Euroliga

Real Madrid Baloncesto

Un aviso para el futuro

El Real Madrid, después de ser humillado por el mejor CSKA de la temporada, tuvo un ataque de dignidad, pero cayó en Moscú.

El base esloveno Luka Doncic del Real Madrid (c) trata de anotar ante los aleros rusos Nikita Kurbanov (i) y Semen Antonov (d) del CSKA
El base esloveno Luka Doncic del Real Madrid (c) trata de anotar ante los aleros rusos Nikita Kurbanov (i) y Semen Antonov (d) del CSKAlarazon

El Real Madrid, después de ser humillado por el mejor CSKA de la temporada, tuvo un ataque de dignidad, pero cayó en Moscú.

«Ellos han empezado con mucha energía. Lo han hecho todo bien y nosotros todo mal», fue la reflexión de Laso en el descanso ante el CSKA. Tan simple como real. Era el día en el que el técnico cumplía 500 partidos al frente del Madrid y la puesta en escena de sus «chicos», como él los define, no pudo ser peor. Fue una falta de respeto al entrenador y a su condición de aspirantes a todo en la Euroliga. ¡Qué manera de encajar golpes! Después de que Campazzo anotara un triple, el Madrid recibió un parcial de 24-2 en apenas siete minutos. ¿La explicación? El CSKA, sólido líder de la competición, apareció como si ya estuviera en la «Final Four» de Belgrado. Con jugadores tan grandes como versátiles y con el «Chacho» desperdigando talento, los rusos se merendaron al Madrid. Fueron diez minutos en los que los blancos fueron un pelele. Pérdidas de balón en el propio campo, tiros que no tocaban el aro y una diferencia de intensidad como si un caniche se estuviera enfrentando a una manada de lobos. Cuando el Madrid quiso cambiar la dinámica, la desventaja había alcanzado los 26 puntos... Pero quedaba partido y también vergüenza en los de Laso.

El Real Madrid, que en la primera vuelta se había impuesto por 13 (82-69) a una versión muy descafeinada de los rusos en el WiZink Center, puso fin a la carnicería porque asumió que había que defender y que aquello no podía quedar así. Con Rudy en pista la defensa dejó de ser una broma. Doncic, además de seguir enfadado con el mundo, decidió empezar a jugar. Los puntos de Carroll y Thompkins también ayudaron. Tampoco hay que olvidar que el CSKA se tomó el partido con otro espíritu. El Madrid ofreció síntomas para abandonar la UVI en el tercer cuarto y el equipo no se rindió. Un parcial de 0-10 en el último periodo (78-70, min 34) culminó la reanimación. Hubo otro par de aproximaciones, pero el CSKA no dejó escapar a la presa. El ataque de orgullo del Madrid duró hasta el final. Cerró el partido con la menor diferencia –seis puntos– desde un primer cuarto que al menos debe servir para saber qué no hay que repetir.

La victoria deja al CSKA con la primera plaza prácticamente garantizada para los cruces de cuartos. Al Madrid le tocará pelear el factor cancha hasta la última jornada.