Formula 1 GP Japón
Verstappen, campeón del mundo; la FIA, cerca de provocar una tragedia
Un fallo de seguridad provocó que una grúa saliera a pista antes de tiempo con la carrera suspendida. Ganó el holandés por delante de Pérez y Leclerc. Alonso, séptimo. Sainz se salió en la primera vuelta
Ocho años después de la muerte de Jules Bianchi, la FIA parece no haber aprendido nada de aquel terrible accidente que meses después le costó la vida al piloto francés. La Formula 1 volvía al mismo escenario después de varios años de ausencia por el covid y en la salida se produjo una circunstancia igual o peor que en aquella ocasión. Aquel día Bianchi chocó con una grúa que rescataba a otro monoplaza. Es cierto que rodaba bajo bandera amarilla y el piloto no lo respetó escrupulosamente, es decir, no mantuvo la precaución que obligaba la situación. Chocó con la grúa y meses después fallecía en un hospital de Niza tras no superar las lesiones producidas. La FIA modificó la forma de actuar de estos vehículos y desde aquel momento minimizó el riesgo y cualquier condición adversa se convierte en retrasos, neutralizaciones de carrera, neutralizaciones virtuales o coche de seguridad en pista. Aquello parecía superado hasta que hoy volvió a pasar.
Los coches salieron bajo la lluvia y se produjeron varias salidas de pista, entre ellas la de Carlos Sainz, que resultó peligrosa porque el resto le pasaron muy cerca a toda velocidad y con un nivel de visibilidad muy bajo. Por detrás también sufrieron incidentes otros como Vettel, Albon y Latifi. Todos menos Pierre Gasly, que antes de completar la primera vuelta decidió cambiar sus ruedas. Pasó por boxes, quedó descolgado del grupo y en el momento de volver a pista la dirección de carrera decretó la suspensión de la carrera. Sin embargo, tanto Gasly como la FIA cometieron graves errores. Por un lado, el piloto tardó mucho tiempo en reaccionar y frenar; y por otro, a la dirección de carrera, la FIA, se le escapó un vehículo de rescate que salió a pista cuando pensaba que ya nadie venía por detrás. Gasly le pasó a toda velocidad, bajo la lluvia y sin apenas visibilidad. Una vez más, el drama sobrevoló Suzuka como el día de Bianchi en 2014. La Federación publicó que investigará todos los datos del coche Gasly para demostrar que rodaba muy rápido, a 250 km/h, ya con la carrera suspendida, al menos varios segundos, una información que los pilotos reciben por la radio, por las banderas e, incluso, con luces parpadeantes en el volante. Pero claro, las circunstancias eran tremendas y es comprensible que Gasly tardara en darse cuenta. Lo que es increíble es que a la FIA se le escapara una grúa que salía a rescatar un monoplaza. Sólo caben tres circunstancias. La FIA permitió la salida de la grúa; lo hizo el jefe del puesto de la curva pensando que todos los coches habían pasado ya; o la persona que conduce la grúa salió pensando lo mismo, algo poco probable. Gasly denunció la situación y también le secundaron varios pilotos, que recordaron la circunstancia de Bianchi.
La carrera se retrasó dos horas y la FIA decidió que se disputaran una media hora de Gran Premio, ya que las condiciones de la pista mejoraron y la lluvia remitió. Los coches arrancaron con salida lanzada detrás del coche de seguridad y desde ahí Verstappen mandó por delante de Leclerc y Pérez, que no pudieron hacer nada para frenarle. El holandés ganó la prueba, hizo lo que tenía que hacer para proclamarse campeón. Sin embargo, una penalización posterior a Leclerc de cinco segundos por saltarse la última curva le dio el campeonato al pasar el de Ferrari a la tercera plaza.
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