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¿Si "La Sirenita"es negra Pocahontas debe ser rubia?

¿Si "La Sirenita"es negra Pocahontas debe ser rubia?
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Disney parece empeñado en producir un nuevo «renacimiento». Es normal que sientan nostalgia por esos diez gloriosos años en que, musical de animación tras musical de animación, la compañía sumó el favor, y el dinero, de un público que poco antes parecía haberle abandonado. Y la fórmula de ahora no dista demasiado de la que utilizaron entonces. Se trata de tomar los clásicos más queridos, darles una vuelta y volverlos a presentar como novedad. En 1989, la salvación de un Disney que no pegaba una en la taquilla llegó gracias a la adaptación de Howard Ashman y Alan Menken de «La sirenita», de Hans Christian Andersen. Treinta años después, y tras los «remakes» con personajes reales de «Dumbo», «Mulan», «Aladdin» y «El rey león», que se estrenará en breve, la empresa anuncia –después de tres años sin confirmarlo– que Ariel sí volverá a la gran pantalla. La adorada pelirroja, que Anderson describe como «la más linda de sus hermanas; su piel es transparence como un pétalo de rosa y sus ojos tan azules como el océano más profundo», será encarnada por la actriz afroamericana Halle Bayley. La indignación, en esta época en que nos sobran plataformas, no tardó en manifestarse. ¿Qué necesidad hay de cambiar la raza de la heroína del mar?, Si ahora la sirenita es negra, ¿entonces Pocahontas debería ser albina? [literal], se preguntan en Twitter aquellos que crecieron con la pelirroja Ariel. Cierto es que si lo que querían era introducir nuevos elementos podían haber regresado al cuento de Anderson, en el que Ursula no le quita la voz a la sirena por medio de un hechizo, sino que le corta la lengua. En la versión original Ariel tampoco se casa con el príncipe ni viven felices para siempre. En cambio, Eric se enamora de otra mujer y ella se convierte en una «hija del aire», condenada a vagar por el mundo durante 300 años con la esperanza de conseguir un alma inmortal. Demasiado cruel para los niños de este mundo políticamente correcto. Sobre todo en Estados Unidos, donde la industria del cine parece estar intentando hacer contrapeso de las barbaridades que su políticamente incorrecto presidente proyecta a diestra y siniestra. En todo caso, e independientemente del color de su piel –algo que, francamente, debería importar un pepino–, a Bailey, de 19 años, le sobra voz para interpretar las canciones de Menken (que también participa en esta versión) y las nuevas que seguramente se incluirán en el filme. También ha demostrado saber cómo comportarse ante una cámara con su papel en la serie «Grown-ish». Finalmente, y ante tanta indignación, valdría la pena recordar que es todo una cuestión de negocio: el del segundo (y deliberadamente polémico) renacimiento de Disney.