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Xoel López: “Ensayar con Deluxe me hizo sonreír como un niño”

El gallego recupera en Dcode el repertorio y la formación de su primer proyecto, que abandonó hace 12 años en el mejor momento de su carrera
La Razó

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Fue la historia de un proyecto personal, el del gallego Xoel López, fascinado por el pop clásico de pedigrí británico. Armonías, arreglos, canciones instantáneas... y en inglés. Sin embargo, Deluxe conoció su mayor éxito cuando Xoel eligió el español y, que se volvió un grupo generacional con “Fin de un viaje infinito”, el disco que le catapultó a su mayor popularidad tras su salto a la multinacional Virgin, justo antes de disolver el grupo en un “harakiri” que dejó unos miles de huérfanos. La carrera del artista renació desde Buenos Aires, de donde extrajo la energía para grabar “Atlántico” y un bagaje musical que le transformó en un artista que buscaba la unión de lo popular y la vanguardia. Sin embargo, muchos seguían añorando las canciones de Deluxe y, primero el año pasado en Portamérica y este sábado 17 de septiembre en el Festival Dcode de Madrid, todos esos nostálgicos podrán volver a escuchar al grupo como si nunca se hubiera ido. Además, repetirá con su repertorio más reciente bajo su nombre, Xoel López.
-Hay expectación por ir a Dcode y verle haciendo doblete pero lo más especial es Deluxe. ¿Qué sensaciones tiene?
-Lo llevaba mejor antes de ver que, en efecto, hay interés. Te da algo como de nervios y también ilusión. Estuvimos ensayando esta semana y es una gozada. Ya hicimos el primero después de un millón de años, que fue en Portamérica en Galicia, pero esto es volver a Madrid donde casi tenemos más público incluso. Pero en el fondo no tienes la expectación de presentar disco, es solo un homenaje que está pensado para disfrutar sin más y no va a haber ninguna sorpresa más allá de algo que la gente vio hace mucho tiempo y que otra verá por primera vez.
-¿Puede suponer un nuevo capítulo?
-No descartaría la opción de hacer algo el año que viene, recuperar cuando surja o ir a alguna zona de España que no hayamos ido. Pero tampoco lo considero como un proyecto para retomar y hacer el camino, porque Deluxe tampoco es una banda, era mi proyecto con otro nombre, y yo he seguido tocando algunas canciones de esa etapa en mi repertorio actual, es algo que no he dejado atrás del todo. Estoy en armonía con ese pasado y no tengo la necesidad de recuperarlo más allá de un concierto de vez en cuando porque en realidad tampoco lo he olvidado. Esa es mi intención a día de hoy.
-Clausuró Deluxe porque necesitaba un cambio hace ya más de 12 años, pero tenía un éxito bastante razonable.
-Sí, la verdad es que lo dejé en el mejor momento, cuando mejor estaba. Pero mi búsqueda tenía que ver con ir otros lugares y con parar. Sin eso, no habría podido reflexionar. Empezaba a sentir una inercia que parecía que ya iba todo solo y que hasta me daba miedo cambiarlo, porque funcionaba. Y sentía que ese miedo me iba a paralizar. Tampoco es que sea suicida, pero no quiero perder la emoción de hacer canciones y el enriquecimiento creativo y la estimulación continua. Pero vi que podía tener cierto freno por conservar lo que funcionaba y por eso tomé la decisión radical de cortar. Luego vino el cambio de nombre, pero empecé en América Latina con mi nombre y en realidad podría haber sido Deluxe allí. Creo que me dio algo más de libertad hacerlo así.
-Esos cinco años en Buenos Aires, ¿qué le aportaron?
-Esa libertad artística, la sensación de ser más libre, no tener los ojos que te observan y te condicionan. Y creo que esa libertad la gané para siempre. Y todas las nuevas experiencia, gentes, paisajes y músicas que te enriquecen.
-Cualquiera diría que como operación de marketing no fue brillante.
-Exacto (risas). Es un desastre. Tuvo su parte negativa, que tengo que decir. Me costó mucho retomar con otro nombre y otro estilo. “Atlántico” no fue un disco excesivamente popular. Alguna gente lo entendió y otros, no. Fue un poco de travesía por el desierto, pero es que no puedes quedarte en lo que funciona, porque entonces estaríamos hablando de otra carrera. Pero te confieso que hubo tiempos que me preguntaba para qué coño había hecho nada... Pasó por mi cabeza decirme “muy bien, chaval, vaya ideas tienes”. Ninguna decisión es la ideal, pero fue la mía.
-En solitario ha tenido críticas buenísimas y creciente aceptación del público.
-Sí, pero todo más gradual. Empecé más abajo de donde lo había dejado con Deluxe. Y todo muy poco a poco... ahora la gente está más abierta musicalmente, pero hace diez años, cuando empecé con esto, no tanto.
-Es que como Xoel López ha publicado unos discos que exigen, que son más complicados, y supongo que volver a la canción de pop clásica de Deluxe debe tener atractivo.
-Absolutamente. No sé si es el lugar en el que podría quedarme de nuevo, pero ayer en el ensayo tenía una sonrisa de niño. De repente, coger la guitarra y volver con un a banda que suena incluso mejor que antes... Casi lo disfrutamos más que antes. De hecho hemos hecho un solo día de ensayo para esto. No hizo falta más. Incluso acabamos temprano, nos pusimos a hacer versiones.... (risas). Es que la banda con la que acabó el proyecto estábamos muy unidos y eso queda.
-Es una maravilla poder retomar algo justo en el punto en el que una banda se detiene hace 12 años y volver como si nada hubiera pasado.
-Es un gustazo, porque ahora puedes disfrutarlo. Vuelves al punto donde pusiste tanto trabajo. Yo sigo sintiendo, bueno, algunas canciones más que otras, la mayor parte de ellas. Si no, no lo haría, claro.
-Hace doblete: también con el repertorio en solitario.
-Pues tiene sentido, porque en realidad como primero es Deluxe, haré una especie de viaje en el tiempo, pero cronológico. Primero Deluxe y luego me iré a descansar y volveré con la otra parte para cambiar el chip mental.
-Se puede hacer esto mejor si uno está en estado espiritual de paz con uno mismo.
-Eso que te decía del pasado, yo siento total armonía, porque es volver a algo que me gusta, que me encanta. Tengo solo recuerdos bonitos y creo que por edad también me siento en un momento en el que tengo equilibrio. Los 45 que acabo de cumplir son una edad equilibrada entre ser relativamente joven y relativamente mayor. Creo que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida y de mi carrera.