Daniel Luque e Inma Vílchez llenan el Teatro Cajasol para hablar de la música y el toreo
Los ‘Mano a mano’ llegaron ayer a su edición número 63
El matador de toros Daniel Luque y la cantante Inma Vílchez protagonizaron en la noche de este martes una nueva edición de los Mano a Mano de la Fundación Cajasol, en concreto la número 63 de estos encuentros culturales que se celebran en Sevilla desde 2007. Esta nueva cita estaba marcada por un hilo que ya es clásico en los nexos que unen estos encuentros entre toreros y artistas: los estrechos vínculos entre el mundo de la música y el arte de torear que volvieron a hacerse evidentes en el escenario del auditorio de la Fundación Cajasol bajo la batuta de José Enrique Moreno, moderador habitual de estas clásicas charlas que suman el testimonio de un torero al de una personalidad del panorama cultural, social o del mundo del espectáculo.
La noche de Cuaresma invitaba a gozar con este acto, un capítulo más de ese retablo de vísperas que nos conducen a las fiestas de la primavera según Sevilla. Esas ganas de recuperar cotidianidades, de alcanzar la ansiada normalidad, volvió a traducirse en un lleno en el auditorio de la Fundación Cajasol. Había que entrar en harina: Moreno puso el primer toro en suerte recordando la eclosión de Inma Vílchez, una cantante que surgió a través de las redes sociales y se dio a conocer sin renegar de su condición de aficionada taurina.
Enfrente tenía a un torero en auténtica sazón, Daniel Luque, “que ha sabido ponerse de nuevo en la primera fila del toreo”, según apreció el moderador preguntando al torero por su fe en sí mismo. “El único que puede resolver sus dudas es uno mismo y la carrera de torero es muy larga pero la recompensa es muy grande”, apreció Luque sin disimular su incertidumbre ante una nueva temporada que podría ser trascendental. Pero había que dar sitio a Inma, que supo presentarse a sí misma diciendo que venía “muy del sur”. “Me dedico a defender el toro encima de un escenario y creo que es la forma más bonita de llegar a la juventud”, señaló la cantante, que explicó a los presentes que había llegado al mundo de la canción por casualidad.
“Estaba haciendo un libro y lo empecé por el final, con una poesía dedicada a los grandes del toreo y me di cuenta de que entraba por sevillanas”, refirió la artista. “Me animé a cantarlas con los amigos en un camino del Rocío, subieron el vídeo a las redes y se acabó haciendo viral”, confesó. A partir de ahí todo fue muy rápido. Llegaba la oportunidad de defender el mundo del toro, también el de la caza -otra de sus pasiones-, encima de un escenario. Y llegó el primer disco…
“Te agradezco de corazón que lleves el mundo del toro a donde lo has llevado”, señaló Luque. Inma Vílchez reconoció que había recibido el calor de algunos toreros pero destacó que su única fuente de inspiración era “el arte de los toreros”. “Mi música tiene un mensaje muy directo y es decir que soy taurina”, insistió Inma aludiendo al “desconocimiento” del toro y el toreo entre la juventud.
“A través de mis canciones intento llegar a la persona que me escucha explicando eso y si escuchando mis letras comprenden un poco mejor el mundo del toro, eso es una victoria”, señaló. Era una cuestión de afición, corroborada por Daniel Luque. “Hay que tenerla en cualquier profesión y es muy difícil triunfar en cualquier cosa pero en el mundo de toro más”, señaló el matador. “La vida de una persona no tiene precio y la expones delante del toro, en la carretera, en el día a día… Somos culpables de haber cerrado este mundo para que la gente lo comprendiera mejor”, añadió el torero.
“Ahora nos hemos abierto más pero debemos acoplarnos a la sociedad de hoy”, señaló Luque reiterando el agradecimiento a Inma Vílchez, especialmente por sufrir ataques de ciertos antitaurinos que no entienden de tolerancia. En la charla pudimos descubrir que Inma nunca se pondría a cantar en una plaza, mientras un torero estuviera delante de un toro.
“No me gusta mezclar una cosa con otra; me han propuesto participar en corridas cantadas pero me parece una falta de respeto total a la liturgia del toreo”, precisó la cantante recordando una participación en un festejo organizado en un pueblecito de Ávila que no le dejó buen sabor de boca. “Yo toreé una corrida flamenca en Francia y no me disgustó, sabía a lo que iba. En el campo también me han cantado y no me parece mal”, apreció Luque. “Las sevillanas le han cantado al mundo del toro pero muy por encima, como arte y tradición pero a lo mejor no de forma crítica”, explicó la Vílchez confesando que había llegado a cantar a los antitaurinos para contestarles.
“Canto por sevillanas porque es un palo fácil; quiero hacer una música que esté a manos de cualquiera, que todo el mundo pueda arrancarse; yo escribo mis letras e intento defenderlas por sevillanas”, contó Inma hablando de su localidad natal, Andújar, “la capital de las monterías”.