La tarde de este martes en Las Ventas dejó una imagen estremecedora. El torero madrileño Miguel de Pablo fue volteado con violencia por el sexto toro de José Escolar, un ejemplar que ya desde su salida mostró peligro y aspereza, fiel al encaste que representa. Tras la dura cogida, el torero terminó la lidia y pasó a la enfermería del coso venteño por su propio pie al final del festejo, donde se le diagnosticó un traumatismo fuerte en la espalda y un puntazo corrido en la región lumbar y sacroilíaca derecha.

Sin embargo, las pruebas complementarias realizadas esta mañana en el Hospital Fraternidad Muprespa Habana han desvelado el alcance real de la lesión más seria: una rotura total del ligamento colateral cubital del primer dedo de la mano derecha, entre el pulgar y el índice, que obligará a una intervención quirúrgica. Se trata de una lesión compleja para un torero, ya que compromete directamente la funcionalidad de la mano con la que se maneja la muleta.

La contusión lumbar, de pronóstico reservado, sigue pendiente de una valoración más exhaustiva por parte del doctor Máximo García Padrós, cirujano jefe de la Monumental de Las Ventas. El propio galeno había advertido ya ayer del alcance potencial de la lesión vertebral, aunque en un primer momento el diestro pudo abandonar por su propio pie la enfermería, lo que hizo pensar en un cuadro menos grave.

La noticia supone un frenazo inesperado en la temporada de Miguel de Pablo, que regresaba este año a la plaza de sus orígenes con la ilusión de reivindicarse ante el exigente público madrileño. Su inclusión en el cartel con toros de José Escolar implicaba ya un alto grado de compromiso, por tratarse de uno de los hierros más duros y exigentes del ciclo isidril. La corrida respondió a las expectativas por su seriedad y dificultad, y el torero madrileño puso entrega y voluntad en una faena que se vio truncada bruscamente por la cornada final.

La confirmación de la necesidad de pasar por el quirófano obliga ahora a replantear los próximos compromisos de Miguel de Pablo, que había retomado con fuerza su presencia en ruedos de primera. La recuperación de este tipo de lesiones suele requerir varias semanas de inmovilización y rehabilitación, por lo que su reaparición dependerá del resultado de la cirugía y de la evolución posterior.

Mientras tanto, la afición y el propio entorno del torero se mantienen a la espera del parte definitivo sobre la contusión lumbar, que podría determinar también el alcance general del periodo de baja. En cualquier caso, lo sucedido en Madrid ha supuesto un duro revés para un torero que volvió a Las Ventas con el corazón por delante y que ahora deberá enfrentarse a una recuperación igual de valiente.