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El Atlético tuvo que trabajar dos veces para superar al Granada (1-2)
Llorente y Correa marcaron los goles del equipo de Simeone, que tuvo que volver a empezar después del empate de Yangel Herrera
Al Atlético de Simeone le bastaba un gol para cerrar los partidos. Era capaz hasta de sentirse cómodo cuando le atacaban, de vivir en su área sin sentirse amenazado. Pero ahora que manda con autoridad en la Liga y que ninguno de los grandes puede competir con él en solidez, se complica la vida en defensa.
En cualquier otro momento, el gol de Llorente debía haber servido para que el Atlético cerrara el partido, para que el Granada se lanzara a por el empate y se estrellara una y otra vez contra la defensa atlética. Pero no tardó mucho en encontrar el empate el equipo andaluz en un remate de Yangel Herrera después de varios rechaces en un córner.
Lo más probable es que se trate sólo de una mala racha, del túnel que atraviesan todos los equipos a lo largo de la temporada. Los números defensivos del Atlético se han estropeado en las últimas jornadas, pero sigue siendo el equipo menos goleado de Europa. El covid lo ha castigado de manera más severa que a cualquier otro equipo de la Liga y eso se nota en la composición de la alineación y en el rendimiento físico de los futbolistas.
También coincidió el acoso del Granada con el comienzo de la segunda parte y con la desaparición de Kondogbia del campo. El francés ha encontrado un hueco en la alineación en los dos últimos partidos y su trabajo es contener al rival, trabajar en la recuperación de la pelota y cubrir los espacios que dejan libres sus compañeros.
Pero no renuncia a mostrar su calidad en ataque. En Granada lo mejor fue un pase por encima de la defensa para Luis Suárez que dejó al delantero en ventaja dentro del área, aunque la jugada terminara quedando en nada.
Tras el descanso Kondogbia se fue y el Granada se echó arriba. En ese tiempo, llegó el gol de Llorente, en un disparo con la izquierda desde fuera del área. El «14» rojiblanco ha completado su transformación hasta ser el segundo máximo goleador del equipo, el hombre que acierta con la portería cuando Luis Suárez, como en Granada, está mejor en el juego que en el remate. El uruguayo mandó un disparo al larguero y no supo concretar un mano a mano con Rui Silva en los últimos instantes, aunque Mateu Lahoz ya le había pitado fuera de juego.
Después llegó ese mal momento con el gol de Yangel Herrera que obligó al Atlético a hacer un sobreesfuerzo. A volver a empezar cuando ya estaba acostumbrado a terminar. Pero ahora tiene la contundencia que antes le faltaba. Y la suerte, que permitió que el remate desviado de Correa se convirtiera en el segundo gol de su equipo después de que la pelota pegara en el pie de Vallejo y despistara a Rui Silva.
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