Fórmula Uno
La conversación de radio que desvela cómo Alpine vuelve loco a Fernando Alonso
El piloto español, que tuvo que abandonar en el Gp de Monza de F1 aún no sabe qué es lo que le sucedía a su coche
Fernando Alonso tuvo que abandonar en el Gran Premio de Italia cuando estaba pelendo por los puntos. Se acabó su racha de buenas carreras y sumando para el botín y ahora en Alpine tienen que ponerse de nuevo con el coche para descubrir qué le ha pasado para no ser competitivo. Ese ha sido uno de los problemas habituales de Alonso esta temporada. El coche no ha rendido como él esperaba. El año que viene estará en Aston Martín, para ver si el equipo y la relación entre ellos funciona mejor que con la escudería francesa. El asturiano igualó en esta carrera el récord de participaciones del finlandés Kimi Raikkonen (349), pero. no pudo alargar su racha de diez grandes premios consecutivos sumando puntos
Tras tener que dejar la competición, el español se sintió frustrado:”Llevaba toda la carrera con un problema de energía en el motor. Cortaba muy pronto las rectas y era difícil mantener alguna batalla. Y luego hemos retirado el coche, no sé por qué problema exactamente, supongo que por algo de motor también”, decía Alonso para intentar explicar lo que le había sucedido. Pero lo cierto es que no tenía muchas respuestas que dar.
Puede que uno de los problemas sea la falta de comunicación que cada vez parece más evidente entre el equipo y un piloto que ya está de salida y que, por tanto, va a ser un rival la temporada que viene. La radio de competición, lo que se oye de las conversaciones entre los ingenieros y Fernando Alonso delata que no hay confianza entre ellos.
El piloto español enseguida se dio cuenta de que había algo que fallaba en su coche y se lo hizo saber a los mecánicos, para que estuvieran preparados. “¿Estamos teniendo algún problema o esto es normal?”, les pregunta Fernando Alonso, porque ve que no puede sacar todo el rendimiento que espera de su vehículo. Pero la respuesta le deja frío: “No. Todo parece correcto desde aquí”.
Así que a Fernando Alonso, ya sin palabras para definirlo, le sale una exclamación. “Guau”, dice.
Aun queda competición y Alonso, pese a todo, quiere acabar lo mejor posible el año, sumando el mayor número de puntos posibles, porque no sabe competir de otro modo que no sea buscando siempre la victoria o el mejor puesto. “Veremos si está disponible para las próximas carreras”, decía después el piloto de Oviedo, refiriéndose al coche. “Esperábamos más de este fin de semana, no fuimos lo suficientemente rápidos así que vamos a ver si en Singapur volvemos a nuestro verdadero nivel”, continuaba.
Quiere sentirse ganador llegando a los puntos, porque sabe que no tiene coche para estar en los puestos altos al final de la carrera. En Monza vio cómo Max Verstappen ganaba en territorio enemigo para quedarse un paso de conseguir su segundo título de F1 consecutivo. Los abucheos sonaron entre los apasionados aficionados tifosi vestidos de rojo cuando Verstappen subió al icónico podio de Monza por primera vez en su carrera, tras ganar el Gran Premio de Italia el domingo. Y todo eso lo vio Alonso como espectador.
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