C.S. Macías

Martínez Almeida: «Me llamaban Harry Potter porque me pisaba la toga»

Le gustaría ser recordado de alcalde como «Almeida, simplemente». Confiesa que su Pepito Grillo le dice que no va sobrado de «inteligencia emocional» y de no ser lo que es ,«sería jugador de golf».

José Luis Martínez Almeida / Foto: Rafael Albarrán
José Luis Martínez Almeida / Foto: Rafael Albarránlarazon

Es más de rascatierras que de rascacielos y le gusta patearse las calles. Derrocha una simpatía e ingenio que practica con toques de humor en la contienda política. Si le preguntamos en qué momento de su vida se ha sentido pequeño responde con rapidez: «Con mirarme tiene la respuesta». Confiesa que su Pepito Grillo le dice que no va sobrado de «inteligencia emocional» y de no ser lo que es ,«sería jugador de golf».

Uno de sus abuelos formó parte del consejo privado de Don Juan y, aunque le vinculen a la aristocracia, dice que su aproximación es «limitada». Le gustaría ser recordado de alcalde como «Almeida, simplemente».

Es el pequeño de seis hermanos. ¿Ya se veía entonces con el bastón de mando?

Sinceramente, era muy mandón y además el ojito derecho de mi madre. Tenía cierto mando sobre mis hermanos, aunque se enfadaban por ser el pequeño.

No me diga que en vez de tebeos se leía el argumentario de Alianza Popular...

No, sé que es un poco friki, pero con 12 años me leí una biografía de Wiston Churchill.

Ahora que es alcalde, ¿ha empezado a notar eso de la erótica del poder?

Todavía no, aunque digo todavía...

¿Ser del Atleti y del PP ya le da un título de sufridor?

Más por ser del Atleti que por ser del PP. Ser del Atleti es gozar y pasarlo muy bien, pero también saber sufrir.

¿Se ha sentido alguna vez como Top Gun en su Yamaha?

Es una simple Scooter, una Scooter sin más.

¿Es de los que ama los atascos en Madrid?

No.

Puso en sus cárteles de campaña la imagen de Sánchez y Carmena con un: «Ellos no quieren a Almeida». ¿El desamor da votos?

Más que el desamor político, lo que da votos es ver que también en política hay diferencias ideológicas y era lo que nosotros queríamos transmitir, que no somos lo mismo que Pedro Sánchez ni que Carmena.

¿Se considera la armadura de Pablo Casado?

No, la armadura, no, me considero del equipo de Pablo Casado. Álvarez del Manzano ya lo dijo en 1996 y yo siempre lo he repetido: que la clave para llegar a la Moncloa empieza por ganar Madrid.

¿Cree que el tren de Harry Potter se cogería en la estación fantasma de Chamberí?

Creo que Madrid es mágico en todo caso.

Cuénteme un secreto que nadie sepa de usted..

.Los secretos no me los cuento ni a mí mismo. Cuando llegué a los Juzgados de lo Social, en mi segundo año destinado como abogado del Estado, se me conocía como «Harry Potter» por las gafas, por la cara de listo –eso decían– y porque la toga me venía muy grande y me la pisaba.

Usted estudió en bachillerato latín y griego. ¿No pensó ordenarse como sacerdote?

No. Soy católico practicante, pero nunca tuve la vocación de ser sacerdote.

Dicen que de pequeño era como una liebre jugando al fútbol, infatigable hasta el minuto 90. ¿Eso le ayudó como alcalde?

El esfuerzo no se negocia, me lo enseñaron mis padres y eso lo aplicaba en el campo de fútbol y en la política.

¿Con quién bailaría un chotis?

Con usted. Soy mal bailarín. El chotis es fácil porque solo tengo que seguir a la mujer. Con un tango no podría. «Esencia de mujer» no la podría haber hecho yo.

Su hermano fue candidato de Vox. ¿Montó una mesa negociadora para lograr su voto?

No, porque estamos en circunscripciones distintas y no se produjo el problema. Es posible que si viviera en Madrid me hubiera votado. Pero no nos sentamos en una mesa a negociar sino para comer y le intento convencer de que vuelva a la casa, pero por ahora no lo consigo, es resistente.

Abogado del Estado. En un «proceso a Jesús», ¿sería abogado de la defensa o de la acusación? ¿Qué argumentos daría?

De la defensa. Le defendería con los Evangelios y con el argumento de qué mensaje que no fuera de amor transmitió Jesús durante sus tres años de vida pública. Le declararían inocente gracias al abogado.

Sus réplicas son como del club de la comedia. ¿No le habrán querido fichar?

Todavía no, pero no lo descarto. La gente dice que soy gracioso.