Javier Gómez Noya

Entrevista a Gómez Noya: “No entreno menos que antes”

El triatleta, pendiente del coronavirus, competira en los Juegos de Tokio con 37 años. Puede entrenar hasta 25 km nadando, 400 en bici y 120 corriendo en las semanas de más intensidad

«Algunos han sido capaces de grabar y entrevistar, así que el ritmo no ha debido ser muy alto... Los he visto en forma», bromeaba el triatleta Javier Gómez Noya tras un encuentro con periodistas con los que, de la mano de la iniciativa «123aCorrer» del Banco Santander, de la que es embajador, compartió unos kilómetros de carrera. Lo dijo con una sonrisa pícara teniendo en cuenta lo que hace él por semana en la época de máxima carga de trabajo: «25 kilómetros de natación, entre 350 y 400 de bici y de 90 a 120 de carrera a pie», cuenta. Todo ello como parte de la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio, su gran objetivo, a los que vuelve después de haberse perdido los de Río por una desgracia en forma de lesión y tras ser plata en Londres 2012. La gran cita del próximo verano en la capital japonesa está amenazada por el coronavirus, pero como Gómez Noya tiene «la esperanza» y «el deseo» de que se disputen sin problema, hablemos de Tokyo:

–¿Y es fácil prepararse mentalmente estando todo tan en el aire?

–Estoy muy tranquilo, lo que suceda con el coronavirus no depende de los deportistas, nosotros tenemos que prepararnos y asumir lo que toque. Sigo mi preparación pensando que los Juegos se van a disputar.

Él no habla de «dura» preparación, dice «meticulosa», pero ahí va: aparte de la kilometrada citada en el primer párrafo en la época de más entrenamiento («Pero no son sólo los kilómetros, es hacer series y encontrar tiempo para hacer tanto», matiza), está el día a día: «Me levanto a las 7 de la mañana y hasta las 8 de la tarde estoy entrenando, descansando o comiendo. Todo centrado en la preparación», insiste un triatleta que ha sido cinco veces campeón del mundo y que en Tokyo será de los más veteranos, pues el 25 de este mes cumple 37 años. «Tengo 8 más que en Londres. Más experiencia, que cuenta. Tengo la misma ilusión por entrenar y los tiempos siguen saliendo. Es verdad que a la recuperación le pongo un poco más de atención, con 25 años el cuerpo lo asimila todo y ahora a veces tardas un poco más en recuperarte, pero yo no entreno menos que antes y la temporada pasada tuve pruebas a mí máximo nivel. Con dolores por todos lados sí me levanto, pero eso ya pasaba hace años», describe. Conclusión: «No firmo el bronce. Para ganar, el primero que tiene que creer en ti eres tú mismo». Olvidado está ya el hecho de perderse Río, cuando llegaba posiblemente como el máximo favorito, por una lesión en el codo en la recta final de la preparación. «El cabreo me duró dos días. En ese tiempo dices: “Por qué”; pero luego lo asumes, cambias el chip y a seguir trabajar. Tienes que afrontar lo que te viene en la vida», afirma.

El coronavirus ya ha alterado parte de su preparación, pues iba a disputar la prueba de las Series Mundiales de Abu Dabi el pasado fin de semana y no podrá hacerlo. Tampoco era una prioridad. «Mi siguiente prueba será Bermudas», desvela. Ya se va a instalar en Pontevedra, después de haber pasado los meses de invierno en Nueva Zelanda. En Tokyo le espera una prueba muy peculiar: «El circuito es llano, pero técnico, no hay mucho desnivel en la bici, pero sí muchas curvas, lo que puede poner nervioso a todo el mundo. Las condiciones generales van a ser duras por el calor y la humedad. Ya desde el agua, que tendrá una temperatura alta y la gente que ha competido allí salía casi mareada. He hecho entrenamientos en agua caliente o en piscina con neopreno para conocer la sensación», explica. En lo que sí hace más hincapié con la edad es en la alimentación, que cuida mucho, pero nada de dietas paleolíticas o veganas. «Ninguna en concreto, intento comer productos de buena calidad, no me he quitado los hidratos ni me los quitaré», asegura. También hará un par de concentraciones de adaptación a lo que se puede encontrar en Japón. También tiene el billete para disputar el famoso Ironman de Hawaii, que lleva el triatlón al extremo al nadarse 3,86 kilómetros, ir en bicicleta 180 y correr después un maratón (42,2), pero es secundario. Ya compitió allí en 2018, con un undécimo puesto. La distancia olímpica son 1,5 kilómetros en el agua, 40 sobre dos ruedas y 10 valiéndose de los pies. La competencia se ha multiplicado. «La carrera de Tokio será muy abierta, mucho más que la de Río. Hay muchos candidatos a la victoria: Mola, Alarza, los Brownlee, Vincent Luis... Espero estar en ese ramillete y rendir bien ese día», admite.

«Espero que con el calor la situación vaya a mejor», dice respecto al coronavirus después de la carrera con los periodistas, de aproximadamente seis kilómetros en un parque enfrente de la sede del Comité Olímpico Español. Es una mañana agradable en Madrid. «Estamos expectantes, pero no voy a preocuparme por algo que no sé si va a ocurrir», concluye el triatleta gallego.

Javier Gomez Noya y sus "compañeros" de entrenamiento
Javier Gomez Noya y sus "compañeros" de entrenamientoJulio Sanchez / AFP7 / Europa PressJulio Sanchez / AFP7 / Europa Pr