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Obituario

Muere a los 82 años Brian Wilson, genio atormentado de los Beach Boys

El cantante, que lidiaba con una enfermedad mental que le llevaba a escuchar voces, tenía 82 años

Era uno de los genios de la historia de la música. Brian Wilson (California, 1942) tenía una capacidad inigualable para producir melodías únicas, casi sobrenaturales. Sin embargo, desde muy joven lidiaba con una enfermedad mental, la esquizofrenia, que prácticamente le incapacitaba: escuchaba voces. Wilson ha fallecido a los 82 años.

La carrera de Wilson arrancó con sus primos, con los que formó The Beach Boys, un grupo de pop vocal que hacía del estilo de vida americano su leit motiv. Así publicaron "Surfin' Safari", el exitosísimo "Surfin' USA" y, a riesgo de ser redundantes, "Surfer girl", trabajos comerciales que probaban su valía como músicos. Con otro cliché, su disco navideño, lograron su mejor resultado comercial. Sin embargo, la carrera de los californianos tuvo su cima artística en el monumental "Pet Sounds", publicado en 1966, cuando la enfermedad mental ya había hecho su aparición.

Aquel disco fue una catedral sonora elevada sobre melodías sencillamente únicas. El proceso creativo y la delirante grabación es una de las mayores epopeyas de la historia del pop. Wilson se había quedado fascinado con "Rubber Soul", el disco de los Beatles, que le empujó a elaborar unas canciones que explorasen universos sonoros más allá del "Barbara Ann" que les había hecho famosos. Se sumergió en su gran objetivo: componer un a sinfonía melancólica que escapase a los tópicos. Y vaya si lo logró: desde la inaugural "Wouldn't It Be Nice" hasta la magistral "God Only Knows", el disco es una obra maestra a la que no le sobra ni un minuto y que fue concebido y grabado al filo del delirio. Por entonces, el líder del grupo ya había probado el LSD, que, presuntamente, agravó una dolencia psicológica previa, lo que desembocó en un episodio en 1964. Wilson escuchó voces en el transcurso de un vuelo a Houston y enloqueció. Su situación fue agravándose paulatinamente, pero le permitió culminar su obra maestra.

La instrumentación disparatada y las armonías, de enorme complejidad, dieron forma a unas canciones bellas y sensibles que resultaron un fracaso comercial estrepitoso. Sin embargo, fascinaron a quienes habían comenzado el movimiento tectónico musical. Los Beatles quedaron deslumbrados por la extraña belleza del disco y fue su principal motivación para grabar "Sgt. Peppers". Paul McCartney lo calificó de "el clásico del siglo".

En este fascinante diálogo creativo, hay una leyenda que dice que Wilson iba conduciendo por la soleada california cuando en la radio sonó el nuevo sencillo de los Beatles, «Strawberry Fields Forever». Tuvo que detener el coche en el arcén y, con tristeza, admitió: «Han logrado lo que yo estaba buscando. Para qué seguir». Aunque su estado mental ya era muy inestable y ya habían amenazado el disco que estaba grabando, «Smile», Wilson decidió pararlo por completo. Lo que siguió fue un abismo por la cocaína, la soledad, calmantes y médicos de métodos drásticos y poco aconsejables que apenas logro sobrevivir. "Smile" se publicó 40 años después y Wilson quedó como una de las estrellas trágicas de la música popular. Tuvo tiempo de volver a los escenarios de forma controlada. Dylan dijo que su oído debía ser donado al museo Smithsonian. Adiós a un genio.