Golf

Augusta: del renacimiento de Tiger al favoritismo de Jon Rahm

El ganador de 15 Majors disputa en Augusta su primer gran torneo desde el accidente que casi le cuesta una pierna. El español, claro candidato firme a la Chaqueta Verde

Tiger Woods, en un entrenamiento saliendo del hoy 18
Tiger Woods, en un entrenamiento saliendo del hoy 18David J. PhillipAgencia AP

La octogésima sexta edición del Torneos de Maestros (Masters) de Augusta que hoy comienza en el National Golf de la homónima ciudad georgiana –dos de la tarde en la Península, cuando Chema Olazábal y el californiano JJ Spaun salgan del tee del hoyo 1, «tea olive» u «ognatus fragans»–, pasará a la posteridad, con independencia del resultado que arroje, como la del renacimiento de Tiger Woods. Literalmente. El mejor golfista de todos los tiempos, a despecho de sus «sólo» quince victorias en Majors contra las dieciocho de Jack Nicklaus, empuña los palos por primera vez en un torneo oficial desde el fatídico 23 de febrero de 2021, cuando sufrió un accidente de tráfico en el que pudo haber perdido la vida y estuvo a punto de costarle la amputación de su pierna derecha.

En noviembre, Tiger Woods anunció que volvería al circuito «sólo para disputar algunos torneos», pero nadie pensaba que su reaparición estaba próxima... hasta que el domingo se plantó en el National Golf para hacer media ronda de prácticas con su amigo Fred Couples, campeón en el 92 y que, como él –también como Olazábal– aprovecha la invitación vitalicia al Masters que la organización gira a todos los ganadores. «Salimos en compañía de Justin Thomas, que no es un gran pegador, pero es un top ten, y Tiger golpeaba tan fuerte como él», narró Couples. «Si es capaz de caminar 72 hoyos del jueves al domingo, por supuesto que hay que contarlo entre los favoritos. Dependerá de sus piernas», añadió.

En la rueda de prensa del martes, cuando confirmó que jugaría, Woods dejó el titular de las vísperas: «Creo que puedo ganar». El Tigre, que se entrena en compañía de su hijo Charlie, golfista profesional en ciernes, explicó el «camino difícil» que ha transitado durante el último año para «salir de la silla de ruedas, de las muletas… Decir que volvería a estar aquí jugando otra vez era muy poco probable. Pero amo competir y siento que todavía puedo jugar bien, aunque seguro que habrá algún día en que eso ya no suceda».

El quíntuple ganador en Augusta explicó que sus «médicos y fisioterapeutas han dicho que todavía podía hacer esto. No sé cuántos años podré, pero todavía puedo. Lo dejaré cuando sienta que ya no puedo ganar. Pero a día de hoy mi sensación es que aún puedo hacerlo. Todavía tengo manos para ello. He estado en situaciones peores, he jugado y he ganado torneos». Como cuando, en 2019, conquistó contra todo pronóstico su decimoquinto Major y se ajustó la chaqueta verde por última vez.

En un deporte como el golf, el favoritismo es relativo, pero el significativo método de las casas de apuestas anglosajonas fijan la cuota de Woods como campeón en 46/1, algo más del triple que Jon Rahm, cuyo triunfo es el más «barato» y se cotiza 17/1, algo menos que quien le acaba de arrebatar el liderazgo mundial, Scottie Scheffler (22/1) y en línea con el campeón en título, el japonés Hidei Matsuyama (41/1).