Estreno teatral

«Una humilde propuesta»: Soluciones salomónicas

Casi 300 años después, la indiferencia que muestra una pequeña parte de la sociedad , poderosa y privilegiada, sobre la otra, desfavorecida, sigue siendo prácticamente igual

Un momento de la representación. (Foto: David Ruiz)
Un momento de la representación. (Foto: David Ruiz)larazon

Casi 300 años después, la indiferencia que muestra una pequeña parte de la sociedad , poderosa y privilegiada, sobre la otra, desfavorecida, sigue siendo prácticamente igual

Clásicos en Alcalá acogió anoche el estreno absoluto de Una humilde propuesta, el montaje de la compañía Micomicón sobre el breve texto satírico que escribió Jonathan Swift en 1729.

No han podido tener mejor vista Laila Ripoll y Mariano Llorente, almas e ideólogos de la compañía, a la hora de percibir el sonrojo y la vergüenza que sigue provocando en nuestras conciencias esta obrita escrita con mucho sarcasmo “para evitar que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o su país y para que se conviertan en algo de provecho para el pueblo”. Casi 300 años después, vemos que la indiferencia que muestra una pequeña parte de la sociedad, poderosa y privilegiada, sobre la otra, desfavorecida hasta rayar en la más desconsoladora tragedia, sigue siendo prácticamente la misma. Y así lo ha entendido Ripoll en su inteligente versión, en la que sólo ha necesitado cambiar mínimamente el contexto, sin transgredir un ápice el pensamiento de Swift, para hacer una pertinente radiografía de nuestro hipócrita tiempo. La adecuación de algunos términos (sanidad, educación, investigación y desarrollo...) que usamos hoy para referirnos a cuestiones y conceptos de siempre, la adaptación al presente de las cifras de pobres, parideras, recién nacidos...; o la sustitución de algunos apurados oficios ya extintos por otros igual de precarios que todos hoy conocemos son las ligeras variaciones introducidas en el monólogo que Mariano Llorente interpreta en un lugar tan concreto -no puedo decir por qué para no desvelar el efecto provocador del texto y de la función- como la Escuela de Hostelería de Alcalá de Henares. Concebida ya en su origen con afán de interpelar al lector, la diatriba de Swift redobla en este sentido su intención, en la interpretación de Mariano Llorente, a la hora de detallar cómo ha de llevarse a cabo la “humilde propuesta” en cuestión, la cual es mejor que tampoco desvele, y créanme que lo siento, en beneficio del público que acuda a ver el espectáculo sin conocer el texto.

No obstante, creo que el “discurso” hubiese sido más demoledor, aunque posiblemente menos diáfano en su teatralidad, si Ripoll y Llorente hubiesen optado por inclinar más la interpretación a la oratoria de un político persuasivo de nuestros días, y no tanto a la de esa especie de arisco predicador, algo ya vetusta, por la que han optado.

Con todo, tal y como hizo el ensayito original del autor irlandés, la función cumple con su propósito crítico y nos advierte con eficacia de cómo las soluciones políticas a nuestros problemas se suelen adoptar pensando más en un rendimiento mercantilista de la situación que en el perfeccionamiento moral de la sociedad.

Ficha

Título: Una humilde propuesta.

Autor: Jonhatan Swift.

Directora: Laila Ripoll.

Intérprete: Mariano Llorente.

Festival Clásicos en Alcalá. 23 y 24 de junio.

Valoración: 3 sobre 5