440 años

Solamente el Teatro Español puede "Arder y no quemarse"

Grumelot y José Padilla se embarcan en la aventura de concentrar los 440 años de historia del coliseo madrileño en dos horas

La fachada del Teatro Español durante su incendio en la tarde del domingo 19 de octubre de 1975
La fachada del Teatro Español durante su incendio en la tarde del domingo 19 de octubre de 1975Agencia EFE

No son pocas las veces que el Teatro Español ha visto las llamas. 440 años de vida –los que hay desde el 21 de septiembre de 1583– dan para mucho, y este monumento ha estado para las duras y para las maduras. Solo en el último medio siglo han sido dos las veces que los bomberos han tenido que acercarse a poner orden. Primero en 1975, durante el ensayo de 7.000 gallinas y un camello, que mantuvo el coliseo cerrado durante casi cinco años y que costó 400 millones de pelas a las arcas públicas; la otra fue en 1991, mucho más leve, apenas seis meses de cierre. Pero ninguno como aquel del verano de 1802, cuentan: «Solo quedó en pie la estructura exterior». Juan de Villanueva –arquitecto del Prado– fue el encargado de realizar los nuevos planos y el padre de la fachada neoclásica que hoy conocemos. Son solo tres pinceladas de una historia de altibajos que, como dicen los chicos de Grumelot, se podría contar «en tres o cuatro» obras, sin embargo, ellos no tienen tantas vidas. Ahí aparece el reto: plasmar en un único montaje que estrenan hoy todas las peripecias de un lugar «de diversión y emoción infinita», dice José Padilla, agregado a Grumelot en la firma de la función.

El equipo de "Arder y no quemarse" promete una "fiesta" sobre el escenario
El equipo de "Arder y no quemarse" promete una "fiesta" sobre el escenarioEsmeralda Martín

«Somos la herencia de las personas que han pasado por aquí», asume un Iñigo Rodríguez-Claro, su director, que llama «a los fantasmas de la casa para que nos cuenten qué es la historia del teatro». Gentes como Valle o Lorca pisaron ese tablado y el director ve «imposible de normalizar» que ahora cojan el testigo de ellos. Pero entre miedos, vértigos y titubeos, los de Grumelot se han propuesto hacer un homenaje a «toda esa gente que ha hecho que este edificio siga hoy aquí: artistas, trabajadores, arquitectos, diseñadores, técnicos...» y, de paso, levantar «un espectáculo que es una fiesta».

Arder y no quemarse es el título de la pieza, pero, por encima de todo, es el modo de sobrevivir al tiempo del propio edificio de la Plaza Santa Ana. Es la esencia del Español, incapaz de desaparecer pese a todo, y del teatro en general por extensión. Jugar al teatro es morir cada día para resurgir por enésima vez. Y a eso mismo quieren jugar los Grumelot&Padilla en un espectáculo «trufado» del repertorio del Español, apunta Carlota Gaviño: La dama boba, Otelo, Numancia, El público... «Hay un trabajo de investigación sobre el pasado y nuestra preocupación es traer cosas del olvido para revisarlas –explica Javier Lara–. No hay nada más impredecible que el pasado porque cada sociedad construye uno».

  • Dónde: Teatro Español, Madrid. Cuándo: hasta el 29 de octubre. Cuánto: de 6 a 22 euros.