Es tiempo de volver a leer a Luis Martín-Santos
El centenario del nacimiento de una de las voces más renovadoras de la literatura española permitirá que este año se publiquen muchos de los inéditos que dejó tras su prematura muerte
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Carlos Barral había terminado de leer el mecanoscrito de Tiempo de silencio. No dudó ni un momento en escribir a su autor, un psiquiatra llamado Luis Martín-Santos, y comprometerse para la publicación del libro. Era el 31 de mayo de 1961 y Barral empezaba la carta asegurando que «tu novela es sensacional. Y además va a caer como una bomba en medio del panorama uniforme del joven realismo patrio. Experimento los extraños escozores de los exploradores de la selva virgen». No se equivocó.
Este año se conmemora el centenario de Martín-Santos, leído y celebrado aún por una novela que ha marcado a generaciones de lectores. Esta misma semana, Tiempo de silencio ha regresado a las librerías de la mano de Seix Barral en una nueva edición enriquecida con un prólogo de Enrique Vila-Matas. Pero no será el único trabajo del escritor fallecido un 21 de enero de 1964 en un accidente de automóvil que verá la luz.
En los próximos meses van a aparecer dos novelas inéditas del escritor
El próximo mes de marzo lo harán los dos primeros tomos de un ambicioso proyecto editorial, puesto en marcha por Galaxia Gutenberg, con el que se quiere dar a conocer la totalidad de la producción literaria de Martín-Santos, todo ello bajo el cuidado de Domingo Ródenas. Con el título de Narrativa breve, el primer volumen está formado por más de un centenar de cuentos escritos entre los años 1945 y 1964, muchos de ellos desconocidos. Consecutivamente tendremos el segundo, Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial, con los ensayos médicos de quien fue un destacado psiquiatra.
«Luis Martín-Santos era un genio que publicó una novela que forma parte de la historia de la literatura. Pero él fue un gran autor mucho más allá de ella» , comenta Joan Tarrida, responsable de Galaxia Gutenberg, en declaraciones a este diario. Para Tarrida nos encontramos ante «un escritor y un intelectual de primer orden. Cuando el lector lea su narrativa breve comprobará que los cuentos son absolutamente geniales». A este respecto el editor no vacila en señalar que Martín-Santos «abrió una puerta importante mucho antes del impacto de la literatura sudamericana. Marca un antes y un después».
Tras los dos tomos vendrán otros con materiales literarios inéditos. Tal y como comenta Domingo Ródenas a LA RAZÓN, en uno de ellos, que podría editarse a finales de este año, se recogerán un par de novelas desconocidas y cerradas. Una es El vientre hinchado, «una obra corta, brutal», en palabras de Ródenas. Es la historia de una criada en una granja que mantiene relaciones con el dueño, pero también con uno de los trabajadores. La otra es El saco, según el responsable de las obras completas, «más compleja y ramificada», y que bebe directamente de la propia experiencia carcelaria de Martín-Santos. También tendremos ahora la posibilidad de leer la mucha poesía que dejó escrita, así como su inédita producción teatral. Puede parecer sorprendente que Martín-Santos no nos haya sido presentado en toda su extensión hasta ahora, hasta que han pasado sesenta años de su fallecimiento. Pero hay una explicación y nos la proporciona Luis Martín-Santos Laffon, uno de los hijos del escritor y quien también ha conversado con este diario: «Nosotros nos quedamos sin padres siendo muy pequeños. En un primer momento fueron los amigos de mis padres los que se dedicaron a la obra. Luego fue mi abuelo, que vivió siete años más, quien trató de reunir los papeles y conjugar con Barral la publicación de los mismos», comenta. De esta manera, tras la muerte del escritor, aparecieron Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial, con prólogo de Carlos Castilla del Pino; Apólogos y otras prosas inéditas, bajo el cuidado de Salvador Clotas; y la novela inconclusa Tiempo de destrucción, preparada por José-Carlos Mainer. «Ahí terminó el ciclo. Nosotros nos hicimos mayores y conservamos un archivo familiar que no hemos vuelto a abrir hasta 2018», apunta Martín-Santos Laffon.
La Biblioteca Nacional prepara una exposición que mostrará su archivo literario
En ese año llegó al Teatro de la Abadía, bajo la dirección de Rafael Sánchez, una aplaudida adaptación para la escena de Tiempo de silencio, una novela que también ha conocido una versión cinematográfica de la mano de Vicente Aranda. Con ese punto de partida, los herederos de Martín-Santos comenzaron a abrir carpetas y se unieron a los de Juan Benet para publicar un increíble libro de relatos escritos por dos autores fundamentales en nuestra narrativa. Se trataba de El amanecer podrido. «Aquella experiencia con los Benet fue fue como abrir la tapa del archivo. Luego, aprovechando la circunstancia de la pandemia y pensando en el centenario, vimos que era el momento de mirar toda la documentación. En la actualidad, todavía estamos terminando de estudiar el familiar. A este se han ido sumando otros materiales, como los que tenía, por ejemplo, Mario Camus. Están saliendo muchas cosas y las queremos dar a conocer», reconoce el hijo del autor de Tiempo de destrucción.
Una parte de esta documentación será la protagonista de una exposición que en el mes de noviembre, coincidiendo con la fecha del centenario, se podrá visitar en la Biblioteca Nacional, en Madrid. La muestra, en palabras de Martín-Santos Laffon, tendrá «una sección amplia sobre él, además de poder ver de dónde surge tanto su obra literaria como su trabajo profesional en medicina. Podremos seguir su contacto con el mundo literario en Madrid más allá de Juan Benet, con esa levadura del cambio, esa especie de vanguardia del pensamiento. Veremos su trayectoria política, su ingreso en el Partido Socialista como miembro del comité interno. Tendremos –prosigue– su participación en la Galería Errante, una especie de resistencia cultural formada por personas que se reunían en caseríos en torno a una buena mesa con figuras culturales del acervo vasco, con intelectuales como Jorge Oteiza. En la exposición también estará su relación con la vanguardia de San Sebastián, además de sorpresas, más allá de Tiempo de silencio y Tiempo de destrucción. Descubriremos que era una figura poliédrica, muy rica, dándole aire a biografías pasadas».
Pero en este reportaje, al hablar con Luis Martín-Santos Laffon estamos preguntándole sobre el escritor, sobre el nombre que se estudia en universidades y que tiene desde hace décadas un lugar asegurado en la historia de la mejor narrativa española del siglo XX. ¿Y sobre su padre? ¿Conserva algún recuerdo? «Tengo muy pocos porque yo tenía cinco años y medio cuando falleció. Sí me acuerdo que como mi madre había muerto uno antes, durante el último año de su vida pasó mucho tiempo con nosotros. Nos llevaba por el campo, por Guipúzcoa. Sí, todo eso lo recuerdo».
A eso se le suma después el tener que gestionar una herencia literaria de un gran valor. Por eso, Martín-Santos Laffon admite que «sientes una gran responsabilidad al tener que gestionar y proteger su legado. Ha sido un trabajo que hemos podido emprender mi hermana y yo muchos años después».
UNA OBRA QUE TAMBIÉN LLEGA A CHINA
►Ya en vida de Martín-Santos, "Tiempo de silencio" fue dándose a conocer más allá de nuestras fronteras. En una carta al escritor, Barral escribía en octubre de 1961 que «las gestiones de tu libro en el extranjero van francamente bien. Éditions du Seuil proponen empezar la traducción enseguida. El libro está prácticamente vendido a Feltrinelli Editore de Milán, a Rowohlt Verlag de Hamburgo y a John Calder de Londres. Todos ellos a quienes he visto la última semana en París o en Frankfurt tienen comprometida la opción y han prácticamente dado una respuesta afirmativa». Galaxia Gutenberg se encarga hoy de la gestión de sus derechos. De esta manera, "New York Review Books" publicará "Tiempo de silencio" en inglés, título que este enero salió en chino con "Tiempo de destrucción".