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Crítica de libros

Si quieres entender la cultura del hip-hop, este es el libro que debes leer

Nuestras críticas de esta semana: las cartas que Xirgu escribio a J. F. Kennedy, una “ilíada” muy femenina, un ensayo sobre la escritura...

Si quieres entender la cultura del hip-hop, este es el libro que debes leer
Si quieres entender la cultura del hip-hop, este es el libro que debes leerlarazon

Esta semana, en nuestras críticas de libros, recogemos “Beastie Boys, el libro”, imprescindible para entender la cultura del hip-hop. Tampoco deberías perderte las cartas que la actriz Margarita Xirgu escribió a J. F. Kennedy, una “ilíada” muy femenina, un ensayo sobre la escritura...

«Beastie Boys, el libro»

A. Horovitz y M. Diamond reservoir books

574 páginas,

49,90 euros

Beastie Boys, ser lo que odias; por Ulises Fuente

El genial grupo de rap educado en la ética del «hardcore» cayó en el machismo y la opulencia, aunque se redimieron. Los dos miembros vivos cuentan su divertida historia en un alucinante libro profusamente ilustrado e imprescindible para entender la cultura del hip-hop

Esta es una historia vieja, tan vieja que Brooklyn era sinónimo de peligro y no de pasteles vegetarianos y leche de soja. Tan vieja que el Santo Grial era una cinta de cassette. Nueva York, principios de los 80. Tres chicos de descendencia judía aman el «punk-rock», el «hardcore», mientras intentan crecer. Pero nunca lo conseguirán. Lo de crecer. Esta es la historia de los Beastie Boys, el primer grupo de rap blanco, primorosamente edi-tada y coescrita por Adam Horovitz y Michael Diamond en memoria del Adam Yauch, fallecido de cáncer en 2012. Pero, sobre todo, es el lamento por una «civilización» perdida, la de la era pre-tecnológica, pre-líquida, cuando la realidad era dura como un bate de béisbol.

La narración es una prolongación infinita de la adolescencia. Uno podría llevarse la impresión de que los Beastie son una panda de descerebrados machistas con aparente falta de sustancia encefálica. Digamos que no es un libro acorde con los tiempos ni con los lectores de hoy, pero es un reflejo de un tiempo, es un libro tierno como una foto antigua. Horovitz y Diamond pasan más de la mitad de las páginas asumiendo lo estúpidos que eran y lo difícil que fue crecer para ellos. Pero hacer juicios morales y censuras es absurdo porque hablamos de una época tan antigua como ese Nueva York pre Giuliani perdido para siempre, es como querellarse contra un «walkman».

Nuestros tres protagonistas, educados en el «hardcore», tienen conciencia política. Tienen principios, han sido educados por familias tolerantes progresistas, con inquietudes culturales. Forman los Beastie Boys como un grupo de «punk-rock» pero un día, como surgido de la nada, aparece el «hip-hop», que les volará la cabeza. Y nuestros antihéroes, sin saber bien cómo, terminarán por convertirse en lo que más odiaban. Después de un éxito radiofónico, «Cooky Puss», conocerán a Rick Rubin, afamado productor blanco y pionero del rap. Serán amigos de sus ídolos, Run-DMC, y llegarán a publicar un éxito multimillonario, «Licensed to Ill», un disco de rap en el que se oye el latido del punk. Pero a costa de perderse a sí mismos. En primer lugar, echando del grupo a una componente original, Kate Schellenbach... por ser una chica. «La expulsamos porque no encajaba en nuestra identidad de raperos duros aunque es posible que se hubiera largado porque empezábamos a comportarnos como unos putos indeseables», confiesa Horovitz. «Estábamos tan enganchados a burlarnos del estereotipo de la estrella del rock que nos convertimos en eso mismo». Agarrados al cohete de ese disco, giran con Madonna y suena en todos los coches de Los Ángeles a Miami. Rimas frescas, vacilonas y con algo de mensaje político y «sampleos» de rock duro. «Decidimos ver hasta qué punto podíamos ir a lo grande y pasarnos varios pueblos en todo. Hasta que la gente esperaba caricaturas idiotas de nosotros mismos», admite Diamond.

Seguramente no contribuyó a lo contrario su idea de instalar un gigantesco pene hidráulico en el escenario que emergía cuando sonaba el gran hit: «Fight for Your Right (To party)». De todo esto se avergüenzan convenientemente en el libro, construido con breves capítulos con los testimonios intercalados de los supervivientes, como hacían en sus canciones, con notas al margen del otro, puntualizando o doblando la voz del primero, como en sus canciones. Y es un volumen (570 páginas) deliciosamente editado y que contiene muchos regalos: una fábula sobre el rap de blancos escrita por Jonathan Lethem, un cuadernillo de fotografías de Spike Jonze, un ensayo breve de Luc Sante y firmas como Wes Anderson y Colson Whitehead y también la aportación de la escritora Ada Calhoun, nativa neoyorquina escritora y feminista, que escribe: «Problema: odiamos el sexismo. Pero amamos a los Beastie Boys. ¿hay contradicción? Bueno, su reformación feminista validó nuestra tolerancia inicial». También Kate Schellenbach cierra la herida de la patada que recibió (y culpa a Rick Rubin, por cierto) y les absuelve de machistas por su giro en los 90 y 2000.

Tabaco y alucinaciones

Hicieron, según reclaman, el primer disco de «gangsta rap» de la historia, pero la paradoja es que, al ser blancos, nadie tomaba en serio que la mitad fuera verdad. Los negros no presumían de delincuencia por entonces porque no veían nada de glamour en ello, lo que querían era escapar y ser ricos. Cuando lo hicieron, fueron perseguidos.

El estilo de la narración no es desgarrado ni es truculento como otras biografías de músicos. Los Beastie Boys son simpáticos co-mo pocos, son dulces, tontorrones. Leer esta biografía es como ser invitado a participar de una broma privada, como compartir un fin de semana con tres amigos que te invitan a todo y nunca discuten. El libro es una exaltación de la amistad y la historia más loca jamás contada en el rap. Lean, si no, su peripecia en el cumpleaños de Dolly Parton, cuando se cruza con un Bob Dylan completamente errático que quiere organizar un concierto a favor, sí, a favor, del tabaco. O cuando les vetaron en la cadena hotelera Hilton de por vida cuando decidieron jugar al baloncesto tras haber ingerido setas alucinógenas... pero lean, sobre todo, de qué trata la amistad.

Sobre los autores

Diamond y Horovitz son en realidad Mike D y Ad-rock, porque los seudónimos aquí son lo real. Formaron Beastie Boys con Adam Yauch (que falleció en 2012) en 1981 y grabaron «Licensed to Ill», el disco que anunció que los blancos, antes de Eminem, ya sabían rimar. Una banda, en definitiva, de gran influencia en la cultura popular.

Ideal para...

todas aquellos que estén interesados en la cultura del hip hop y en la cultura pop en general. El libro cuenta una época ya perdida sobre la ciudad de Nueva York y el negocio musical que resulta de lo más atractivo.

Un defecto

No se le puede poner absolutamente ninguno: la panorámica del momento narrado resulta de lo más completa. Además, algunos de los relatos son tan hilarantes como el propio grupo.

Una virtud

La deslumbrante, maravillosa edición. Páginas de cómic, recetas, fotografías... un lujo para quien quiera adentrarse en la vida de la banda o bien porque la conozca

o porque quiera descubrirla.

Puntuación: 10

«Epistolario »

Margarita Xirgu

Renacimiento

556 páginas,

29,90 euros

La carta que Xirgu escribió a J. F. Kennedy; por Toni Montesinos

Un volumen recoge por vez primera toda la correspondencia de la actriz y empresaria

Más que una mera gran actriz, Margarita Xirgu se convirtió, con su prolífica trayectoria artística en la escena española y latinoamericana, en todo un mito del exilio republicano de 1939, en particular cuando se la asoció a Federico García Lorca. Fue también empresaria, directora de escena y pedagoga, y tuvo la valentía de encarar proyectos teatrales arriesgados, incluso desde el plano estético e ideológico con los que contribuyó a difundir la obra de los mejores dramaturgos de su época. Este epistolario en primorosa edición de Manuel Aznar Soler y Francesc Foguet ha pretendido localizar todas las cartas de la intérprete –hasta la fecha se había tenido solamente una aproximación parcial de ello– «que vienen a iluminar su intimidad más recóndita y su compleja –y naturalmente también– contradictoria personalidad artística y humana».

Son cartas en las que denuncia el teatro comercial cuando se limita a ser solo un negocio que rebaja la calidad para captar a un público mayoritario; en las que apunta la dureza del trabajo por tantos traslados y una vida de hotel en hotel; o en que dice haber sido víctima de una campaña de los enemigos de la República. Sus destinatarios son diversos y constituirían un completo quién es quién de la cultura española y catalana: Pérez Galdós, que le envía su obra «Bárbara»; Adrià Gual, Apel·les Mestres y Narcís Oller; Eduardo Marquina, a quien le comparte sus éxitos de público; Jacinto Benavente, nada menos que premio Nobel en 1922, cuyas obras le proporcionan su mayor gloria en los años veinte; otro autor teatral con el que tuvo una complicidad enorme, Joaquín Montaner, su mayor interlocutor epistolar (más de cien cartas), y al que apoyó cuando éste fue atacado por Valle-Inclán en el estreno de una obra por motivos políticos; Cipriano Rivas Cherif, que fue muy importante para que Xirgu estrenara una pieza de Manuel Azaña cuando este el presidente del Gobierno republicano... Una serie de cartas, que abarcan sesenta años de vida y en las que, por supuesto, aparecerá Lorca, aunque a través de unas poquísimas y breves misivas, tanto que en realidad no se justifica que el poeta comparta la cubierta del libro con la actriz; del autor Xirgu llevó a escena «Mariana Pineda», «La casa de Bernarda Alba», «Bodas de sangre» y «Yerma» tanto en Barcelona y Madrid como en América Latina, y también apoyó a otro vanguardista como Alberti.

Implicación política

De hecho, en 1936 se embarcó en una gira americana de la que nunca volvió, desarrollando su carrera sobre todo en Buenos Aires, Santiago de Chile y Montevideo. «Creo que Dios me iluminó evitándome ver con mis propios ojos la tragedia de una guerra civil espantosa en mi país», le dice a un amigo en 1946 al hablar del porqué de su no regreso a España. Lejos de su país, pero siempre en contacto con el mundo de las letras seguiría manteniendo una postura política muy implicada, hasta el punto de solidarizarse con Tarradellas o escribir a J. F. Kennedy para que la política estadounidense tratara de restablecer la democracia en España.

sobre la autora

Margarita Xirgu Subirà (Molins de Rei, 1888-Montevideo, 1969) llevó a cabo una impresionante trayectoria como actriz

ideal para...

los que quieran acercarse a la vida pública de una actriz en perpetuo contacto con el arte y la política como trasfondo inevitable

un defecto

El libro necesita un lector muy concreto, que le apasione la literatura del exilio y el

mundo teatral

una virtud

Al final del libro se aporta una numerosa serie de fotografías en que se ve a Xirgu con García Lorca, Azaña, etc

puntuación:

9

«El silencio de las mujeres»

Pat Barker

SIRUELA

343 páginas,

23,95 euros

Una «Ilíada» muy femenina; por Sagrario Fernández-Prieto

Canta, diosa, la cólera de Aquiles... y el gran rapsoda Homero cantó el largo asedio troyano y la cólera desatada del mejor de los guerreros porque el rey Agamenón le había robado una esclava que era parte de un botín de guerra, «su premio» por haber matado sesenta hombres en una sola batalla. Era la esposa de Mines, un rey asesinado, igual que sus cuatro hermanos, una reina convertida en una esclava más, con el dudoso privilegio de que su amo fuera el poderoso Aquiles. Su nombre era Briseida y Pat Barker la elige para ser la voz de todas las mujeres que en «La Ilíada» apenas hablan, como figurantes sin texto, pero que gimen y lloran a menudo: «...y las mujeres gimieron, tomando como pretexto a Patroclo, cada una por sus propias angustias», dice Homero. La autora descubre a través de la mirada de Briseida esas angustias, el dolor de miles de mujeres tratadas como cosas o animales, siempre al tanto de que el agua del baño esté caliente, la comida a punto y el vino bien mezclado, tan silenciosas y rápidas para acudir al lecho como para abandonarlo cuando ya han sido utilizadas por los hombres que han matado a sus esposos y sus hijos.

Cambios de perspectiva

Las mujeres de Barker hablan entre ellas cuando están solas, recuerdan a sus hijos, sus maridos o sus padres muertos, las mujeres que se suicidaron para evitar su destino, comentan el carácter de sus amos y el devenir de las batallas. A través de ellas nos llega una visión diferente de «La Ilíada» en la que encontramos los episodios cruciales de la guerra de Troya colmados de sentimientos a veces asombrosos, como el descubrimiento de un Aquiles que añora profundamente a su madre, Tetis, una diosa marina que lo abandonó siendo un niño y a la que busca y llama a diario cuando se baña en el mar, una de las imágenes más potentes de la novela. También consigue que uno de los mejores momentos de la literatura universal, la humillación del rey Príamo suplicando a Aquiles para que le deje enterrar a su hijo Héctor, sea en este libro asimismo un episodio inolvidable que se enriquece con detalles cotidianos percibidos por la mirada de una mujer.

Lo mismo ocurre con el acercamiento al amable Patroclo que aumenta aquí en humanidad y benevolencia. El resto es una continua sucesión de sangre y violencia durante las batallas y en el campamento de los griegos, donde las esclavas lavan a los muertos y limpian la suciedad acumulada durante nueve años de guerra. Briseida narra su historia cuando es ya una mujer mayor que a veces interpela al silencio para contar la historia de aquellas mujeres, a veces tan actual que estremece.

sobre la autora

Pat Barker (Inglaterra, 1943) ha publicado 15 novelas entre las que destaca su trilogía sobre la Primera Guerra Mundial

ideal para...

acercarse a «La Ilíada» a través de la mirada femenina

un defecto

El lenguaje utilizado en las imprecaciones resulta

desagradable

una virtud

La viveza con que se describe la vida en el campamento de los griegos

puntuación

8

«EL MISTERIO DE LAS CARTAS»

Sophie Hannah

ESPASA

416 páginas,

18,50 euros

El mayordomo puede ser el asesino; por Lluis Fernández

Sophie Hannah recupera en una nueva entrega al detective Hércules Poirot

No es la primera vez que Sophie Hannah se enfrenta a la recuperación de Hércules Poirot, uno de los mitos literarios de la novela policiaca de misterio y suspense creado por Agatha Christie en 1920. Ha escrito «Ataúd cerrado» (2014), «Los crímenes del monograma» (2016) y «El misterio de las cuatro cartas» (2018). Su acierto es no imitar el estilo de la dama del misterio. Una buena idea porque, aunque se sigan editando sus novelas, su estilo está superado por los nuevos planteamientos narrativos de la novela de intriga. Sin embargo, esta recuperación peca de arcaizante, porque, justamente, ese es su encanto.

La operación nostalgia no busca revivir a viejos autores que continúan en el imaginario del lector sino devolver a la literatura el fantasma cultural de personajes míticos añorados como Holmes o Poirot. Un fenómeno que ha afectado a también a Jason Bourne, James Bond y Philip Marlowe. Incluso Escarlata O'Hara y Rhett Butler tuvieron su revival, aunque ninguno ha merecido el elogio de la posteridad. Los autores que han logrado sacar provecho de la operación comercial han sido Eric Van Lustbader, que llegó a publicar 12 títulos nuevos de Jason Bourne, de baja calidad pero efectivos, y Sophie Hannah, una profesional capaz de mantener a flote los clichés de Poirot como quien salva a un niño del Titanic. El resto se quedó en el camino, como Benjamin Black, sin conseguir algo más que un brillante pastiche.

El dilema de Hannah era salvar a Poirot para recuperar el espíritu de Christie. Lo contrario que hizo Benjamin Black: imitar a Raymond Chandler para perder a Marlowe. Esa ha sido la estrategia de la escritora: una elegante prosa, unos personajes anclados en los años 20, que recuerdan el mundo de la aristocracia rural inglesa en decadencia, y Hércules Poirot, emblema inmarchitable de la historia del policiaco clásico en el centenario de su creación. Llegado a este punto, hay que reconocer la pulcritud con la que Sophie Hannah revive las aventuras del maníaco detective, reduciendo la impertinencia e infatuación del investigador belga, bastante más preciso que pedante, conservando la esencia del enigma.

Un delirio paranoico

Como en la cocina posmoderna, fusiona a Poirot con Holmes y le empotra un narrador y compinche, del tipo del doctor Watson: el inspector de Scotland Yard Catchpool. El otro yo de Poirot, contrapunto y fiel notario de este genio de la deducción, capaz de dejar volar su imaginación y poner en funcionamiento sus células grises. El misterio lo mismo parece sencillo como inextricable según se avanza en una trama que Poirot crea y retuerce con esa pericia tan cercana al delirio paranoico cuando establece relaciones de causalidad imposibles para cualquier ser racional. Hércules Poirot es otro excéntrico detective prestidigitador que se guía por el carácter de los personajes de las novelas de misterio, donde todos, incluso el mayordomo, pueden ser culpables e inocentes al mismo tiempo. Ante tal imprevisibilidad, ¿qué mejor que abandonarse y gozar del misterio hasta la sorpresa final?

sobre la autora

Sophie Hannah nació en 1971 en Manchester (Reino Unido). Es poeta, autora de libros infantiles y relatos de misterio. Por encargo, ha escrito tres secuelas del mundo del detective Hércules Poirot, creado hace cien años por Agatha Christie

ideal para...

amantes de la novela llena de enigma y fans de Agatha Christie rediviva

un defecto

Los excesos en la recreación del mundo y sus personajes, algunos realmente prescindibles

una virtud

La ligereza de su prosa

puntuación

8

«LOS EUROPEOS»

Rafael Azcona

Pepitas de calabaza

340 páginas,

21 euros

Aquellas orgías de los 50; por J. Ferrer

Durante muchos años el público cinematográfico ignoró que detrás de la excelencia artística de películas como «El pisito», «Plácido» o «El verdugo» había un genial guionista, Rafael Azcona (Logroño, 1926 - Madrid, 2008), todo un escritor para quien la realidad acostumbraba a resultar más inverosímil que la ficción. Esa estrecha relación entre el séptimo arte y la literatura generaría una escritura marcada por la agilidad de los diálogos y una ocurrente anecdótica. Heredero del humorístico lenguaje teatral de Jardiel Poncela, Edgar Neville y Miguel Mihura, Azcona conjugará el componente neorrealista con una personal visión crítica del costumbrismo. Entre bromas y veras, con un punto de entrañable ternura, supo reflejar como nadie los anhelos y frustraciones de las nacientes clases medias del franquismo. La editorial Pepitas de calabaza ha recuperado en los últimos años buena parte de esta literatura con títulos como «Viaje a una sala de fiestas y otros escritos dispersos» (1952-1959), «Memorias de un señor bajito», y ahora «Los europeos», novela publicada en 1960 con las inevitables limitaciones impuestas por la censura y reescrita libremente décadas después.

Desenfreno colectivo

La acción nos sitúa en la Ibiza de finales de los 50, con un incipiente turismo europeo provocando el espejismo de la liberación sexual. Dos jóvenes madrileños de reprimido erotismo y orgiásticas expectativas, Miguel –aparentemente responsable– y Antonio –juerguista empedernido– deciden visitar la isla animados por una mitografía de suecas, alcohol y despiporre. Pero la realidad será muy diferente y el primero de estos protagonistas adquirirá una conmovedora educación sentimental; conocerá a Odette, una francesa culta y sensible, que le abocará a un replanteamiento de sus convicciones afectivas. En un hilarante marasmo de pícaros y vividores, borracheras y resacas, se desarrolla este jocoso análisis de una ilusión colectiva, definida por la imprecisa admiración europeísta, una ansiada emancipación personal y una desnortada mirada liberadora. Todo ello deviene en una historia agridulce, que participa por igual de la denuncia ética, el relato costumbrista y la fábula cómica.

Destaca el ambiente de relajada atmósfera veraniega, así como la acertada construcción de personajes, perfilados en numerosos matices a medida que avanza el argumento. Esta novela supone la excelente crónica de unas existencias prosaicas que tratan de compensar con sexo y diversión su anodino carácter y que acabarán encontrando el sentido vital de sus luminosas contradicciones.

sobre el autor

Guionista cinematográfico, Rafael Azcona fue también un avezado narrador del realismo crítico

ideal para...

comprobar con humor la fricción entre la España de los 50 y el fenómeno turístico

Un defecto

El excesivo protagonismo de los diálogos

una virtud

La comicidad que refuerza la ingenuidad de los personajes y el absurdo de las situaciones

puntuación

9

«Deja que el mar te lleve»

Pedro Lamet

Mensajeros

256 páginas,

15 euros

Todo el mar que cabe en un cuaderno; por Sagrario Fdez.-Prieto

Pedro Miguel Lamet (Cádiz, 1941) es un autor que ha tocado todos los géneros en su producción, del ensayo a la biografía y de la novela histórica a la poesía. Conociendo el buen hacer de este periodista y jesuita no sorprende que un libro suyo esté bien escrito o que sea de especial interés por el tema tratado o por la forma de enfocarlo, pero con su última entrega, «Deja que el mar te lleve», Lamet ha conseguido algo mucho más importante: llegar al corazón del lector con una historia de ficción marcada por el dolor humano, una historia que llega a ser tan auténtica y sincera que parece autobiográfica, aunque el autor ha negado de forma rotunda que realmente sea así. Su protagonista, Rodrigo, es un veterano periodista con muchas preguntas que vuelve al hogar de su infancia en la costa del sur de España.

Allí vivió dos hechos que marcaron de forma esencial el resto de su vida: una enfermedad que le inmovilizó de manera inesperada y la pérdida de su hermana Silvia, que se dejó la vida en un accidente de tráfico. En el viejo chalet familiar Ramiro encontrará un antiguo cuaderno en el que el adolescente que un día él mismo fue, escribía sobre los grandes temas de la existencia: el sentido de la vida, la soledad, la injusticia, el amor y la muerte. Todo ello buscando como interlocutor a ese eterno mar que parece poseer en su interior el secreto de todo el universo, que todo lo escucha y acompaña con el ritmo del oleaje las respuestas de los corazones abatidos. Pero hay algo más, Rodrigo descubre que su hermana podría haber muerto por otra causa y se sumerge en una investigación casi policíaca en la que juegan un papel crucial la inmigración, el narcotráfico y la delincuencia. Un libro para reflexionar sobre la necesidad de volver a las raíces con la valentía suficiente como para encontrar un sentido a la vida que realmente merezca la pena.

«Tema libre»

Alejandro Zambra

ANAGRAMA

144 páginas,

16,90 euros

(e-book: 9,99)

Libros que no aburren, que hacen llorar; por Diego Gándara

Alejandro Zambra reflexiona sobre la escritura, Vargas Llosa o la vida en Nueva York

Vayamos por partes. Está el Alejandro Zambra que escribe libros de ficción («Bonsái», «La vida privada de los árboles» y «Formas de volver a casa») y está el Alejandro Zambra que reflexiona sobre lo que escribe y sobre lo que lee y que, de alguna manera, se complementa con el otro. Entre otras razones porque el que escribe y el que lee y reflexiona están indisolublemente unidos por el amor incondicional a la literatura y por el tono personal, cercano, que desprende en cada uno de sus libros, así sean de ficción o sean, como este «Tema libre», de ensayos, crónicas y misceláneas.

Escritas, estas once piezas que constituyen el libro, para ser leídas en ámbitos universitarios o publicadas en distintos medios de Chile, en ellas Alejandro Zambra, tal como anuncia el título, se explaya libremente sobre las cuestiones más diversas –siempre alrededor, claro, de la literatura como eje central–, y lo hace desde un punto de vista tanto personal como confesional: el de un hombre que escribe y para quien los libros que ha escrito y los libros que ha leído forman parte, ya, de su propia biografía tanto de la literaria como de la vital.

Desde apuntes sobre la escritura, sobre la condición de extranjero, sobre la paternidad, sobre el estilo de Mario Vargas Llosa, hasta disquisiciones acerca de la vida en Santiago de Chile, Nueva York y Ciudad de México, en los textos de «Tema libre» Zambra ofrece una mirada que, detrás de su aparente simpleza, esconde una profunda reflexión sobre lo que significa ser un escritor en los albores del siglo XXI.

«Soy lentísimo, me demoro una enormidad en dar por buena una frase, soy casi incapaz de dar por terminado un texto. Y me cuesta imaginar otra forma de escribir, una forma pura o menos expuesta a la impureza», señala sin pudor en un momento del libro, consciente, quizá, de la propia incertidumbre que conlleva todo acto de escritura. Así, además de ensayos y misceláneas, el escritor presenta, sin temor, por una parte a la alabanza o por otro a la crítica feroz, tres relatos inéditos que nunca quiso dar a conocer pero que, pese a todo, no puede dejar de publicar.

Con la mayor libertad

Porque en el fondo de todo, parece decir el escritor chileno en este breve pero ameno e inteligente libro, se trata de seguir escribiendo y de hacerlo, en cualquier caso, con la mayor de las libertades. «De eso escribimos cuando nos dan tema libre, y también cuando creemos estar escribiendo sobre el amor, la muerte, los viajes, las moscas, los telegramas o las maletas con ruedas giratorias», afirma Alejandro Zambra, porque de eso, dice con contundencia, «hablamos siempre, en serio y en broma, en verso y en prosa: de pertenecer». O, según sus propias palabras, para seguir escribiendo libros que hagan olvidar que se está leyendo. Libros que le hagan olvidar, en todo caso, que estamos delante de un escritor. Libros que gusten. Libros que no aburran. Libros que hagan llorar. Libros que, de algún modo, sean como la vida misma.

sobre el autor

Zambra nació en Santiago de Chile en 1975. Ha publicado las novelas «Bonsái», «La vida privada de los árboles» y «Formas de volver a casa»

ideal para...

adentrarse en la cocina literaria de este escritor chileno que alterna obras de ficción con otras en las que explica su proceso creativo

un defecto

El libro no tiene ningún defecto ni tampoco ningún error que llame la atención. Perfectamente escrito y editado

una virtud

El estilo ameno, cercano y su talento para hablar, casi al mismo tiempo, de vida y literatura

Puntuación

10

«El diamante de Moonfleet»

John Meade Falkner

ZENDA AVENTURAS

372 páginas,

16,90 euros

Aventuras más allá del tiempo; por Ángeles López

El cumplir en el sitio web Zenda su tercer año en la red, con un millón de usuarios al mes y más de 5.000 artículos publicados de 500 autores y camino de los cien mil seguidores en redes sociales, esta legión extranjera de las letras –como la definiera su co-fundador, Arturo Pérez-Reverte–, se expande de un modo natural: hacia los libros. El sello editorial ha sido bautizado como Zenda Aventuras. Con sus títulos pretenden rendir homenaje a los maestros del género que ayudaron a crear nuestro hábito lector –todo lector, en su interior, es un devorador de libros de aventuras– a través de la diversión y el riesgo. Según María José Solano, responsable de la colección, podemos avanzar que el siguiente título que aparecerá en septiembre será «El prisionero de Zenda» y todos los libros de la colección irán prologados por Pérez-Reverte. Para unos se trataría de textos «crossover» o historias transversales, pero para sus responsables estamos ante libros aptos para todos los públicos que han superado la barrera del tiempo. No en vano, cada uno de ellos ha pasado un filtro de selección. ¿Habrá algún Dumas? ¿Algún Verne? Habrá que esperar nuevas entregas.

Un diamante que hace vibrar

De momento, centrémonos en «El diamante de Moonfleet», el clásico del escritor inglés John Meade Falkner (Wiltshire, 1858–Durham, 1932), libro más conradiano que stevensoniano, y que podríamos tildar de «falsa novela de aventuras», pese a que éstas, anidan en el ADN de sus páginas. Se agradece la traducción exclusiva para Zenda Aventuras de Dolores Payás, puesto que las antiguas ediciones que leímos en nuestra adolescencia resultaban excesivamente lineales, pese a que la fuerza de su narrativa se abría paso hasta hacernos vibrar. Un siglo después de su publicación Hergé reconocería el paralelismo de sus famosos personajes, Tintín y el capitán Haddock, con los protagonistas de Moonfleet: el aventurero John Trenchard y su compañero Elzevir, un viejo lobo de mar, contrabandista e infatigable bebedor de ron.

Juntos emprenden el largo camino de la aventura, en el que encontrarán razones más poderosas que la promesa de un tesoro escondido: la amistad, el amor, el miedo, el dolor, el arrojo, la lealtad. No falta ningún elemento para saciar nuestra hambre de aventuras: un fantasma, una pista escrita en el medallón de un cadáver, un tesoro oculto en algún lugar, un contrabandista borrachuzo, un joven idealista... Y el mar siempre como paisaje evocado y feroz, que acuna la narración con la inevitable armonía que posee la gran literatura clásica.

sobre el autor

John Meade Falkner tuvo dispares aficiones como la música sacra o la demonología

ideal para...

reconciliarnos con la novela de aventuras

un defecto

Es tarea imposible encontrar uno a este libro

una virtud

Queriendo el autor contar la aventura de unos hombres, terminó construyendo una historia sobre el ser humano en toda su extensión

Puntuación

10