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En la pérdida de Eduardo Torrico

Este artículo va para un musicólogo y, sobre todo, una gran persona: por el fallecimiento de Torrico, redactor jefe de "Scherzo"

El periodista y experto en clásica Eduardo Torrico
El periodista y experto en clásica Eduardo TorricoLa Razón

Seguro que a más de uno le sorprenderá este artículo. A unos porque las desapariciones de musicólogos, críticos o periodistas no suelen ser tan comentadas en los medios como las de los artistas, a pesar que que unos no podrían vivir sin los otros. A otros, porque no es normal en nuestro mundo, lleno de enfrentamientos por culpa de algunos políticos, no es frecuente que un crítico de un medio alabe al de otro de la competencia. Pero es conocido en los medios musicales que este no es mi caso, sino todo lo contrario, que vengo luchando por una unión entre unos medios que cada día se encuentran con más problemas para subsistir, aunque no es tarea fácil ya que en nuestro mundo se cumple lo de mejor ser cabeza de ratón que cola de león, a pesar de que los ratones suelan acabar aplastados. Por eso quiero dedicar este artículo a un musicólogo, crítico y periodista excelente y, sobre todo, una gran persona: Eduardo Torrico.

Hace poco más de un mes que tuvo que admitir en la redacción de la revista «Scherzo», donde era el editor responsable, que no se encontraba bien. Al día siguiente hubo de ser ingresado y, a partir de entonces, un calvario de operaciones y permanencia en la UCI bajo sedación. El cáncer es muy difícil de superar cuando se descubre tarde y el de Eduardo no dio muestras más que cuando ya poco se podía hacer.

Tras trabajar en CD Compact y Diverdi, se incorporó a Scherzo, tras ser colaborador, como redactor jefe cuando Juan Lucas accedió a su dirección, en parte por un impulso mío tras intuir que aquella maravillosa experiencia que fue «La Quinta de Mahler» tenía los días contados. Era un crítico especializado en la música antigua y el periodo barroco, pero sobre todo tenía el sentido del periodismo y, mucho más aún, el del compromiso, el esfuerzo y de la comprensión que hay profesiones, como la nuestra, para las que no existen horarios.

Conocía a la mayor parte de los artistas del género que amaba y, en sus críticas, sabía distinguir las exigencias con las que ha de juzgarse a los que son famosos de aquellos que empiezan. Por eso, muchos artistas españoles no han dudado en expresar su pesar en las páginas de la revista: Fahmi Alqhai, el Cuarteto Quiroga, Flavio Ferri-Benedetti, Javier Ulises Illán, Yago Mahúgo, Filippo Mineccia, Daniel Pinteño, Ignacio Prego… Era una excelente persona, con una muy amplia cultura y, naturalmente, con sus peculiaridades, como la tozudez pero también con un gran sentido del humor. ¡Qué pena que que, por unas semanas, no haya podido disfrutar al festival barroco en Versalles al que pensaba asistir en Semana Santa! Se merecía ese último disfrute. Se nos ha ido un gran tipo que sabía, amaba la música, a quienes la hacen y al trabajo y esfuerzo. Descanse en paz junto a Hidalgo, de Nebra, Victoria, Morales, Monteverdi, Bach, Haendel y tantos otros. ¡Y mucho ánimo para su familia y para «Scherzo»!