
Otoño
Mucho aviso para poco contenido en la cuenta atrás del día grande
Largas faenas en la última novillada de la Feria de Otoño con un desigual encierro de Fuente Ymbro, la tarde en la que los chavales sufrieron varias volteretas feas

Al doctor Crespo brindó Bruno Aloi el primero de la tarde en Las Ventas. No era el novillo, pero sí la ocasión. En sus manos salvadoras había caído herido grave en El Álamo. La dureza del toreo no distingue. Es cualquier día. En cualquier momento, en el más inesperado. De ahí la cara de preocupación de su padre la tarde antes que no podía ocultar. Lo que se pasa no lo sabe nadie. Detrás del brindis no se pudo hacer nada porque el novillo de Fuente Ymbro además de feo fue inválido. Así que el esfuerzo de Aloi para llegar a Madrid tras la cornada no puedo tener mucha recompensa.
Informal fue el cuarto de la tarde que lo mismo iba y venía que se metía por dentro. Se alargó mucho Bruno Aloi con la idea de exprimir al máximo la oportunidad, pero acabó por hacerse la faena demasiado larga y en esa extensión llegó también la cogida. Las imágenes hicieron temer lo peor, pero verle seguir en el ruedo templó los ánimos. Con suerte se libró al rodar en la misma cara. Menos mal que luego lo cazó a la primera con la espada.
El segundo no quería caballo y se dilataron los primeros tercios como si el tiempo no pasara, como si nada pasara. Tuvo bueno el embroque porque colocaba la cara abajo, de mitad de embestida para adelante era otra cosa: informal. Unas veces se revolvía, otras iba largo. Mene quiso tomarle la medida y hacerlo con temple aunque costó que la larga faena trascendiera.
Un muletazo en el comienzo de trasteo nos despertó. La tarde estaba de no pasar nada. De largura y espesura, pero el toreo es lo que tiene, que un solo pase puede cambiar el mundo. Le ocurría al novillo que tenía mejor el comienzo que finales, pero era bueno, y la faena de Mene tuvo momentos de buen sabor, sin acabar de diseñar una estructura maciza. Atisbos de cosas, apuntes, con mucho sabor y buen concepto, sin rematar. Se quedaba corto el animal que, eso sí, acudía con humillación. Entre una cosa y la otra, la historia acabó inconclusa.
Noble y a la espera fue el tercero, pero la faena de Pedro Luis no conectó con los tendidos. Ese punto por fuera y monótono no logró un hilo de conexión.
A la puerta de toriles se fue con el sexto, apretó en el caballo después.
Acababa la jornada y sumábamos tiempo en esa cuenta atrás, la del día del festival. Mientras, hoy, por la mañana se descubrirá ya la escultura en homenaje a Antoñete. Más de dos metros en homenaje al torero de Madrid que ha promovido José Antonio Morante de la Puebla y que ha logrado meter en esta loca y maravillosa aventura nada menos que a Curro Vázquez y César Rincón. Qué emoción. Que la lluvia se retire, que el día lo merece. Es único.
Ficha del festejo
las ventas. Sexta de la Feria de Otoño. Algo más de media entrada. Novillos de Fuente Ymbro. El 1º, inválido; 2º, de buen embroque y corto recorrido; 3º, noble y repetidor; 4º, desigual e informal; 5º, de buen embroque y corto recorrido; 6º, noble y a menos.
Bruno Aloi, de de tabaco y oro,estocada (silencio); estocada, aviso (silencio).
El Mene, de de tabaco y oro, estocada punto trasera, aviso (saludos); dos pinchazos, media, dos descabellos (saludos).
Pedro Luis, de azul eléctrico y oro, estocada, dos avisos (silencio); pinchazo, aviso, estocada corta (silencio).
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