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Balañá vende la plaza de toros de Felanitx

Un grupo de empresarios mallorquines rescata del olvido el histórico coso, mientras el Ayuntamiento sigue sin dar la cara

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La emblemática plaza de toros de Felanitx, cerrada desde 2008, inicia un nuevo capítulo gracias a la compra realizada por cinco socios privados, liderados por los hermanos Obrador, conocidos por su vinculación con el mundo taurino en Mallorca, y el notario Luis Bustillo. Esta iniciativa supone un paso decisivo hacia la recuperación de La Macarena, un espacio que llevaba años en ruinas, víctima del abandono y del olvido institucional.

La operación contrasta con la pasividad mantenida por el Ayuntamiento durante casi dos décadas. A pesar de los múltiples intentos y declaraciones a lo largo de los años por parte de distintos gobiernos municipales, nunca se llegó a materializar la adquisición del inmueble, que permanecía en manos de la familia Balañá, propietaria desde los años 60.

Desde su última novillada, celebrada el 28 de agosto de 2008, la plaza quedó clausurada. Felanitx, un pueblo con arraigada tradición taurina, vio cómo su coso se deterioraba sin que ninguna administración diera un paso firme para evitar su decadencia. Incluso se llegó a especular con su demolición y posible transformación en suelo urbanizable.

La compra de la plaza por parte de este grupo de empresarios representa un gesto de compromiso con la historia y la cultura del municipio, más aún en un contexto en el que el debate sobre la tauromaquia en Baleares ha estado marcado por la controversia. Por ahora, no se ha confirmado si volverán a celebrarse espectáculos taurinos en su ruedo, pero sí se ha hecho pública la intención de rehabilitar el recinto como espacio cultural y social.

Este movimiento devuelve la esperanza a los felanitxers que soñaban con ver su plaza de nuevo en pie, cuidada y útil para el pueblo. Mientras el Ayuntamiento continúa sin respuestas claras sobre su papel en la conservación del patrimonio, ha sido la iniciativa privada la que ha marcado el camino de la recuperación. La Macarena ya no está sola.