Parquesvr: “Somos irreverentes, pero no queremos quedarnos solo en eso”
El quinteto madrileño vuelve con su espíritu burlón, parodia mediante de Almodóvar y Amenábar, pero también algo más que eso: un disco en el que caben del punk a Los Chichos
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Dicen que el rock está muerto y que no hace más que repetirse y puede que sea verdad, pero desde luego no lo es para Parquesvr. El quinteto madrileño, que ya sorprendió con “Talego Quini” (2019), un debut que mezclaba el punk con las letras satíricas redobla la apuesta con “Si no fuera por estos momentos, sería por otros”, un disco que mezcla la rumba, la cumbia, el hip hop y, por supuesto, el punk, con mordaces y ácidas letras que se acercan por igual a los ídolos de nuestra cinematografía como al esnobismo cultural o a la gran epidemia del siglo veintiuno, la ansiedad. ¿Acaso no hacía falta una canción que denunciase a esas personas que solo tienen tazas de café con mensajes edificantes? “El primer disco era más homogéneo, pero también más simple y limitado. En este mantenemos nuestra forma de ser, pero no nos reprimimos si nos sale una canción que se parece a Los Chichos”, explica Javi Ferrara, letrista y cantante de la banda.
“En este grupo no nos ponemos barreras -dice Marco Fernández-, porque yo he estado en otros que siempre se comenta ‘’esto no suena a lo que hacemos nosotros’'. Yo procedo de la escena de punk y garage y es una música muy encorsetada. Aquí nos abrimos a lo que nos apetezca sin ponernos barreras”. Aunque siempre han dicho que lo suyo es ir “sin pretensiones”, en este disco pueden elevar el discurso: “Pues sí, porque queremos cambiar la imagen que la gente tiene de nosotros”, dice Ferrara en referencia a la etiqueta de grupo humorístico que cultivaron en el trabajo anterior cantándole a Lance Armstrong, Tom Petty “y otros rockeros que la acaban de palmar” y personas modernas que no digieren su edad. “Hemos corrido un riesgo grande. Puede que a la gente que le gustaba antes no les interesemos ya. Seguimos siendo irreverentes, sarcásticos y con vena de humor en ciertos temas, pero no ser solo eso. Queríamos evolucionar, no cambiar”, explica el vocalista. Prueba de continuidad es la descacharrante “Almodóvor, Amenábor”, dedicada a los dos tótems del cine español y para los que no escatiman afiladas parodias sobre su vida y obra. “Mi amiga Carla trabajó en un corto de Almodóvar que acaba de hacer y, según parece, cuando el equipo de rodaje encontraban por el pasillo, se decían unos a otros: ‘’Amodóvor’', y otro contestaba ‘’Amenábor’'. Por lo visto, en la fiesta de fin de rodaje la canción sonó en bucle, así que creo que la habrá escuchado. Es verdad que se le da más caña, pero es que el otro es muy discreto en su intimidad”, ríe Ferrara autocitándose.
Sin embargo, en este trabajo hay, atravesándolo de principio a fin, crítica social y hasta canciones de desamor en contextos pesadillescos. Entre otras cosas, porque Ferrara temía que se le encasillase en el escritor “bromista”. “Tenía y tengo ese miedo. Los anglosajones pueden hacer humor y que se les tome en serio, que se les respete. Pero aquí, quien lo hace queda degradado. A mí me gustan los grupos que hacen reír, pero no quiero ser solo eso”. Escuchar a Parquesvr es participar de sus bromas privadas como amigos. Desde el título del disco, que podría haber sido “Tú puedes con eso y con menos” o “Si molesto, os váis”, a situaciones en las que se han encontrado. En “Debo leer a Baudelaire” retratan a una persona en concreto. “Fue una noche que terminamos en una fiesta en una casa y llegó el típico tío que todo lo sabe y ha visto mejores pelis y sabe más que tú de todo. Todo más y mejor que tú. Y todas las frases salen de esa noche. Nos hizo la letra el solo. Y esa canción está hecha a mala lecha, no como las otras parodias”, ríen ambos.
La periferia
Una de las canciones del disco se titula Zarzaquemada que, si buscan en Google, es un barrio de Leganés. “Es mi infancia. Y la canción habla de un tiempo, los años 90, que es Mario Conde, Jesús Gil, el caso Filesa, la tele loca inconcebible hoy como las Mama Chicho... Esa fue mi infancia”, dice Ferrara. Pero también de otra realidad, del bullying antes del bullying: “En mi barrio te tenías que andar al loro. Yo he sido un bocazas toda mi vida y bajaba con miedo a la calle. No había término medio: o ibas a la cárcel o a la universidad”.