Masters de Augusta
La conexión de Matsuyama con Seve Ballesteros
El primer ganador japonés del Masters de Augusta cuenta con el mismo intérprete que usaba el cántabro en sus viajes a Japón
En el Metro de Tokio los ciudadanos japoneses estaban ayer por la mañana todavía más pendientes de lo habitual de sus teléfonos móviles. A más de 11.000 de kilómetros un compatriota suyo, Hideki Matsuyama (29 años), se convertía en el primer japonés en ganar el Masters de Augusta. Matsuyama es un pionero. Nunca un golfista de su país había sido líder en Augusta y su primera Chaqueta Verde es el reflejo de la explosión del golf en Japón durante la pandemia. Según la Federación, el número de practicantes ha aumentado un 20 por ciento. Y al triunfo de Matsuyama hay que sumar el que logró su compatriota Tsubasa Kajitani una semana antes en el Masters de Augusta amateur para mujeres.
Matsuyama hace diez años ya era el mejor no profesional del torneo. Su estreno en Augusta llegó semanas después del tsunami que asoló su país y que a él le pilló compitiendo en Australia. Terminó como el mejor amateur en el puesto 27 y dedicó la hazaña a los afectados por la tragedia. Entre ellos estaba la Universidad en la que él se formó. La Thoku Fokushi University quedó arrasada y desde entonces Matsuyama se empeñó en alcanzar como fuera el circuito profesional. Lo logró en 2013 y antes de ganar la Chaqueta Verde había sumado cinco títulos del PGA Tour. Ahora es el número 14 del mundo. Su triunfo es el de un jugador tímido, que necesita traductor en inglés y del que poco o nada se sabe de su vida privada salvo que está casado, tiene un hijo y una de las figuras clave en su carrera es una leyenda del circuito, Bob Turner.
Turner era un estudiante de teología que en la década de los 70 se fue a Japón como voluntario de una congregación mormona. Allí conoció a una japonesa que se convertiría en su esposa, comenzó a jugar al golf en la universidad y como con los palos no era demasiado brillante terminó como intérprete. Turner se convirtió en el traductor de Seve Ballesteros en sus viajes a Japón y desde su etapa universitaria ejerce de padrino de Matsuyama. Turner compara su pasión y el entusiasmo por el juego con el que tenía Seve en los ochenta.
El otro personaje clave en la Chaqueta Verde del japonés en Augusta ha sido su caddie, Shota Hayafuji. En los momentos más complicados del último recorrido logró que mantuviera la calma y cuando conectó el putt en el hoy 18 le abrazó, cogió la bandera del hoyo e hizo una reverencia al Augusta National que se ha convertido en viral. Matsuyama se llevó el torneo con un golpe de ventaja con el californiano Will Zalatoris, tres sobre Spieth y Schauffele, y cuatro sobre Jon Rahm. El vasco tuvo una última jornada soberbia y sus números en sus cuatro últimas participaciones son el anuncio de algo grande. Ha sido cuarto, noveno, séptimo y quinto. Pero esta vez toda la gloria fue para Matsuyama. Tiger Woods, que sigue recuperándose del accidente de tráfico que sufrió en febrero, tuvo: “Enorgulleciendo a Japón Hideki. Felicidades por un logro tan grande para usted y su país. Ganar este histórico The Masters impacta a todo el mundo del golf”. El siguiente desafío para Matsuyama será el oro olímpico y ser abanderado de su país en los Juegos.
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