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Santana, Mila Ximénez y el vómito en Angel Nieto, así empezó una (triste) historia de amor

Rodeada de deportistas empezó el amor entre Santana y Mila. Nada fue bien después: infidelidades, tristez y una ruptura llena de malas palabras

Manolo Santana y Charlie Pasarell en el partido que abrió el torneo de Wimbledon de 1967
Manolo Santana y Charlie Pasarell en el partido que abrió el torneo de Wimbledon de 1967larazon

En febrero de 1983 Mila Ximénez se casaba por lo civil con el tenista Manolo Santana. Llevaban tres años juntos y fue la boda del momento. Tres años después se separaban. Poco después dejaron de hablarse y ahora se desprecian, o al menos Mila Ximénez habla fatal del tenista, pionero en nuestro país con una raqueta. Fue una boda a la que acudieron Adolfo Suárez o Rocío Jurado y a la que los Reyes mandaro un telegrama.

Se habían conocidos mucho antes. Una amiga llevó a Mila a una cena en la que estaba Santana y en otra mesa Ángel Nieto, los dos grandes deportistas de la época: “Al terminar la cena le dije a Manolo que no me encontraba bien, entonces me dijeron que me tomase una copita de coñac con azúcar cuando yo no estaba acostumbrada a beber”, ha contado alguna vez Mila: “Le dije que no me encontraba bien, me apoyé en la mesa y vomité encima de la mesa de Ángel Nieto”.

Santana la llevó en coche, donde volvió a vomitar, Pero esa noche la pasaron juntos y ahí nació una relación muy intensa, pero no muy larga.

La boda fue un acontecimiento. Santana llegó tarde porque se perdió con el coche. La comida fue en el famosos restaurante Lucio y el viaje de novios, interminable: Nueva Yord, Acapulco, Santo Domingo, Puerto Rico, Colombia, Ecuador y Buenos Aires. Eran la pareja de moda, el famoso tenista, enamorado.

No todo era tan bonito, sin embargo. “Me enteré de que tenía otra hija a los tres meses de casarme, de lo mío a los otros tres meses. Ha sido un vapuleo continuo. ¿Por qué me quedé? Yo me quería ir cuando nació Alba, ya en el hospital, hablé con el abogado pero ¿qué sucede? Muere un hermano de Manolo de un infarto y entiendo que no me puedo ir en ese momento y ahí me equivoqué. Este episodio le hizo peor persona todavía. Vivir con él era un absoluto infierno».

En 1984 nació Alba, su única hija. La pareja ya no era tan feliz y dos años después se separan: “A medida que me vienen más recuerdos, las emociones me hacen convulsionar dejándome un rastro de tristeza y retortijón en el estómago que me producen dolores que había olvidado”, recordaba Mila hace poco. “Con el nacimiento de Alba me subí al cielo más infinito. Hasta que llegamos a separarnos y esa separación me llevó al punto de partida otra vez,perdí el timón de mi vida”.

En una época, ella decide que la hija se vaya a vivir con su padre, en ese momento con Otti, porque considera que en casa del tenista iba a estar mejor, con mejores condiciones económicas. “Cada vez que veía a mi hija tenía que vender joyas”, aseguraba Mila acerca de sus problemas económicos. Alba también se distanció de su padre después: “Ojalá todos los hijos tengan una relación tan cercana como yo pude tener con mi padre, aunque luego nos fuéramos distanciando. La infancia fue maravillosa. A raíz del divorcio de Otti y la nueva relación de mi padre, nos distanciamos más y más y esto me produce pena», aseguraba en una entrevista.