El lado oscuro

De Naomi Osaka a Iniesta: Así vivieron 10 deportistas de élite el infierno de la depresión

La tenista que acaba de abandonar Roland Garros por “salud mental” no es la única atleta a la que la gloria y la presión de estar en la élite le han pasado factura. Ansiedad, pánico y hasta suicidios forman parte del lado oscuro del deporte.

Deportistas de élite que han sufrido ansiedad extrema
Deportistas de élite que han sufrido ansiedad extremaARchivoLa Razon

Naomi Osaka, de 23 años y ganadora de tres Grand Slams, recibió hace unos días una multa del torneo francés por negarse a hacer ruedas de prensa. Finalmente, la estrella del tenis ha abandonado Roland Garros por salud mental. En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter reconoce que lleva lidiando con la depresión desde 2018 y que se va para no molestar a nadie.

“Creo que lo mejor para el torneo, el resto de jugadoras y mi propio bienestar es abandonarlo para que así todo el mundo pueda volver a concentrarse en el tenis. Nunca quise ser una distracción y acepto que el timing elegido no fue el ideal y que mi mensaje pudo ser más claro”, compartía Osaka siendo autocrítica. Para luego añadir: “No me gustaría trivializar con la salud mental o usar el término a la ligera. La verdad es que he sufrido largos períodos de depresión desde el US Open de 2018 y que lo pasé realmente lidiando con esto”.

Osaka no solamente comparte abiertamente sus problemas de salud mental sino que además apunta a la relación entre lo mediático y éstos: “Cualquiera que me conozca sabe que soy introvertida y cualquiera que me haya visto en los torneos se habrá dado cuenta de que uso cascos para calmar mi ansiedad social. Aunque la prensa siempre ha sido amable conmigo (y quiero disculparme con todos los periodistas a los que haya podido herir), no soy una persona dada a hablar en público y siempre tengo olas de ansiedad antes de hablar con los medios. Me pongo muy nerviosa y me estreso tratando de dar las mejores respuestas que puedo. En París me estaba sintiendo vulnerable y ansiosa y pensé que el mejor ejercicio de autocuidado era evitar las ruedas de prensa. Lo anuncié preventivamente porque siento que las reglas están un poco desfasadas en algunas cosas y quería señalar eso”.

Osaka terminó su comunicado anunciando que se aleja de las pistas durante una temporada y animando a las organizaciones involucradas en el tenis a discutir sobre estos temas.

Por desgracia, la tenista mejor pagada de la historia no es un caso aislado. Hay otros muchos deportistas a los que la gloria y la presión de estar en la élite le han pasado factura. Depresiones, cuadros de ansiedad, pánico... Phelps, Iniesta, Kevin Love, Soderling, Edurne Pasabán... Hay quienes incluso ha intentado suicidarse o, en el peor de los casos lo han conseguido Es el lado más desgarrador y oscuro del deporte. Estas son algunas de sus dramáticas experiencias:

Iniesta

Andrés Iniesta quedó en la historia del fútbol español por muchos motivos. Además de ser un mediocampista lujoso con la pelota, de esos que enamoró a los fanáticos del épico Barcelona de Pep Guardiola, se convirtió en el hombre que convirtió el gol que le dio a la selección de España su primera y única Copa del Mundo. Aquella conquista en la final del Mundial Sudáfrica 2010 ante Holanda, marcó su vida para siempre.

Pero no todo fue fácil en la vida del Genio de Fuentealbilla. A los 25 años, cuando ya era una figura de reconocimiento mundial, justo después de haberse consagrado campeón por segunda vez de la Champions League con el equipo culé ante el Manchester United en Roma, Iniesta sufrió un duro proceso depresivo.

«Caí en un pozo sin salida. Sólo deseaba que llegase la noche para poder tomarme una pastilla y dormir. Me di cuenta de que o buscaba ayuda o no sé a dónde iba a parar. Cuando sufres depresión no eres tú», confeso el ex jugador del FC Barcelona.

Rafa Nadal

¿Puede una persona que ha hecho feliz a todo un país estar inmensamente triste e inseguro? Sí, puede. El tenista manacorí confesaba en 2015 sus problemas de ansiedad. “Por primera vez en mi carrera profesional no he sido dueño de mis emociones en la pista, no he tenido el control de mis nervios, he pasado malos ratos… pero lo he superado”. Rafa Nadal se desnudó explicando que ese año su “lesión había sido mental”. En un deporte individual en el que se debe responder con la misma contundencia tanto la primera pelota como la última, la cabeza se convierte en un protagonista tan activo como los músculos encargados de dar un raquetazo.

Si el ‘coco’ no funciona el resto da igual. No controlaba la bola ni la respiración. Pensaba: lo has logrado todo y no tiene ningún sentido sufrir ansiedad a esas alturas, pero aun viendo todo eso muy claro, no lograba mantener el control”. confesó.

Robin Söderling

Estremecedora fue la confesión de Robin Söderling, el primero en ganar a Rafael Nadal en Roland Garros. El extenista sueco, que llegó a ser número 4 mundial, reveló que sufrió ataques de pánico y ansiedad en su mejor etapa deportiva que provocaron su temprana retirada en 2015 a los 31 años. Söderling, que llegó a buscar por internet distintas formas para suicidarse, abandonó el deporte profesional oficialmente por una mononucleosis, pero el ex deportista confesó que llevaba sufriendo problemas años antes de serle diagnosticada esa enfermedad.

“Tenía ansiedad constante, me roía por dentro. Me sentaba en el apartamento y miraba al vacío sin entender, el ruido más pequeño me provocaba pánico. Cuando una carta caía sobre el felpudo, me entraba tal pánico que caía al suelo. Si sonaba el teléfono, temblaba de miedo. Caí en un abismo negro sin fondo. Cualquier cosa era mejor que vivir en ese infierno”, relató.

Noah Lyles

La gran estrella de la velocidad Noah Lyles, campeón del mundo de 200 metros, confesaba en agosto de 2020 en sus redes sociales que está tomando medicamentos contra la depresión. El que muchos consideran el sucesor de Bolt no dudó en hacer públicos sus problemas.

“Recientemente decidí tomar medicamentos antidepresivos. Esa fue una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo. Desde entonces, he sido capaz de pensar sin el matiz oscuro en mente de que nada importa. Gracias a Dios por la salud mental”, escribió en su perfil de Twitter el atleta que acaba de cumplir 23 años (el 18 de julio).

El velocista ya se había referido a sus problemas de ansiedad extrema y depresión cuando se proclamó campeón del mundo en Doha en 2019. Lyles contó entonces que había sufrido depresión cuando era un niño por sus problemas de aprendizaje y dislexia, lo que provocó que en el colegio sufriera acoso que le llevó a la depresión.

Edurne Pasabán

La primera mujer de la historia en ascender a los 14 ochomiles pasó de la cima del mundo al subsuelo y tuvo que ser ingresada en un hospital psiquiátrico. La alpinista aboga ahora por hablar de la depresión sin tabúes, “es una enfermedad más”. “Cuando me hospitalizaron durante cuatro meses en 2006 a mis padres les costaba mucho decir a los amigos que yo estaba ingresada en un hospital psiquiátrico. Eso no hubiese sido un problema si se hubiese tratado de otra enfermedad. El problema es que al no hablar de ello, no lo podemos reconocer”, afirma.

Pero Edurne fue más allá. No solo pensó en el suicidio, también lo intentó. “Cogí los frascos de antidepresivos, volqué en el hueco de mi mano la máxima cantidad que pude y me los trague”, desveló en 2019.

Michael Phelps

Tras su retirada en 2016, el nadador, máximo medallista olímpico con 28 metales, relató que había sufrido distintos episodios de ansiedad y depresión durante su carrera, y que le habían llevado a la bebida. Phelps era la viva imagen del éxito pero tras ello se escondía un ser humano con todas sus luchas internas. «Soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro», expresó Phelps el pasado mes de enero cuando admitió que afronta una carrera de fondo ante una enfermedad que se ha agravado con el confinamiento. «La pandemia es un reto al que nunca pensé que me enfrentaría. La incertidumbre, estar encerrado en casa, me angustia. Ahora mis emociones me envuelven y estoy pendiendo de un hilo», confesó sin tibieza Phelps.

Kevin Love

El ala-pívot de los Cavaliers Kevin Love pasó por una dura depresión. En 2020, el campeón de la NBA habló sin tapujos en una entrevista sobre su crisis mental de 2012 y apuntó que había tenido tendencias suicidas.

Pese a negar cualquier tipo de intento directo, Love sí que habría planeado la forma de hacerlo. “Tenía varias formas. Lo bueno que sucede es que cuando buscas eso, aparece la línea nacional de prevención del suicidio. Barajaba diferentes formas de hacerlo, pero daba miedo tomar ese camino y pensar en la idea de quitarme la vida. Era algo que me pasaba por la cabeza muy a menudo, especialmente cuando estás en un momento así”, agregó el californiano de 32 años cuando le preguntaron por su depresión.

Kevin califica esa etapa como el momento más aterrador de su vida, pues para él todos los días eran iguales. Estancado en la monotonía y la ansiedad se replanteó el peor de los planes, aunque por suerte, no fue más allá de eso. Ahora, el cinco veces All-Starestá muy comprometido con la salud mental. Sus grandes donaciones a la investigación de este tipo de problemas y su respaldo económico a proyectos comprometidos con la causa son un ejemplo de ello.

Alex Abrines

El jugador de baloncesto Alex Abrines, siendo jugador de los Oklahoma City Thunder de la NBA, estuvo 13 partidos inactivo. Finalmente se llegó al cese de su contrato por “motivos personales”. Luego explicó que no podía ni salir a la pista. Sufría ataques de pánico. Se apartó del juego y recurrió a ayuda profesional. “Era un sueño todo lo que estaba viviendo, pero exploté. Empecé a dejar de disfrutar. Y en un mes me pegó un bloqueo que no podía salir a la pista. Decidí apartarme del equipo y empezar a recuperarme mentalmente con profesionales. Saber que en una semana o un mes tendría que volver a viajar con el equipo me generaba mucha ansiedad, y pensaba que no podría superar esta enfermedad de la depresión y la ansiedad sin dejar el equipo y dedicarme a mejorar mi mente”, relató.

Kelly Catlin

La ciclista estadounidense, plata en Río 2016 y tres veces campeona mundial de persecución, se quitó la vida con 23 años poco después de reconocer que le costaba compaginar todas sus actividades. “Como atletas, estamos socialmente programados para ser estoicos con nuestro dolor y soportar nuestras cargas sin quejarnos, incluso cuando ese estoicismo alcanza la estupidez y esas cargas comienzan a hacernos daño”, había confesado la tricampeona.