbeth Salander cae en las garras de la cultura «woke»

La tecnofriqui creada por Karin Smirnoff se transforma en esta nueva intriga policiaca mezclada con numerosa información científica

Por Lluís Fernández

Finalizada la segunda trilogía de David Legercrantz, la séptima entrega de «Millenium» se le encargó a Karin Smirnoff. En aquella segunda el autor de «El enigma Turing» sabía equilibrar la intriga policiaca con la información científica, potenciando además el personaje friqui de Lisbeth como nuevo icono del «techno-thriller». Un personaje con el síndrome de Asperger, cada vez más oscuro que acababa por imponerse al periodista mujeriego Michael Blomkvist, convertido en un ayudante de la investigadora.

En «Las garras del águila», Smirnoff humaniza a la tecnofriqui Lisbeth Salander. «Millenium» es un podcast y su estrella, Michael Blomkvist, ha perdido sus dotes de investigador.

Unos cambios que su autora ha realizado en aras del consenso «woke»: feminismo y malvados ecofachas que tratan de imponer el Nuevo Orden Mundial.

Con Karin el folletín llega a su culminación: sectas secretas, maltratos domésticos, melodramas exacerbados y de guinda feministas lésbicas guerreras, a imitación de las fantasías de «Kill Bill», con peleas épicas incluidas. En cuanto a la prosa del libro, aunque con altibajos, se endereza cuando la acción lo precisa. Luego cae en trechos más familiares donde prima la ideología progre sobre el racismo y la violencia doméstica. Muy atrás queda ya el mundo de Stieg Larson y su trilogía en la que su mayor genialidad fue la creación de la punki Lisbeth Salander.

Lo mejor

El protagonismo absoluto de la tecnofriqui convertida en una amazona urbana

Lo peor

La ideología «woke» que aborda la autora con algunos cambios y el feminismo de carril

«El amor en Francia», J.-M. G. Le Clézio ★★★★

Le Clézio, contra los abusos y el rechazo a los más jóvenes

El nuevo libro del autor francés, aunque su «patria» sea isla Mauricio, se trata de un excelente retrato de lo que es ser adolescente fuera de Occidente

Por Toni Montesinos

Jean-Marie Gustave Le Clézio obtuvo el Premio Nobel por ser, así lo definieron los miembros del jurado, el «escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensibilidad extasiada; un explorador de la humanidad dentro y fuera de la civilización dominante». Y es que, con su medio centenar de libros marcados por la extranjería que ha atravesado su andadura vital –«Viajando se escucha mejor el ruido del mundo», afirmó al recibir el galardón–, Le Clézio representa al autor curioso de muchas culturas y sensible a los problemas sociales.

Vio la luz en Niza en 1940 pero siempre ha dicho que su patria es la isla Mauricio, en el océano Índico, aludiendo con ello a que fue el sitio del que es originaria su familia y cuya nacionalidad ostenta, junto con la francesa. Y ahí está ambientado el primer relato de «El amor en Francia» (traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego), titulado «Anverso», sobre una niña que escapa de su casa, temerosa de que un mal tipo abuse de ella sexualmente, y de las vicisitudes con las que se encontrará a medida que tope con gentes ora indeseables, ora hospitalarias.

Asimismo, el paso del autor por África y México –donde vivió doce años– le hizo interesarse por las culturas indígenas, hasta el punto de considerarse un nómada y ver las lenguas y las nacionalidades desde lo mestizo. Esto se aprecia en esta colección de ocho historias, con mezcla de idiomas nativos y un nexo común: el sufrimiento, pero también la capacidad de resistencia y supervivencia de los más jóvenes en circunstancias extremas de esclavitud, violación o miseria.

Explotación y calamidades

Es el caso de «Camino de luz», en el que una adolescente embarazada, junto a un chaval discapacitado, logra huir de un campo de explotación de niños, una aberración concebida por los «revolucionarios» marxistas de Perú. Esta impronta hispanoamericana es ostensible asimismo en otro cuento titulado «La pichancha», también con protagonistas juveniles que padecen calamidades en la frontera entre México y Estados Unidos. Todo con una fuerza literaria que consigue ponernos delante, con verosimilitud, la realidad más funesta de los más vulnerables.

Lo mejor

El libro muestra la capacidad del autor para describir lugares de modo denso y sintético

Lo peor

El primer cuento, sobre una niña sometida a huir que acaba en un internado, tiene tintes tópicos

«Desde el ojo del huracán», Marina Sanmartín ★★★★

Guadalupe Nettel nos asoma a su mundo sobrenatural

La escritora mexicana aborda el lugar en el que convivimos desde su mirada y a través de unas historias que tienen más de real que de imaginario

Por Diego Gándara

El mundo según Guadalupe Nettel es inquietante. Es el mismo de siempre, o eso parece, pero a través de su mirada resulta otro, a veces sobrenatural: un orbe cuya sustancia, como las raíces de esos árboles que se comunican y se nutren las unas a las otras y acaban configurando un bosque, está en otra parte. Los personajes de los ocho relatos que conforman este nuevo libro de la escritora mexicana y finalista del Premio Herralde de Novela 2005 con «El huésped» lo saben. O tienen, cuando menos, esa conciencia del mundo, porque detrás de los acontecimientos, o en los acontecimientos mismos, perciben otra realidad que también se expresa. Y no necesariamente con palabras, pues se trata de una realidad que tiene más de real que de imaginario y que, para ellos, para los personajes, es delicadamente inefable.

Desde la chica que mientras acompaña a una amiga cuya madre está en un hospital descubre que entre los ingresados se encuentra un tío suyo, borrado de la memoria familiar por algo de lo que no se habla, hasta la mujer que intuye que la furia contenida en su familia y en sus hijos puede incendiar el mundo o la niña que se trepaba al árbol de araucaria que había en su jardín y que, con el paso de los años, comienza a sentirlo parte de un antepasado robusto y milenario, estos personajes, lejos de sentirse de sentirse desubicados, encuentran su propio espacio en un territorio poco habitual, como esos albatros divagantes del relato que da título al libro y que acaban más allá de su hábitat natural.

Lo mejor

La capacidad de la autora para adentrarse en la profundidad de estos hombres y mujeres

Lo peor

Salvo algunas distracciones en uno de los relatos, en conjunto es una obra exquisita