Euroliga

Opinión

Y si la Champions es el pasado

El fútbol busca con la Superliga lo que se inventó el baloncesto hace años con la Euroliga, pero a lo bestia

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA; Salman bin Ibrahim Al Khalifa, presidente de la Confederación Asiática y Gianni Infantino, presidente de la FIFA
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA; Salman bin Ibrahim Al Khalifa, presidente de la Confederación Asiática y Gianni Infantino, presidente de la FIFAIBRAHEEM AL OMARIREUTERS

Hay amenazas que suenan fatal. Vengan de Pablo Iglesias, de Vox, de la UEFA o las mías cuando se las suelto a mi hija y me tengo que dar la vuelta porque me entra la risa. El fútbol, como la sociedad en general, vive tiempos agitados, no mezclados que diría Bond. Que buena parte de los clubes más poderosos de Europa se huelan que la Champions es el pasado y la Superliga es el futuro era algo que se veía venir.

Bartomeu ya dejó el recado el día que dimitió como presidente del Barça. Sin venir a cuento habló de perspectivas financieras, de requerimientos, de iniciativa de los grandes clubes... rodeos para decir que los grandes están hasta el gorro de los manejos de la UEFA y su Liga de Campeones. Hay clubes que pretenden crear una competición alternativa, más atractiva, con más euros que repartir y por la que matarán todas las televisiones del planeta. Vamos lo que se inventó la Euroliga hace años con el baloncesto, pero a lo bestia.

Y entre los clubes que están metidos en el ajo hay tres españoles –Real Madrid, Barcelona y Atlético–, tres italianos –Inter, Milan y Juve– y media docena de ingleses –Manchester City, Manchester United, Arsenal, Liverpool, Chelsea y Tottenham–. En el cartel están casi todas las ganaderías. Faltan algunas como el PSG o el Bayern, pero desde los rebeldes creen que todo es negociable. Lo contrario de lo que piensan los organismos oficiales.

Oliéndose la que se avecina la UEFA, las Confederaciones, las Ligas, Macron... han disparado en todas las direcciones. Un ataque preventivo apelando a la solidaridad. Sólo ha faltado recurrir a Manolo el del Bombo y a la Alianza de Civilizaciones.