Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Música

Tequila, canta y no llores

El emblemático grupo se despide de los escenarios en una noche en el WiZink Center de Madrid con invitados (Leiva, Fito y M-Clan) y que será grabada en DVD

Alejo Stivel y Ariel Rot, en Las Ventas (Madrid)
Alejo Stivel y Ariel Rot, en Las Ventas (Madrid)larazon

El emblemático grupo se despide de los escenarios en una noche en el WiZink Center de Madrid con invitados (Leiva, Fito y M-Clan) y que será grabada en DVD.

No se equivoquen, que no será una noche triste aunque el próximo 25 de septiembre sea la última noche que Tequila actúen en directo. «No estamos enterrando a nadie, sino dando una fiesta de despedida», sostiene Alejo Stivel, que integra la formación acutal junto a Ariel Rot. «En cierto modo, lo que pasó es que lo hemos desenterrado. Pena nos dio todo el tiempo que transcurrió sin una despedida formal, la primera vez que nos separamos, y que convirtió algo que había sido importante en pasado sin pena ni gloria», añade Rot. Tienen bastante razón: Tequila, el primer grupo de rock de fenómeno fan en España se desvaneció sin hacer ruido, de una forma extraña, en un momento en que las novedades musicales se sucedían y la industria musical levantaba apenas sus cimientos.

Superhéroes de barrio

«Así que es un buen motivo para alegrarse, porque nos vamos en un momento de repercusión mediática como grupo que nunca vivimos desde los buenos tiempos», añade Rot, que a las pruebas se remite: nunca habían actuado en un recinto como el WiZink Center, con capacidad para unos 15.000 espectadores, nunca habían grabado un directo (y esa noche, la última, quedará registrada en DVD) y acaban de publicar la primera canción de Tequila en 35 años, «Yo quería ser normal», que será el tema principal de la película «Superlópez», que se estrenará en octubre. «Nunca nos había ocurrido lo de ahora, es decir, que te propongan tantas cosas, que haya un interés. Pienso que hubo algún detonante y alguien debió de acordarse y también es cierto que quienes eran nuestros seguidores ahora tienen la capacidad de tomar decisiones en las compañías y se acuerdan porque hay gente que quedó emocionalmente muy ligada a Tequila. Así que, cuando llegue el momento de despedirse ya lo pensaremos; de momento hay que celebrar», comenta el guitarrista. «Así como subimos muy rápido también fuimos eclipsados, incluso fulminados si quieres, por lo que venía luego. Que ni siquiera era otra generación, era la nuestra. Pero entre la movida, el heavy, y todo lo que pasó, de repente todo sucedió muy deprisa y fue intenso y fugaz», remarca Rot.

Sobre lo que podría haber sido de otra manera... «probablemente habríamos pasado por un bache después de la gloria que habíamos vivido y con 22 años no estábamos ni preparados ni dispuestos a pasarlo –dice Rot–. Cierto que éramos jóvenes y que tomamos decisiones apresuradas e intuitivas, pero en el fondo fueron buenas». Stivel lo recuerda como «una orgía musical». «Lo pasamos bien y tuvo, como todas las cosas de la vida sus momentos oscuros. Pero tener 18 años y recorrer ciudades con tu banda de rock, es una experiencia que, de corazón se la recomiendo a todos los jóvenes (ríe). Cerramos un poco en falso y eso es lo que vamos a compensar ahora».

Protestan, en cambio, cuando se les dice que Tequila fue el primer grupo de fenómeno fan de España. «Eso es algo más de las compañías para vender el producto, la verdad. La compañía se agarró de ahí para tirar el lanzamiento. Visto desde hoy me parece como cuando se habla de la movida esta o aquella o el rock andaluz. Es un vehículo de comercialización». ¿Le enseñaron unos argentinos cómo hacer rock en castellano a los españoles? «Esa sería una medalla demasiado pesada. Pero sí que ayudamos a que el rock cantado en español fuese más fluido o más creíble, porque en España se cantaba en inglés». ¿Pueden decir que, en el futuro, «de este tequila no beberé»? Rot no es tajante. «Bueno, de momento hacemos un poco de memoria histórica, de hacer un poquito de justicia con Tequila. Se cierra un capítulo cantando y sin llorar.