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Se cumplen 15 años del primer Roland Garros de Nadal: “Claro que pensábamos que podía ganar”

Era su primera participación, pero su tío Toni, y por aquel entonces entrenador, asegura que llegaron con la mentalidad de conquistar el título. El trofeo se lo entregó Zidane

Nadal besa su primera Copa de los Mosqueteros larazonLa Razón

La leyenda y el idilio de Rafa Nadal con Roland Garros comenzó hace 15 años y justo el 5 de junio de 2005 mordió por primera vez un trofeo que ya tiene hasta doce bocados, un récord increíble que dobla el anterior de Borg, que ya era espectacular. Era su primera participación en el Grand Slam de París después de perdérselo en 2004 por lesión, aunque en esa temporada previa Rafa ya había demostrado que era un torbellino: conquistó su primer título en Sopot y fue protagonista en la final de la Copa Davis de Sevilla, al disputar y ganar uno de los puntos ante Andy Roddick. “Era súper impetuoso. Lo teníamos que frenar porque estaba todo el día dando los saltos aquellos, con el puño. Eso a tres sets, bueno, pero a cinco, siendo tan joven, con poca experiencia, suponía un desgaste. Se lo decíamos constantemente: que rebajara la celebración porque se iba a cansar”, recuerda uno de los capitanes del equipo de la Davis por aquel entonces, Juan Avendaño. Venció Rafa y al año siguiente siguió con ese crecimiento: los triunfos en Costa do Sauipe, Acapulco, Montecarlo, Barcelona y Roma eran aval suficiente para pensar que podía hacer algo en Roland Garros, por mucho que el escenario impusiera. “Lo pensaba yo y mucha gente. Pensaba que Rafael junto con Federer eran los máximos candidato a ganar. Después estaban otros: Gaudio, Coria...”, ha reconocido recientemente Toni Nadal. Esa es la confianza que tenían y que daban los resultados previos.

La primera ronda le enfrentó contra el alemán Lars Burgsmüller, un partido solventado con algunos nervios por 6-1, 7-6 (7/4) y 6-1 en 1 hora y 45 minutos. Lo que queda de ese choque es que se jugó en la pista 1, la llamada Plaza de Toros, que ahora la han derruido en la remodelación de las instalaciones. Es la única vez que el zurdo ha jugado en el torneo fuera de los dos estadios principales: Philippe Chatrier y Suzanne Lenglen. Después le tocó medirse al belga Malisse: fue un 6-2 y 6-2 y 6-4 en 1 hora y 51 minutos. Y fue en la central. “Nos sorprendió”, admite Toni. Porque ellos sabían que llegar a las pistas de honor iba a ser sí o sí en la tercera ronda contra el local Gasquet, un viejo oponente de niños y amigo de Nadal. Una preocupación. “Estábamos entrenando con Feliciano López antes del torneo cuando nos llegó el cuadro y me preocupó esa tercera ronda porque Rafael había tenido un partido muy duro con él en Montecarlo”, prosigue el tío del tenista: peo el partido fue más cómodo de lo esperado: 6-4, 6-3 y 6-2 en 1 hora y 49 minutos. Los octavos de final fueron contra otro francés, Grosjean, en un encuentro muy polémico porque el tenista galo protestó una decisión del árbitro y echó al público encima del balear: le molestaban al sacar, le silbaron como nunca e incluso se llegó a descentrar y perdió un set. “El público no se comportó de una forma correcta. Jamás viví una situación así en España, ni en los torneos ni en eliminatorias de Copa Davis. Tampoco la vi en televisión. El árbitro tenía razón, la pelota era buena y su actitud fue la correcta”, aseguró Nadal. El duelo se tuvo que suspender por la lluvia y al día siguiente el español lo remató: 6-4, 3-6, 6-0 y 6-3 en 3 horas y 11 minutos.

Su amigo David Ferrer, con el que compartió alguna cena durante las dos semanas y media en París, fue el rival en cuartos: 7-5, 6-2 y 6-0 en 2 horas y 8 minutos, el paso previo al gran duelo contra Federer en las semifinales. “Tengo el recuerdo previo de las preguntas de los periodistas y yo decía: ‘El favorito es él que es el número uno’. Rafael era el número cuatro. Pero teníamos claro que si jugaba bien, Rafael le podía ganar y al final el favorito fue Rafael”, recuerda Toni Nadal. 2 horas y 47 minutos duró ese choque, con 6-3, 4-6, 6-4 y 6-3 para el español, la particular pesadilla del suizo en París, ya que le ha derrota en cuatro finales y en otra semifinal más en toda su carrera. El camino parecía claro para el manacorense pues su rival en la final era el inesperado argentino Mariano Puerta. Todos daban por favorito a Rafa, que se sobrepuso a la pérdida del primer set y a los nervios en un partido muy intenso entre zurdos de 3 horas 24 minutos: 6-7 (6/8), 6-3, 6-1 y 7-5. De Puerta poco más relevante se supo, salvo un positivo por dopaje.

El encargado de entregarle el trofeo fue Zinedine Zidane, a punto de empezar su último año como profesional en el Real Madrid y que el verano siguiente disputaría la final del Mundial con Francia contra Italia, en el día del famoso cabezazo a Materazzi. En ese 2006 Nadal ya había conquistado su segundo Roland Garros. Hoy justo hace quince años llegó el primero. Van doce. Y, según parece, pueden venir más...

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