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El Sevilla se lleva un partido loco en Balaídos

El equipo de Lopetegui se impuso 3-4 y se sitúa a sólo seis puntos del Atlético

Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol marcado en Balaídos
Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol marcado en BalaídosSalvador SasEFE

El Sevilla amarró en Vigo su objetivo de jugar la próxima Champions porque ni se sabe los puntos que le saca al quinto clasificado. Además, este 3-4 logrado en un partido con tres remontadas le permite situarse a seis puntos del líder y, tal vez, invitarse al último baile de esta Liga, el que decidirá el título en el esprint final. Es harto complicado, sí, pero la lotería nunca toca si uno no compra su billete.

Un partido desbocado fue lo que anocheció en el humedal vigués, con ambos equipos intercambiándose golpes hasta el «knock out» sin molestarse siquiera a subir la guardia. Los cinco goles del primer periodo se repartieron de forma desigual, al ser impares, pero con lógica porque el Celta marcó tres gracias a un juego combinativo precioso y preciso mientras que el Sevilla coló un par aprovechándose de la debilidad defensiva celeste. Koundé abrió el marcador en un córner, Iago Aspas remontó con un doblete, Fernando empató gracias a un rebote en Aidoo y Brais hizo el 3-2 con una picadita genial que culminaba una preciosa acción de Denis y el fabuloso Aspas, que estuvo en todas.

Viéndose en desventaja, Julen Lopetegui decidió soltar amarras tras el descanso y encerró a los locales durante un cuarto de hora disputado con más rabia que calidad. Los centrocampistas se hicieron con el balón, Ocampos y En-Nesyri asfixiaron con la presión a la feble zaga céltica y el empate volvió a hacerse carne casi por inercia, al aprovechar Rakitic un balón suelto en el área.

El 3-3, pese a su esplendor, era un mal resultado para ambos y así rompió el partido en correcalles, como a menudo ocurre en los estertores de las campañas. Atento a un cruce, Aidoo quiso salir jugando antes de defender del todo la jugada y entregó el balón al Papu, que galopó hasta Villar y lo fusiló de zurda. Estaba ya sin fuerza el Celta, que para colmo perdió en la siguiente jugada a Facundo Ferreyra, su referencia en punta, quien se fracturó la nariz. Estuvo más cerca el quinto de los rojos que el empate en un tramo final plácido para el Sevilla, quizás los minutos con menos sobresaltos de un partido vistoso y que recalienta, por si faltaba algo, la lucha por el título.