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El castigo al que se enfrenta Elnaz Rekabi, la valiente deportista iraní que compitió sin velo

En una de las pruebas del campeonato del mundo de escalada participó sin taparse la cabeza. No se sabe muy bien qué ha sucedido con ella después

Elnak Rekabi
Elnak RekabiLa Razón

No es fácil encontrar fotos de Elnaz Rekabi sin llevar un velo o un pañuelo que le tape la cabeza. No hay en Instagram ni tampoco en las fotos de los torneos de escalada en los que participa. No hay, porque nunca había sucedido. Por eso, lo que sucedió en las finales de los campeonatos asiáticos ha dado la vuelta al mundo. La deportista iraní, una mujer acostumbrada a romper barreras y superar techos participó sin velo, sólos con un pequeño pañuelo que no le tapaba la cabeza. La primera vez que lo hace, en plena revolución en Irán de las mujeres y todo el mundo ha entendido el mensaje, su protesta contra el régimen iraní tras la muerte de Amini en septiembre en el país. Las mujeres salieron a la calle y se quitaron los velos en una revolución imparable. Ahora, sin decir una palabra, Rekabi manda ese poderoso mensaje.

Las imágenes se han hecho virales y ahora la deportista está envuelta en una serie de rumores y noticias que no se pueden confirmar. Desde que le habían quitado el pasaporte hasta que iba directa a prisión. Ella ha publicado un texto en Instagram negándolo todo, pero en un régimen tan oscuro como el iraní es difícil saber cuánta libertad tenía al publicar eso.

Rekabi, que empezó a practicar este deporte porque veía a su hermano competir, ya había hablado hace años de lo que suponía usar el hivab en competición: “Al principio era un poco raro para mis competidoras. Se preguntaban por qué dentro de la sala de entrenamiento, con el calor que hace, había alguien con un pañuelo y un vestido largo. La verdad es que cuando las temperaturas son altas el hiyab se convierte en un problema. En las competiciones, intentamos diseñar nosotros mismos los trajes. Intentamos combinar el hiyab con el deporte de alta competición”, contaba a Euronews cuando hablaron con ella por ser, en 2016, la primera mujer iraní que participaba en una prueba de la Copa del mundo de escalada.

“Mis amigos me felicitan y me animan a seguir. Es verdad que cada vez que alguien me ve dice: ¿una chica que escala? Se sorprendes, pero en sentido positivo. Creo que con mi ejemplo voy a ayudar a otras chicas a decidirse a empezar a practicar este deporte”, decía la atleta, cuya carrera ha sido una lucha continua contra los prejuicios. “Uno de mis mayores problemas es que no tengo a nadie que me entrene, entre las chicas no hay nadie con un mayor nivel que yo, y no me permiten entrenar con los hombres”. Y competía sin apoyo: “Voy a intentar pagar de mi propio bolsillo todo lo que tenga que pagar para participar en la Copa del Mundo. Creo que soy capaz de alcanzar mi sueño”, continuaba.

Sus mensajes son tan feministas que son rompedores sin saberlo: ”A primera vista, la escalada parece un deporte muy duro y difícil, pero cuando empiezas a practicarlo y a conocerlo más de cerca, comprendes que un tipo de cuerpo femenino no es un impedimento, sino que, por el contrario, ayuda a superar la ruta con más éxito y a aprender el secreto de este deporte”, aseguraba en otra entrevista. “Por eso las mujeres de todo el mundo practican la escalada en igualdad de condiciones con los hombres e incluso pueden competir con ellos al mismo nivel. El género no es muy importante en la escalada de competición. Además, la técnica de escalada femenina es tan interesante que el público a veces prefiere ver una competición femenina más que una masculina”.

Sus palabras, sus éxitos ( medalla de oro en la competición de búlder Adidas Rockstars de Stuttgart, una medalla de oro en la Copa Asiática de Escalada, una medalla de plata en búlder en el Campeonato Asiático de Escalada, una medalla de plata en el Campeonato Asiático de Escalada de Irán y una medalla de bronce en escalada en el Campeonato Asiático de Escalada Deportiva de Indonesia) eran ya un modelo a seguir de empoderamiento en un país donde no es fácil y en un mundo, el del deporte, donde las mujeres casi siempe son miradas con suspicacia. Su gesto ha sido el último paso.

Quedó cuarta y lo que ha hecho puede suponerle penas de prisión y multas. “Es posible que no se le permita volver a ser parte del equipo nacional o que sea castigada, ¡pero le mostró al mundo cómo se ve una mujer iraní!”, escribía en Twitter la periodista iraní Sima Sabet.