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España tiene historia

Otger Cataló, o el origen de Cataluña

Fue un personaje mitológico y ficticio sobre el que se construyó la idea de una patria catalana apoyada en un héroe ancestral, pero no se trata más que de una invención

Otger Cataló, en una pintura de Claudio Lorenzale
Otger Cataló, en una pintura de Claudio LorenzaleArchivo

Fue el primer personaje mitológico recuperado por los intelectuales catalanes que, bajo el paraguas de la Renaixença, se dedicaron a reescribir la historia de Cataluña porque, según cuenta la leyenda, en el siglo VIII, Otger Cataló ya reclamaba la catalanidad, la tierra y la patria. En algunos supuestos documentos se le conoce como Otger Golante. El personaje apareció por primera vez citado como tal en1438, en el libro «Las Historias y Conquistas del reyalme D’Aragó y principado de Cathalunya», escrito por mosén Pere Tomic, cuya edición impresa data del año 1495. Este libro es el típico de la época que trata desde la creación del mundo hasta el reinado de Alfonso V de Aragón. En él se explican leyendas y se da mucha importancia a los nobles catalanes, aragoneses y valencianos que formaban parte de la Corona de Aragón. Además, se narran una serie de leyendas clásicas y populares en la zona. El libro se fue retocando a lo largo de los años y de él se realizó una última versión en 1886.

Según cuenta Tomic en el citado libro, durante el siglo VIII hubo un príncipe alemán llamado, Otger Gothland Cathaló, y sus gentes eran dichas «cathalons». Este príncipe, al frente de un ejército numeroso, tuvo la intención de conquistar la tierra de los Godos. Se estableció en los Pirineos e hizo incursiones a los sarracenos hasta que murió en el año 735 en el asedio de Empúries.

Cuando el emperador Carlomagno prosiguió la conquista en el Sur de los Pirineos, llamó a esta tierra «Cathalonia» en memoria del príncipe Cathal, y sus pobladores fueron llamados Cathalans. Según la leyenda, Otger Cataló se enfrentó a los sarracenos junto con Guerau d’Alemany, Bernat d’Anglesola, Galceran de Cervelló, Galceran de Cervera, Bernat Roger d’Erill, Hug de Mataplana, Dapifer de Montcada, Galceran de Pinós y Gispert de Ribelles. A estos se les conoce como Los Nueve Caballeros de la Tierra o Nueve Barones de la Fama. Todos ellos juraron ante el altar de Nuestra Señora de Montgrony reconquistar los territorios ocupados por los sarracenos.

Lo cierto es que estos personajes tampoco existieron y lo mismo pasa con las baronías. Veamos. La baronía de Alemany nunca existió. La de Anglesola se creó en el 1056 Berenguer Gombau. La de Cervelló se fundó tres siglos después de Otger. Lo mismo pasa con las de Cervera, Erill, Mataplana, Montcada y Pinós. Algunos han querido ver en Hug de Mataplana la figura, también mítica, del Conde Arnau.

La simbología

No ha de extrañarnos que los Barones de la Fama fueran nueve. El nueve se considera como el máximo representante del ideal de la caballería. Fueron nueve los caballeros que fundaron la Orden del Temple, también los compromisarios que se reunieron en el Compromiso de Caspe, y por tanto nueve tenían que ser las baronías que formaban la Vieja Cataluña. Algunos escritores han afirmado que el castillo de Otger Cataló estaba situado en la montaña de Montserrat, entre los picos de Les Magdalenes y Gorra Frígia. Cuenta la leyenda que Cataluña debe su nombre a Otger Cataló. Con lo cual cerraban el círculo. ¿Y cómo es eso?

El nombre Otger significa, en lengua germánica, patria. Así pues, Otger Cataló se traduce como patria catalana. Con lo cual ya tenemos el origen del nombre Cataluña. Un caballero cedió su nombre o inspiró el origen etimológico de estas tierras. Y es que, cuando no hay un bagaje identitario, uno se lo tiene que inventar. Y eso es lo que pasa con este personaje. Parece ser que Otger Cataló coincide en el nombre y en la fecha de defunción con Otger (671-735), Arcomte de Catalanum (710-735), duque de Aquitania, quien murió en la batalla por la reconquista de Roses y fue enterrado en el Monasterio de la isla de Ré (Francia). A pesar de lo dicho, es significativo que la última edición del libro de mosén Pere Tomic fuera en el 1886. En esa época la factoría Renaixença estaba haciendo de las suyas para construir algo que demostrara lo imposible. Y Pedro Tomic no fue el único autor que fue tergiversado.

Cuando uno no tiene nada en lo que apoyar una estructura mitológica, mediática e histórica tiene que beber de las fuentes conocidas para crear personalidades que nunca han estado presente en la cultura tradicional de un pueblo. El centro de Europa ha sido clave en todas estas historias. Es más, personajes como Otger Cataló son comunes en otros países. Recordemos por ejemplo que el Rey Arturo es un personaje mitológico y lo mismo pretendían con Otger Cataló, pero les salió mal. ¿Por qué? No llegó a mito y pocos catalanes conocían esta historia y leyenda.