LeBron se come a los Warriors por Navidad

Los Lakers apalizan a los vigentes campeones en su casa (101-127) en un aviso de lo que puede venir en la lucha por el título.

La comida de Navidad se les atragantó a los Warriors, que esta pasada noche han sufrido su segunda peor derrota como locales en tiempos del “big four” (Durant, Curry, Thompson y Green) ante los Lakers, el equipo que está llamado, en más o menos tiempo, a romper su dinastía. Para eso han fichado los angelinos a LeBron James, el único jugador que es capaz de llegar a las finales y disputar los títulos casi solo, sin necesidad de tener un equipazo a su lado. Lo hizo con Cleveland y este año está dispuesto a repetir con unos Lakers a los que todavía le faltan algunos fichajes para ser un candidato sólido de verdad. Si lo son este curso será por el poderío de King James, que se vistió de Papá Noel para dejarle el peor regalo a los vigentes campeones. LeBron se tuvo que retirar en el tercer cuarto con unas molestias musculares, pero de todas formas los suyos, con bastantes bajas, arrollaron a los Warriors, con su quinteto titular estrella sobre la pista, pero quizá con la cabeza en los regalos de unas horas antes.

Once triunfos consecutivos sumaban los de la bahía de Oakland, que se despistaron ante uno de los gallitos del Oeste. El enfrentamiento entre los Warriors y el equipo en el que juegue LeBron es un clásico estos últimos años para el día de Navidad. Quizá el partido más esperado y que la NBA coloca siempre en estas fechas señaladas. Con quince puntos de ventaja llegaron los Lakers al descanso (50-65), mientras Iguodala trataba de mantener en la pelea a los suyos como el “warrior” más inspirado. Reaccionaron los locales en el tercer cuarto, para dejarse caer del todo en el último y terminar con un -26 sonrojante.

Es evidente que los playoffs serán otra cosa, pero de momento los Lakers, a los que les faltaban titulares, dieron un pequeño aviso y ya se preparan para una segunda mitad de curso en la que afinaran la estrategia: dársela a LeBron y ayudarlo en todo lo posible. La lesión de la estrella angelina no se espera que sea muy grave según las primeras exploraciones en un año en el que no se está exigiendo demasiado. “He sentido un pop”, decía antes de irse al vestuario para no regresar en lo que quedaba de partido. Necesita guardar fuerzas para la primavera y los Lakers esperan que su percance no sea mucho, porque sin él les resultaría complicado mantener su puesto de playoff en el Oeste.