Rally
El Dakar recupera su esencia en Arabia Saudí
El rally, más largo y más duro, será el más exigente de las últimas ediciones. El legendario desierto Empty Quarter, decisivo
Los participantes de la 45 edición del Dakar, que arranca hoy por las tierras desérticas de Arabia Saudí, se enfrentarán a la carrera más dura de todas las que se han planteado, al menos desde que la competición se desarrolla en ese país. Los coches de carreras se recogieron, junto con los de asistencia, en el puerto de Yanbu, a orillas del Mar Rojo. E inmediatamente se dirigieron hacia el Sea Camp, un gigantesco vivac que ha centralizado los días previos al inicio de la carrera, el prólogo, la primera etapa y la salida de la segunda. Con sólo dos jornadas para probar el vehículo y dejarlo listo antes del tradicional paso por el podio de salida, hoy llega la hora de la verdad con una jornada de 11 kilómetros para establecer el orden en el que los participantes empezarán la primera de las 14 etapas. Por primera vez se podrá realizar un reconocimiento del recorrido de la etapa prólogo a pie o en bicicleta y, aunque no se podrán hacer anotaciones, servirá para hacerse una idea de las características de la especial.
Siempre se asegura que «el de este año será el Dakar más difícil», pero esta vez parece que todos los pilotos están de acuerdo en que el director de carrera, David Castera, ha realizado un planteamiento mucho más complejo que el de anteriores ediciones en Arabia Saudí. La prueba dura dos días más y tendrá más kilómetros.
La primera parte serán ocho días seguidos con muchísima navegación, donde cobrará especial importancia el copiloto. En la segunda parte, los kilometrajes serán más cortos, pero las medias de velocidad previstas serán de alrededor de 50 kilómetros/hora, lo que significa dificultad máxima en las dunas y máxima presión para el piloto. Otro cambio es que, este año, los coches T1 no pararán a mitad de especial y no disfrutarán de un pequeño descanso de un cuarto de hora que tenían estos últimos años.
La primera semana se cerrará con la preceptiva jornada de descanso en Riad el lunes 9 de enero. Acto seguido, otras seis etapas que conducirán al esperado podio final, previsto el domingo 15 en Dammam, a orillas del Golfo Pérsico, tras más de 8.500 kilómetros, más de la mitad de los cuales serán contra el cronómetro.
Uno de los puntos a destacar del recorrido de este Dakar, que podrá seguirse por Teledeporte y Eurosport, es la entrada en el «Empty Quarter», el desierto absoluto, donde los participantes tendrá que navegar entre dunas. Este será uno de los grandes desafíos para los copilotos, porque no habrá casi ningún punto de referencia, a diferencia de la pista, que es más parecido a competir en un rally.
La labor del copiloto en el Dakar es, como mínimo, tan importante como la del piloto que lleva el volante. El «navegante», como también se le denomina en el rally, es el encargado de interpretar el siempre difícil «roadbook» («libro de ruta») y de indicar al piloto el rumbo que debe seguir. El más mínimo error a la hora de leerlo puede provocar una enorme pérdida de tiempo y, por tanto, una caída en la clasificación que condicionará el resultado final de la carrera. O, peor aún, puede llevar a tomar el camino incorrecto y acabar cayendo en alguna de las «trampas» del recorrido. Eso siempre que el rutómetro no tenga alguna trampa escondida que te haga confundirte, como le ocurrió el año pasado a Lucas Cruz, el acompañante de Carlos Sainz. Por ello, tanto la experiencia del copiloto como el buen entendimiento de éste con el piloto son claves para conseguir un buen resultado. Sin esta comunión entre ambos, alcanzar la meta tras un recorrido de más de 8.000 kilómetros sería imposible.
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