Wos: “Aprender a tratarse y comprenderse lleva toda la vida”
El músico argentino se enfrenta al WiZink Center de Madrid en medio de una gira española
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Fue el mejor del mundo improvisando rimas. Valentín Oliva (Buenos Aires, 1998), se hizo célebre como Wos cuando conquistó en 2018 la batalla de gallos internacional en español, ese tipo de duelos dialécticos en el que los más rápidos e ingeniosos se miden improvisando versos que traten de derrotar al oponente. Sin embargo, cuando decidió iniciar su carrera musical después de aquella victoria que le hizo célebre, pocos esperaban lo que iba a suceder. El porteño lanzó un disco que poco tenía que ver con el rap para acercarse al rock de su infancia. A “caravana” y “Oscuro éxtasis” le ha segudi “Descartable”, su último trabajo y el que le ha traido de gira por España, un tour de ocho fechas a la que le queda el último tramo, en Madrid (WiZink Center, 11 de julio), Murcia (13) y Valencia (16).
¿Cuál ha sido la génesis del disco?
El primer tema de todos fue "Descartable” y ahí es donde sentí algo nuevo. Me hizo sentir que había un sonido, una estética nueva que me entusiasmaba y que había empezado algo distinto. Creo que a partir de ese tema empieza el arranque de algo.
¿Qué definía esa sensación?
Creo que estaba muy marcado en esa época por Bronski Beat, una banda de los 80 que empezó a resonar en mi cabeza y que me llevó a construir la estética de “Descartable”. En este disco hay menos ordenador en este caso. Son baterías reales grabadas en el estudio y eso le da una unidad. Creo que venía motivado también por la sensación que veníamos trayendo de la gira. Tocar en vivo nos fue trasladando a la hora de crear, y después de estar en esa situación del directo, siento que se nos metió en el estudio esa vibra. Fuimos variando para encontrar el hilo conductor. Y así es como encontré una forma de utilizar los versos que me dio la nueva identidad.
Menciona una banda de los 80, ¿qué fue primero en su vida, el rock o el rap?
Primero el rock, porque en mi casa se escuchaba eso, por mi viejo: de Led Zeppelin a los Beatles, Charly García... eso fue lo primero. Y mi hermano escuchaba también metal, y en mi adolescencia temprana empezó el rap, que me marcó muchísimo. El rap entró a ser parte muy fuerte de mi identidad porque es cuando te estás formando y eso me conectó con el hacerlo y el impacto fue muy grande en mí.
Quizá me equivoco, pero igual el rock era el lenguaje de sus padres y hermanos y el rap fue su abecedario propio.
Claro, es que desconocía el lenguaje y lo fui descubriendo a medida que lo empecé a hacer. Fue descubrir muchas cosas y un idioma ante todo, para decir muchas cosas que tienen tantas ganas de hacer.
Y entonces uno se convierte en el mejor freestyleer del mundo y lo deja para hacer otra cosa.
(Risas) Mira uno lo piensa para atrás y dice: “qué locura”. Pero bueno, en el momento fue teniendo mucho sentido, eso sigue conviviendo dentro, aunque la competición ya no. Y mi manera de componer y de hacer en el escenario tiene mucho de rap, de la manera que tengo de escribir. Aunque suena como un cambio del rap al rock en realidad fue unificar en una sola cosa los dos lenguajes. Y bueno, creé mi propio universo. Cuando lo veo así, me hace mucho sentido.
Por eso hace un rock en el que las letras tienen importancia.
Te lo agradezco. Es que mi manera de compones es a partir de la letra. Yo no sabía que podía hacer melodías ni tampoco me he considerado nunca cantante, así que consideré la posibilidad de hacer una canción a partir de una letra del hip hop y me fui abriendo y dándome cuenta de que podía ir un poco más allá. Pero haber arrancado desde la letra es lo que más me atraviesa. Y hace que lo sienta propio.
Dice en el disco: “basta del terrorismo que le inyecto al amor propio, y aunque predico amor, me inyecto odio”.
Bueno, mes que a veces uno dice muchas cosas y después, a la hora de tener esa consideración con uno mismo, pues termina siendo mucho más duro y más maldito con uno mismo que con el resto de la gente. Ese verso trata sobre no llevar amor a uno mismo.
¿Eres muy duro consigo mismo?
Sí, a veces, sí. Aunque uno va a aprendiendo a sacar el peso de la exigencia, pero mira, aprender a tratarse y comprenderse lleva toda la vida. Pero es una señal que vaya hacia adelante en vez de hacia atrás.
La noción de descartable está en los electrodomésticos, en las amistades. Y el disco habla de cuidar y cuidarnos.
Sin duda. Es un poco eso, de cómo el ritmo acelerado de todo y la necesidad de sentir que hay que estar haciendo y produciendo cosas constantemente. Pero esas cosas que se hacen desde ese lugar, sin trasfondo ni por qué terminan siendo descartables, teniendo poca vida, y también el sentirse descartable uno mismo ante tanta cosa que hay y que sucede. Que todos somos reemplazables y bueno, sentir que hay algo más o que puede haberlo, es lo que atraviesa las letras. ¿Hay algo más que esto? ¿Es posible otra cosa? ¿importa? Son preguntas que no se resuelven necesariamente pero dejan abierta la pregunta.
¿Qué opinas del presidente argentino, es también descartable?
Las cosas están muy difíciles y las cosas vienen así desde hace tiempo. En este momento me parece que descartables somos más nosotros, la gente que padece las decisiones de los que están en el poder. Viendo cómo se comportan todos los que ocupan lugares de poder con lo que estamos viviendo, de guerras y conflictos, creo que lo que está claro es que los descartables somos nosotros y que hacen lo que quieren con eso. Estamos en el mismo barco.
Ya ha tenido varias giras en España. ¿se siente querido?
La verdad es que es lindo siempre que venimos. Me da intriga ver qué sucede, pero siempre nos alegra mucho ir y por eso me ha sorprendido ir allá y a varios lugares, como siete fechas y es de los países que más terminé conociendo y eso te nutre de algo, te da ganas te hace sentir parte de algo. Y eso es maravilloso.