Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Carlos Escobedo (Sôber): "Cuando he estado peor en mi vida es cuando mejor me iba con el grupo"

El grupo madrileño vuelve al pasado en "Retorcidos", un disco que revisa su debut, maldito por algunas circunstancias
El grupo madrileño Sôber
El grupo madrileño SôberLa Razón

Creada:

Última actualización:

Nacieron hace treinta años como la versión española del nuevo metal que conquistaba el mundo. Sin embargo, todo estuvo a punto de truncarse antes de empezar. Sôber publicaron, cuando todavía se llamaban “Sôber Stoned” su disco de debut, “Torcidos”, y lo que llegó después era difícil de imaginar. Éxito comercial (razonable), eco mediático, y la paternidad de una ola, una escena, que ha dado sus frutos desde entonces. Ahora, el grupo liderado por Carlos Escobedo vuelve a aquel disco con “Retorcidos”, un álbum que trata de exorcizar el trauma de unos sucesos desagradables y celebrar todo lo que vino después. Una ocasión para hacerlo será el próximo XX de junio en el Alma Occident Festival, en Madrid, en el Parque Enrique Tierno Galván.
¿Cómo ha sido regresar a hace 30 años?
Ha sido cerrar un círculo, porque el disco de “Torcidos” fue la consecuencia de una estafa que sufrimos. Unas personas nos hicieron pedir un adelanto a Sgae, nos grabaron el disco en un fin de semana y nos robaron un millón seiscientas mil pesetas de la época. Era una artimaña que tenían preparada y que hicieron con diez grupos de Madrid. Así que, ese disco, tal y como se publicó, fue en realidad una maqueta. Lo grabamos rápido, está sin claqueta, sin timbales, sin muchas cosas. Para mí, con lo que sé hoy, eso era la maqueta y 30 años después hemos hecho el disco.
Perdón... ¿1,6 millones de 1994?
Sí... Es una práctica que Sgae ya no hace, por suerte. Tú firmabas un contrato con unas personas y en tu nombre pedían un adelanto de autores. Se lo quedaban ellos en concepto de que te iban a grabar un disco. Yo no vi un duro de nada de lo que generaron mis discos hasta que pagué la deuda y por eso es un disco un poco maldito.
¿Maldito?
No quería ni tocarlo en directo. No nos representa, tenía su valor sentimental, por supuesto, lo escuchaba y bueno, me gustaban las melodías, la composición, cosas... Con el tiempo, nos forjó, tiramos para adelante y reforzó el compromiso, pero también nos tocó un poco la fibra, claro.
Esto, para una banda debutante, puede acabar con su historia antes de empezar...
Hubo un momento duro, porque nos quedamos muy mal. Incluso Antonio salió de la banda por esto. Teníamos 19 años y toda la ilusión. Pero lo que no te mata te hace más fuerte. Nos dio el vigor para tirar hacia adelante. Luego ya "Morfología” nos definió. Le dimos una vuelta de tuerca y nos quedamos en lo positivo.
¿Enfrentarte de nuevo a esas canciones, tanto tiempo después, te hizo pensar?
Tengo que decir que no, que me enfrenté a ello desde fuera, pensando en las canciones y, cuando estaba cantándolas, la sonrisa me llegaba. Tomé la esencia de las melodías y fui modificando, bajando el tempo las que estaban rápidas, grabando nuevas baterías, haciendo una producción nueva completamente. El sonido y la reproducción que nos representan y que en su día no pudimos hacer. Gente que ya había escuchado el disco en su día le pareció que hemos mantenido la esencia y, para los que no, suenan a canciones nuevas.
Las ideas primigenias en manos de músicos con más experiencia. Y algunos amigos.
Totalmente. Unos músicos que saben la melodía y se la llevan más allá. Todo se ha cuidado mucho y hemos metido solos de David, de Angelus Apatrida y de Alberto de Los Suaves. Y Colibrí de Marea, Jorge de Mago de Oz, Pablo García, de Warcry, gente que lleva mucho con nosotros y comparte filosofía.
¿Se sienten padrinos de la escena?
En nuestro estilo, un poco, sí. Igual que al principio las críticas eran siempre negativas. Los medios no sabían ubicarte, por el rock metal: éramos los Tool españoles o los Héroes del Silencio cañeros... los medios no sabían. Hasta que poco a poco salen grupos en Andalucía que “suenan a Sober”.
¿La prensa les ha tratado mal?
Al inicio del todo, sí. Porque en artículos sobre nosotros el nombre de Tool aparecía 12 veces y el nuestro, dos. Que nos habíamos sumado al movimiento grunge. Yo era fan de Stone Temple Pilots, claro, y de Pearl Jam, que estaban en ebullición. Igual que antes, los grupos querían sonar a heavy como Barón Rojo. Y bueno, yo aporté lo que sabía hacer.
Pero lograron un éxito bastante notable con “Paradiso”.
Bueno, teníamos tres discos y ese era el cuarto. La compañía tampoco se volvió loca, ya sonábamos en 40 Principales y llenábamos el Aqualung con 1.700 personas. Y el Festimad que suspendió Limp Bizkit, que salimos triunfadores. Y estábamos con Carlos Mariño en Spanish Bombs, que cerró 20 bolos seguidos. Lo que pasa es que la compañía pensó que, si habíamos logrado eso, trabajándonos para lo mainstream y yendo a “Crónicas marcianas” íbamos a llegar a más. Y mira, una buena canción metida en una radiofórmula, pues trascendió. Estábamos viviendo un momento que nos pilló amueblados. Porque el éxito te puede volver tarumba.
¿Lo ha sufrido?
Cuando he estado peor en mi vida es cuando mejor me iba con el grupo. A nivel emocional, quiero decir. En “Reddo” yo estaba muy agobiado. Soy una persona muy emocional y bueno, como Carlos Escobedo estaba mal. Hicimos música después de forma más relajada y después de la vuelta llevamos 14 o 15 años juntos haciendo las cosas bien y pausadas.
Aglutinan proyectos paralelos surgidos en ese parón para esta gira.
Es que en ese parón de 2005 a 2009 surgieron Savia y Skizoo con tres discos cada uno y, bueno, tienen que formar parte. Y el público, que nunca se desenganchó, pues ahora confluyen esas canciones. Hacemos una banda madre que le pasan cosas alrededor.

Archivado en: