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«Rayuela», el eterno juego de Cortázar

El Congreso Internacional de la Lengua celebra los 55 años de la publicación de esta obra inclasificable con una edición conmemorativa.

«Rayuela», el eterno juego de Cortázar
«Rayuela», el eterno juego de Cortázarlarazon

El Congreso Internacional de la Lengua celebra los 55 años de la publicación de esta obra inclasificable con una edición conmemorativa.

No son las calles de París pero sin duda las avenidas de Córdoba, Argentina, poseen un aire neoclásico, afrancesado, que evoca al escenario de la novela «Rayuela»: «... De su cuarto en el segundo piso Oliveira veía el patio con la fuente, el chorrito de agua, la rayuela del 8, los tres árboles que daban sombra al cantero de malvones y césped, y la altísima tapia que le ocultaba las casas de la calle». Precisamente ayer, una edición conmemorativa de la obra de Julio Cortázar se presentó en el Teatro Real de la ciudad argentina donde desde hasta mañana se celebra el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). La edición incluye, por primera vez desde 1983, la reproducción facsimilar del «Cuaderno de bitácora», con las notas del autor argentino de origen belga para la escritura de la novela. Este librito permite, como uno de esos juegos que tanto gustaban a Cortázar, un diálogo del autor con el lector sobre la novela que traspasa las fronteras del tiempo. Además, incorpora textos complementarios de Gabriel García Márquez, Adolfo Bioy Casares, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Julio Ortega, Andrés Amorós, Eduardo Romano y Graciela Montaldo. Con «Rayuela», Cortázar dio al juego carácter literario: un juego que involucra al lector como protagonista y que, por tanto, se renueva con cada lectura, manteniéndose para siempre vigente. Si el escritor levantase la cabeza, seguramente estaría feliz con está reconversión. Dándole un nuevo giro a la novela, demostrando que es especial, inmortal. Participaron en el acto el Nobel Vargas Llosa y el humorista Marcos Mundstock, de Les Luthiers.

Durante el Congreso también se decide el futuro del español. Existe, de hecho, un eje subterráneo que no ocupará lugar formal en el día a día pero que impregnará las conversaciones y las actividades: el avance global de una agenda de género que si bien tuvo su impacto en esta edición con la incorporación de un 36% de disertantes mujeres –que será todo un récord de 90 expositoras–, todavía no aceptó unir al debate la cuestión del lenguaje inclusivo, que en el último año ha ganado una notoria visibilidad y dividido a la sociedad en impulsores y detractores. Bajo el lema América y el futuro del español», la programación del CILE está organizada en torno a cinco secciones o ejes temáticos: «El español, lengua universal»; «Lengua e interculturalidad»; «Retos del español en la educación del siglo XXI»; «El español y la sociedad digital» y «La competitividad del español como lengua para la innovación y el emprendimiento». Ayer se celebraron dos de estas sesiones plenarias. La presidenta del Consejo de Estado de España y ex vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se mostró convencida de que ha llegado «el momento» de cambiar el lenguaje del modelo político dominante, el patriarcal. Y añadió: «El idioma no es neutro. La palabra da forma al pensamiento y las feministas sentimos que la sociedad ha funcionado con un lenguaje que ha respondido fundamentalmente a un modelo político dominante que sigue vigente en la actualidad y que es el modelo patriarcal», explicó.

Transculturalidad

P

or su parte, en la otra sesión plenaria el escritor nicaragüense Sergio Ramírez tomó la región del Caribe como uno de los mayores ejemplos de transculturalidad, y aseguró que «no existe el lenguaje puro» y que «el español es una lengua contaminada» en el sentido de su «transgresión constante». El CILE se plantea como un punto de encuentro entre las instituciones que regulan el uso de la lengua y sus hablantes, una población que según las más recientes estimaciones alcanza a 570 millones de personas, que la han convertido en el segundo idioma más utilizado en el mundo por detrás del inglés. Desde que se instituyó esta modalidad impulsada por el Instituto Cervantes junto a la Real Academia Española y las 23 correspondientes de la lengua latinoamericanas, es la primera vez que un país vuelve a convertirse en anfitrión: ocho ediciones han transcurrido en este lapso temporal y Argentina ya ha tenido el privilegio de ser sede en 2004 con la edición que celebró en Rosario.