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El Barcelona despide a Koeman

El club azulgrana no espera a mañana y tras la derrota contra el Rayo Vallecano en LaLiga deja de contar con él

Koeman ya es ex entrenador del Barcelona. El Barcelona de Laporta ni siquiera se ha tomado esta noche para reflexionar. No lo ha necesitado, quiere un cambio y lo quiere ya. El partido y la derrota contra el Rayo Vallecano ha sido la última gota, la que ha rebosado la paciencia de la directiva, que tampoco es que tuviera mucha. Koeman ya no dirigirá al Barcelona el próximo fin de semana.

Nunca fue un entrenador del agrado de Laporta, que cuando llegó a la presidencia hizo todo lo posible para encontrar un sustituto. Como no lo logró, aguantó con el neerlandés, pero era una relación de conveniencia, un matrimonio que no puede separarse porque sería la ruina.

La desconfianza era mutua. Koeman nunca se sintió protegido, sólo un poco la mañana antes del partido en el Wanda ante el Atlético de Madrid. Fue cuando el presidente salió a la calle de la capital para decir a los medios que lo esperaban que Ronald era un mito del barcelonismo y que era el técnico que mejor podía conducir al equipo en este tiempo post Messi, esta travesía en el desierto, sin dinero y sin saber muy bien qué depara el futuro.

Pero eran palabras de compromiso para esa noche de partido, que además no sirvieron para dar la victoria al equipo. Koeman lo agradeció, aunque nunca dejó de hablar con claridad del equipo. Lo volvió a hacer tras perder en Vallecas: “El equipo ha bajado en el equilibrio en plantilla, hemos perdido jugadores de muchísima efectividad y en los últimos años los equipos de arriba se han reforzado y nosotros no hemos podido y eso cuenta”, explicaba. Es lo que lleva diciendo desde que cogió el mando de la primera plantilla. Hay quien lo ve como una radiografía exacta de la plantilla y hay quien piensa que lo único que hacía el entrenador era justificarse.

Al final, desde el club han considerado que pesaba más lo segundo, quizá porque no quieren hacer público que la plantilla no da para más. Cuando le preguntaron si esa derrota le iba a costar el futuro contestó:”No sé”. Ya lo sabe. Ya no va a seguir entrenando al Barcelona.

A Koeman se le reprocha no sólo que no ganase, también que para intentar conseguir resultados, abandonase el estilo del Barcelona, jugando con tres defensas, echándose atrás o acabando con los centrales de delantero. Tampoco se le perdona el fichaje del delantero De Jong, otro holandés que cada vez que sale al campo le pitan.

Su último partido fue la derrota contra el Real Madrid y después salió del Camp Nou y unos vándalos zarandearon su coche. Koeman lo veía impertérrito dentro de él, quizá pensando que en este Barcelona todo es posible. Todo era.

Se va con la sensación de que un resultado injusto en Vallecas le echa: “Nos hemos encontrado un equipo que nos ha presionado mucho, pero creo que fuimos superiores y viendo las oportunidades que hemos tenido y las que han tenido ellos, el resultado no ha sido justo, pero no lo podemos cambiar”. La palabra justicia es una palabra extraña en el fútbol. Justo o no, Koeman se va. El hombre del gol de la primera Copa de Europa, un mito. O eso decían.